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Las concesiones a Vox o por qué Almeida y Ayuso no quieren colgar la bandera del Orgullo en edificios institucionales

La vicealcaldesa Villacís, de Ciudadanos, se desmarca de la decisión del regidor madrileño y anuncia que su partido sí la colocará en los distritos que preside

Despliegue de la bandera arcoíris en Cibeles con motivo del Orgullo Gay, en 2019, durante el mandato de Manuela Carmena.Foto: JAIME VILLANUEVA | Vídeo: Europa Press
Manuel Viejo

El Orgullo, otra vez. La bandera arcoíris, otra vez. La coalición de Gobierno de PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid comenzó en junio de 2019. Desde entonces, es una montaña rusa constante. Hay días de fotos, actos conjuntos, sonrisas. Y hay jornadas de enmiendas, desautorizaciones en público, en privado y numerosas críticas internas cada dos por tres. Las diferencias son palpables ―y casi a diario― entre sus dos caras más visibles: Begoña Villacís y José Luis Martínez-Almeida.

Pero si hay una semana donde la tensión entre ambos dirigentes se recrudece con más fuerza que nunca, es, precisamente, durante los días previos al Orgullo. No ha habido ningún año sin sarpullidos. El PP nunca ha estado cómodo con este asunto. Este año, según fuentes de la organización del Orgullo, los populares habían propuesto en una de las reuniones trasladar la celebración a Ifema, a kilómetros del centro. “Esto no tiene ningún sentido”, cuentan fuentes de la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Madrid y su Comunidad (Aegal). “Siempre nos lo ponen muy difícil. Les dijimos que era inviable y, finalmente, no ha sido así”.

Este año, con motivo de la cumbre de la OTAN que se celebra en la capital entre el 28 y el 30 de junio, el acto multitudinario se ha pasado a los primeros días de julio (del 1 al 10). El Orgullo es uno de los acontecimientos del año en la capital, recorre las principales calles y plazas del centro de la ciudad. Miles y miles de madrileños se vuelcan por la defensa de la diversidad. Pone a Madrid en el mapa mundial durante siete días con cientos de miles de visitantes. Las arcas se inflan. El paso de un millón y medio de personas por la capital deja cerca de 400 millones de euros, según los organizadores.

Sin embargo, desde la llegada de PP y Ciudadanos al poder en 2019 y, sobre todo, con la entrada de Vox en las instituciones, el Orgullo ha entrado en debates y polémicas constantes, que formaban parte del pasado. Un ejemplo fue la campaña electoral de hace tres años. El portavoz de la formación de extrema derecha en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, dijo durante uno de los debates: “[Si llegamos al poder], los mandaríamos a la Casa de Campo”. Semanas después, con Almeida ya como alcalde gracias a los cuatro votos de Vox, la bandera volvió a colgarse de la fachada del Ayuntamiento en su primer año de mandato, pero de una manera distinta a la de los anteriores.

Por partes. La primera vez que la bandera arcoíris lució en la fachada del Ayuntamiento fue en 2015, con Manuela Carmena como alcaldesa. Cuatro años después, durante la primera celebración del Orgullo de Almeida, la bandera también se colocó, pero ya se hizo polémica. Vox exigió al alcalde que se negara. Es más, la cuenta oficial del partido publicó un mensaje en su perfil de Twitter a modo de presión: “En Vox no nos metemos en la cama de nadie. Si Almeida quiere demostrar que Madrid respeta los derechos de todos, al margen de su orientación sexual, que cuelgue la bandera española, que es la de todos, no la de un lobby que odia a todo el que no piensa como ellos”. El propio Santiago Abascal azuzó más el debate durante una entrevista en Antena 3: “Nosotros opinamos que la bandera de los gais y lesbianas españoles es la bandera de España”.

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Fachada del Ayuntamiento de Madrid con las banderas del Orgullo y de España, el 28 de junio de 2019.
Fachada del Ayuntamiento de Madrid con las banderas del Orgullo y de España, el 28 de junio de 2019. Uly Martín

Almeida colgó entonces la bandera de España en lo alto de la fachada del Ayuntamiento, y la del arcoíris, en el lateral izquierdo y no en el centro, como hasta entonces. Eso sí, negó que este gesto fuera una concesión a Vox. “No se ha orillado la bandera”, dijo entonces, pese a que era evidente a la vista de todos. Al año siguiente, en junio de 2020 y en plena pandemia, la bandera dejó de ondear en la institución municipal. La principal razón que esgrime el alcalde es el cumplimiento de una sentencia del Tribunal Supremo.

Desde ese mes, solo se pueden colocar banderas oficiales en los edificios públicos. Sin embargo, sí se permiten banderas como forma de pancarta, como aquella que instaló Carmena de bienvenida a los refugiados, sin mástiles. La sentencia dejaba lagunas jurídicas y cierto margen para la interpretación a los que se han acogido muchos ayuntamientos durante estos años, también del PP. En Madrid, por ejemplo, sí se ha puesto estos años la bandera en los edificios de los grupos municipales, donde Más Madrid la exhibe sin ningún impedimento en un balcón ubicado a pocos metros de la Plaza Mayor.

El mismo dilema se vivió entonces en la Comunidad de Madrid. La presidenta, Isabel Díaz Ayuso, se amparó también en la sentencia del Supremo. Sin embargo, el vicepresidente de la región en 2020, Ignacio Aguado, de Ciudadanos, sí colocó la bandera del arcoíris en el edificio de Vicepresidencia, a solo 100 metros del de la presidencia en la Puerta del Sol. La fuente de Cibeles y el Palacio de Cibeles sí se iluminaron con los colores del arcoíris durante estos años.

La sentencia de Aragón de la semana pasada

Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón dio un duro golpe a las tesis de la extrema derecha la semana pasada. El colectivo ultra Asociación de Abogados Cristianos emprendió acciones contra el Consistorio, gobernado por el PP desde 2019, después de que colocara la pancarta el 26 de junio de 2020. Los magistrados han concluido que el Ayuntamiento de Zaragoza no incumplió la ley de banderas ni el “principio de neutralidad” al colocar en su fachada una pancarta con los colores del colectivo LGTBI en 2019.

Basándose en esta sentencia, Villacís pidió a Almeida que colgara la bandera en el palacio de Cibeles durante la presentación del Orgullo 2022. En este evento, dos ediles del PP se levantaron de sus asientos y plantaron a los organizadores. La presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más, Uge Sangil, dijo: “Almeida no es el alcalde de todos”. Sangil criticaba nuevamente que el regidor se negara a colgar la bandera.

En la presentación, Villacís también anunció que en los distritos de la capital que preside Ciudadanos sí se colocará la enseña. Fuentes del entorno del alcalde enmendaron a Villacís a las pocas horas e insistieron en que no se va a colgar la bandera en el palacio de Cibeles. “Hay una sentencia”, subrayaron. “Vamos a iluminar el edificio como todos los años y garantizar que el Orgullo se celebre con plenas garantías para disfrute de todos los madrileños en general y del colectivo en particular”. Almeida se ha pronunciado este miércoles durante una comparecencia con preguntas: “No voy a entrar en ninguna polémica con el Orgullo ni voy a entrar en una guerra de banderas o de pancartas. El Orgullo es una fiesta de inclusión y se va a celebrar como se ha celebrado todos los años en Madrid“.

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Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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