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El movimiento de residentes de Madrid a provincias limítrofes continuó en abril

Los datos del mes pasado vuelven a registrar la movilidad de madrileños por Castilla-La Mancha y Castilla y León

Un agente de la Policía Municipal de Madrid en un control policial en una de las salidas de la autopista de la M30 durante la desescalada.
Un agente de la Policía Municipal de Madrid en un control policial en una de las salidas de la autopista de la M30 durante la desescalada.Joaquin Corchero (Europa Press)
Isabel Valdés

Este lunes, Castilla-La Mancha ha pasado a la fase 1 en dos de sus cinco provincias. Guadalajara y Cuenca, sí. Toledo, Ciudad Real y Albacete, no. El contexto epidemiológico de estas tres y sus circunstancias de movilidad son las razones por las que tendrán que esperar para avanzar en la desescalada. Son cuestiones relacionadas con su proximidad a Madrid. Lo mismo ha ocurrido a Castilla y León: Segovia se queda en fase 0 y Ávila, excepto la zona básica de Muñico; en el resto de sus provincias pasan de fase algunas áreas y otras no.

Estas Comunidades tienen “unas condiciones particulares”, dijo este domingo Fernando Simón, director del Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias. Hacía referencia a “la distribución geográfica” de esas autonomías, con varias provincias limítrofes con Madrid —“donde ha habido un impacto altísimo de la epidemia”— y a la movilidad que existe entre ellas: “Eso ha hecho que Castilla-La Mancha y Castilla y León sean, junto con Cataluña y Madrid, las más afectadas”.

En marzo, tras decretarse el Estado de Alarma, Castilla-La Mancha y Castilla y León detectaron desplazamientos de residentes madrileños a ciertas zonas de su territorio, a través del relato de vecinos y alcaldes de municipios. Álvaro Gutiérrez, el alcalde de Escalona (Toledo) contaba hace un mes que su pueblo estaba como “en pleno agosto”. “Tenemos unos 3.500 empadronados y otros 3.500 que no viviendo aquí habitualmente, pero es que ahora rondaremos los 15.000”, indicaba el 8 de abril. Ese mismo día, el alcalde de Las Navas del Marqués (Ávila), Javier Sastre, relataba cómo el consumo de agua en la localidad se había triplicado y habían pasado de 5.200 habitantes a más de 10.000.

La primera semana de abril, los datos confirmaron lo que ediles y ciudadanos observaban: habían duplicado y hasta triplicado el número de tarjetas sanitarias de desplazamiento solicitadas y las citas sanitarias en atención primaria, centros de especialidades, Urgencias y hospitales. Un mes después, esas cifras vuelven a reflejar el éxodo de miles de residentes en Madrid.

En Castilla y León, la petición de tarjetas sanitarias de desplazados creció un 77% de febrero a marzo (de 2.240 a 3.956) y más de la mitad de los españoles que llegaron ese mes procedían de la Comunidad de Madrid, 3.956 de 7.602. En abril, aunque fueron menos, esa migración también se produjo. La sanidad castellanoleonesa registró 4.511 tarjetas, y 2.469 fueron solicitadas por madrileños. La mayoría en Ávila y Segovia, 1.021 y 450 respectivamente.

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En Castilla y León, en abril, se hicieron 2.469 tarjetas de desplazados madrileños de un total de 4.511. La mayoría fueron a Ávila y Segovia, 1.021 y 450 respectivamente

En Castilla-La Mancha los números subieron aún más. Lo detectaron en las farmacias, en las tarjetas de desplazados y en la atención sanitaria. En febrero, en las farmacias castellanomanchegas se dispensaron 85.709 recetas electrónicas; en marzo, más del doble: 181.525. De ellas, 153.997 fueron a residentes de Madrid.

En las tarjetas de desplazados sucedió lo mismo. Durante la segunda quincena de marzo, y aunque Madrid es siempre la región que más solicitudes registra, se repartieron un 146% más que el mes anterior, fueron 3.106, y 2.431 fueron a ciudadanos madrileños. En abril volvió a ocurrir, de las 3.217 tarjetas sanitarias que hicieron, 2.636 fueron a residentes madrileños. Y también pasó con la atención sanitaria: de 8.516 pacientes no residentes en la región que atendieron, 7.174 procedían de poblaciones madrileñas.

De las 3.217 tarjetas sanitarias de desplazados que hicieron en abril en Castilla-La Mancha, 2.636 fueron a residentes madrileños

Esto, dijo Fernando Simón este domingo, supuso un “importantísimo impacto” en los servicios sanitarios de las dos autonomías. A pesar de eso, “han sabido adaptarse y controlar la epidemia de forma excepcional, han mejorado muchísimo sus capacidades y tienen sistemas muy adecuados”. Tanto Castilla-La Mancha como Castilla y León aceptaron la decisión que tomaron los técnicos expertos en Salud Pública según la conjunción de los indicadores epidemiológicos y de movilidad, que les conferían “mayor riesgo”; ambas han referido que lo más importante es “la prudencia”. Ahora, explicó Simón para las tres provincias que se mantienen en fase 0 en Castilla-La Mancha (Ciudad Real, Albacete y Toledo), “se tendrán que reevaluar”: “Creo que en breve tiempo estarán en condiciones de pasar de fase”.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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