_
_
_
_
_

Madrid desoye a sus equipos de atención temprana y mantiene la decisión de eliminar el segundo ciclo de las escuelas infantiles

La Administración insiste en que de esa manera se podrán liberar más plazas para los niños de 0 a 6 años

Escuela Infantil San Antón, en Madrid.
Escuela Infantil San Antón, en Madrid. Jaime Villanueva
Berta Ferrero

Ha comenzado la cuenta atrás para pensar en la matriculación del año que viene y todavía hay una lucha latente: la de los defensores de las escuelas infantiles de 0 a 6 años contra la Comunidad de Madrid, que ha decidido que a partir del curso que viene el segundo ciclo de infantil pase a impartirse en exclusiva en los colegios y utilizar así esas plazas para los menores más pequeños. Los últimos que se han alineado en contra de esta decisión son los diez equipos de la propia Administración que se encargan de evaluar la Atención Temprana que han firmado un escrito conjunto en el que argumentan por qué se debe defender la continuidad de la etapa infantil en las escuelas, donde conviven bebés con niños hasta los seis años.

Es importante que estos trabajadores de la Administración regional se posicionen porque son, precisamente, los encargados de desarrollar actuaciones preventivas y colaborar, en coordinación con otras instituciones del sector, en la detección y atención de los problemas de desarrollo en los primeros años de vida, determinando las necesidades educativas especiales. Ante la decisión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de concentrar solo a los menores de cero a tres años en las escuelas infantiles, el 21 de diciembre presentaron un documento al que ha tenido acceso EL PAÍS firmado por los diez equipos regionales posicionándose en contra y argumentando su postura. En primer lugar, insisten en que “el modelo de Escuela Infantil 0-6 años permite que los niños y las niñas reciban una educación más ajustada a su desarrollo evolutivo y sus necesidades”. Luego, insisten en que su experiencia en los centros, comprueban la trascendencia de esta etapa educativa en el futuro desarrollo de los niños y en las pautas educativas que se incorporan en la familia. “El Primer Ciclo de Educación Infantil es plenamente educativo, igual que el Segundo Ciclo y entre ellos hay una interrelación que se mantiene en las Escuelas 0-6 años y que, sin embargo, se fractura en el paso a colegio”, insisten.

“Aún hoy, muchos CEIPS (colegios de Infantil y Primaria) no responden a las necesidades del alumnado de 3 a 6 años, ya que las niñas y los niños de estas edades necesitan entornos reducidos de convivencia, que aseguren relaciones de calidad por parte de todo el personal y promuevan su desarrollo global, respetando los diversos ritmos, de forma individualizada”, continúan en el argumentario. Entre los aspectos esenciales que esta etapa, explican, se debe dar respuesta curricular con entornos que lo faciliten y profesionales formados para, por ejemplo, seguir una rutina pautada de la alimentación; mantener un descanso acorde a la edad; dar prioridad a la higiene y el aseo; o controlar y seguir el proceso de control de esfínteres, que requiere una intervención educativa sensible y respetuosa hacia aquellos niños con ritmos de adquisición más lentos en coordinación con sus familias. “Las escuelas infantiles 0-6 abordan de forma explícita, en sus propuestas curriculares, los anteriores aspectos. Sin embargo, la mayoría de los CEIPS no los pueden contemplar adecuadamente, como consecuencia de una estructura y organización que subordina las necesidades de las niñas y niños de esta etapa, a las del alumnado y profesorado de Educación Primaria”.

Los diez equipos de atención temprana también inciden en que en las escuelas infantiles el modelo educativo favorece un contacto cotidiano entre la familia y los profesionales de la educación, aspecto fundamental en la primera etapa educativa, que redunda en un mayor conocimiento del niño y facilita el establecimiento de una relación de confianza entre el entorno familiar y educativo. Y, sobre todo, son centros inclusivos, que “atienden a la diversidad de niños” y cuentan con la colaboración sistemática y cercana de los Equipos de Atención Temprana, que procuran trabajar con un modelo centrado en el entorno natural de las escuelas y las familias. En definitiva, aseguran que son centros con proyectos educativos singulares que utilizan metodologías propias de la Educación Infantil, que se ajustan al momento evolutivo de los niños y a sus necesidades”.

La Consejería de Educación ha hecho oídos sordos e insiste en que la decisión tomada “no significa la disminución del número de plazas, sino que las de 3-6 años se convertirían en plazas de 0 a 3 años”. Además, se apoya en la Orden 2122/2012 “que establece que las Escuelas Infantiles pasen a impartir únicamente el primer ciclo de Educación Infantil (0-3 años), siempre que sea posible y garantizando la escolarización gratuita de los alumnos de entre 3 y 6 años en los CEIP”.

“Los CEIP están perfectamente preparados para dar la mejor atención a estos niños y cuentan con más recursos pedagógicos. Además, los CEIP cuentan con más recursos humanos y especializados para que los alumnos de entre 3 y 6 años tengan una atención más completa”, insisten fuentes de la Administración. La opinión de sus propios equipos de atención temprana parece que caerá en saco roto. De la misma manera que un manifiesto al que se han acogido 31 docentes universitarios de los departamentos de psicología evolutiva o investigación del desarrollo temprano de la Universidad Autónoma o la Universidad Politécnica de Madrid en el que argumentan por qué es bueno mantener a los menores cuyos padres lo prefieran en estas escuelas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Berta Ferrero
Especializada en temas sociales en la sección de Madrid, hace especial hincapié en Educación o Medio Ambiente. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia) y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_