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Anticorrupción se querella contra dos empresarios que cobraron una comisión de casi seis millones en una compra sanitaria en Madrid

Los empresarios vendieron material defectuoso al Ayuntamiento de la capital y se gastaron el dinero de las comisiones en coches de lujo, un yate y un piso en Pozuelo

Luis Medina Abascal en Sotogrande el pasado agosto.
Luis Medina Abascal en Sotogrande el pasado agosto.KMJ (GTRES)

La Fiscalía Anticorrupción se ha querellado este miércoles contra dos comisionistas madrileños que en marzo de 2020 vendieron material sanitario al Ayuntamiento de Madrid por un valor de 15,8 millones de euros y cobraron una comisión de casi seis millones. La querella presentada ante los juzgados de instrucción de la capital pide penas por estafa, falsedad y blanqueo contra Luis Medina, hermano del actual duque de Feria e hijo de Naty Abascal, y contra un amigo suyo, Alberto Luceño. Los dos dijeron que actuaron movidos por el deseo de ayudar en la lucha contra la pandemia, pero la Fiscalía les acusa de que, en realidad, su ánimo fue obtener un exagerado e injustificado beneficio económico. Con la comisión, compraron coches de lujo (desde un Ferrari hasta un Lamborghini), un yate y un piso en Pozuelo de Alarcón, al noroeste de la capital, valorado en más de un millón de euros, según la querella enviada a la prensa esta tarde por la Fiscalía.

La investigación de la Fiscalía comenzó en noviembre de 2020, pero no fue conocida hasta la semana pasada, una noticia que, junto con otros contratos que han despertado sospechas recientemente, ha puesto el foco en las compras de emergencia que han hecho las administraciones a lo largo de los dos años de pandemia. En febrero de este año, Anticorrupción anunció que estaba indagando la compra de mascarillas que hizo el hermano de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. La querella de este miércoles no es necesariamente un mal augurio para otros empresarios contratistas que cobraron comisiones abultadas, según fuentes de Anticorrupción, que explican que la clave que ha posibilitado la querella ha sido el engaño a la administración. La Fiscalía no ha hallado encaje penal para imputar delitos por el enorme enriquecimiento.

La persona que inicialmente contactó con el Ayuntamiento de Madrid a finales de marzo de 2020 fue Luis Medina, quien aprovechó su condición de personaje conocido en la vida pública para contactar con el primo hermano del alcalde José Luis Martínez-Almeida. Se trata del abogado madrileño Carlos Martínez-Almeida Morales, quien le pasó a Medina el mismo correo que se facilitaba a todos aquellos que contactaban con el Ayuntamiento para la venta de material sanitario, un cauce que debían seguir todas las empresas, según fuentes del Ayuntamiento. Esa persona era una alto cargo del área de Hacienda y Personal del Ayuntamiento, Elena Collado. Fuentes de la Fiscalía informan a EL PAÍS de que han descartado que el primo del alcalde cometiera tráfico de influencias.

Luis Medina en una foto de enero de 2020 en el Wellington Hotel de Madrid.
Luis Medina en una foto de enero de 2020 en el Wellington Hotel de Madrid.Carlos Alvarez (Getty Images)
Alberto Luceño, en una captura de video de una conferencia en la Escuela Europea de dirección de empresa
Alberto Luceño, en una captura de video de una conferencia en la Escuela Europea de dirección de empresa

Una vez hecho el contacto con la alto cargo municipal, Medina pasó a un segundo plano y fue su amigo Luceño quien se encargó de negociar. Gracias a documentos mercantiles falsos, Luceño se hizo pasar por agente exclusivo de la compañía vendedora, una cadena de bazares radicada en Malasia y llamada Leno, que disponía de material sanitario fabricado en China. Luceño también fijó precios de los tres productos que compró el Ayuntamiento: un millón de mascarillas por 6,6 millones de euros; 2,5 millones de guantes por 5 millones de euros y 250.000 test rápidos por 4,2 millones de euros. Al hacerlo, ocultó que un elevado porcentaje del precio ofertado (aproximadamente el 60% en el caso de las mascarillas, el 81% en el de los guantes y casi el 71% en el de los test) correspondía a comisiones que los querellados iban a percibir. El Ayuntamiento pagó a la empresa malaya a principios de abril a través de la empresa de servicios funerarios y cementerios de Madrid, elegida para centralizar las compras municipales debido a su mayor agilidad a la hora de contratar. Más tarde, la empresa malaya reembolsó a los empresarios españoles las comisiones pactadas en secreto.

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Pero los empresarios no pudieron comprar todo lo que pretendían, ya que la alto cargo del Ayuntamiento les reprochó que la calidad de los guantes era ínfima y que solo llegaban hasta la muñeca. Según la querella, Collado le envió a Luceño una fotografía tomada en un supermercado de la capital en la que se podía comprobar que guantes de la misma calidad y características que los guantes recibidos, por los que el Ayuntamiento de Madrid había pagado dos dólares, se ofrecían al público por poco más de 0,08 euros. Luceño intentó calmar a Collado diciendo que el empresario malayo había acordado bajar el precio de los guantes, motivo por el cual devolvió casi cuatro millones de euros al Ayuntamiento en una transferencia bancaria.

Los guantes no eran los únicos productos defectuosos. Según la Fiscalía, de los 250.000 tests covid-19, una cuarta parte (60.000) son inservibles por su reducido nivel de sensibilidad (66,7 %), y otra parte importante (115.000) son, cuando menos, también de dudosa eficacia por su bajo nivel de sensibilidad (80 %).

Los engaños en este caso no acaban ahí. Según la querella, Luceño también engañó a su amigo Medina, ocultándole las verdaderas comisiones que había pactado con el empresario malayo, llamado San Chin Choon.

Compras de lujo

Con el dinero recibido desde Malasia e ingresado en su cuenta personal, Alberto Luceño costeó el pago de una vivienda en Pozuelo por 1,1 millones de euros y productos y servicios de lujo, entre ellos 12 coches de alta gama (un Ferrari 812 Superfast de 355.000 euros, un Lamborghini Huracan Evo Spider por 299.999 euros, un Aston Martin DB11 de 160.000 euros, entre otros), una estancia de una semana en un hotel de lujo de Marbella por 60.000 euros y tres relojes Rolex. Por su parte, Luis Medina invirtió su comisión en bonos y en la compra de un yate modelo Eagle 44, llamado Feria, por cuya adquisición pagó 325.515 euros.

Tras conocer la querella, fuentes del Ayuntamiento han recalcado que el Consistorio no está siendo investigado ni tampoco ningún trabajador: “El Ayuntamiento es en todo caso el perjudicado por estos hechos y se personará si se demuestra que ha habido un quebranto a las arcas públicas”.

Luis Medina es un personaje muy conocido por sus apariciones en la prensa del corazón. Es el hijo de menor de la modelo Naty Abascal y el fallecido duque de Feria, Rafael Medina. En comparación con Medina, Luceño es un empresario relativamente desconocido, pero ya había figurado en prensa anteriormente por su actividad en el sector de las escuelas de negocio. Fue socio y director de EUDE (Escuela Europea de Dirección y Empresa) y vicepresidente de AEEN (Asociación Española de Escuelas de Negocio).

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