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El plan de Madrid contra las cotorras invasoras se retrasa seis meses

El Ayuntamiento excluyó del concurso público a las empresas de prevención de plagas, pero el tribunal administrativo de la comunidad obliga a repetirlo para incluirlas

Ignacio Gallello
Tres ejemplares de cotorras argentinas en un parque.
Tres ejemplares de cotorras argentinas en un parque.CONSUELO BAUTISTA

Basta con darse un paseo por casa de campo o Madrid Río para escuchar sus estridentes trinos y verlas volar bajo en bandadas. Son las cotorras argentinas, una plaga que supone un riesgo para la biodiversidad autóctona madrileña. El Ayuntamiento anunció en octubre del año pasado un plan para reducir su número y detener su invasión. El proyecto fue aprobado en junio de 2020 con un presupuesto de 2,9 millones de euros, pero tendrá que esperar otros seis meses. El motivo de esta demora, explica una portavoz municipal, se debe a que el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Comunidad Madrid ha considerado que las empresas de prevención de plagas pueden concurrir al concurso público, del que el Consistorio las excluyó. Ahora el concurso tendrá que repetirlo.

La población de cotorras argentinas creció en la capital un 33% entre 2016 y 2019, de los 9.000 a los 13.000 ejemplares, según el último censo elaborado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). La población se concentra sobre todo en los distritos de Latina, Moncloa-Aravaca y Carabanchel. El objetivo del plan es reducir esa población en un 90% por medio de la captura, esterilización y sacrificio de ejemplares en libertad.

Aunque el proyecto ya estaba en marcha, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental recurrió ante el tribunal administrativo la exclusión de las empresas de control de plagas de la convocatoria por no ser consideradas estas aves una “plaga”. Pero el tribunal falló a favor de la asociación, por lo el abanico de empresas debe ampliarse e incluir a dichas empresas. Se espera que la nueva licitación se resuelva en seis o siete meses, para primavera, según la misma portavoz de Medio Ambiente.

Los daños que provocan estos pájaros no son pocos, según SEO/BirdLife. Suponen un problema para la biodiversidad al desplazar a otros ejemplares como los gorriones, a los que dejan sin comida, se comen vorazmente los frutos de los árboles, secándolos y también pueden ser un riesgo para los humanos por la transmisión de enfermedades como una infección llamada psitacosis, explica por teléfono Juan Carlos del Moral, portavoz de la sociedad. “La psitacosis produce los mismos síntomas de una gripe muy fuerte que en algunos casos puede llegar a provocar la muerte”, cuenta Del Moral. Además, los nidos de estas aves pueden llegar a pesar hasta 100 kilogramos, lo que supone un riesgo letal para la salud de los ciudadanos si se precipitan al vacío.

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