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ERC se hunde en unas elecciones municipales marcadas por la caída de la participación en Cataluña

Los republicanos se ubican como tercera fuerza tras el PSC y Junts en unos comicios donde solo PP y Vox suman apoyos

Desde la izquierda, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; el presidente de ERC, Oriol Junqueras; el candidato de ERC a la Alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, durante la rueda de prensa. Foto: LORENA SOPÊNA (EUROPA PRESS)
Camilo S. Baquero

Duro revés a Esquerra Republicana tras las elecciones municipales de este domingo en Cataluña. La formación que preside Oriol Junqueras se ha quedado lejos de revalidar su condición de fuerza más votada a nivel local, perdiendo unos 300.000 votos con respecto a 2019 y cayendo a la tercera posición tras el PSC (712.027) y Junts (550.717). Los republicanos, con 518.717 votos, solo pueden exhibir ser la formación con más concejales. La subida de casi 10 puntos en la abstención afecta a todas las formaciones, pero también propulsa la irrupción de Vox en los consistorios de Barcelona, Tarragona, Girona y Lleida, donde también ha desaparecido Ciudadanos, al que solo le quedan 10 ediles en todo el territorio catalán.

El propio Junqueras ha aceptado que los resultados no eran los deseados, pero en lugar de hacer autocrítica se ha refugiado en el hecho de ser la formación con más concejales (2.895). La realidad, sin embargo, es devastadora y es un argumento que debilita al ya minoritario Ejecutivo de la Generalitat que comanda Pere Aragonès. Uno de cada tres votantes de ERC en 2019 no lo ha apoyado el 28-M. La caída de seis puntos porcentuales se nota incluso en los municipios de la Diputación de Barcelona, donde también ha sido relegada a la tercera fuerza. La apuesta por Gabriel Rufián como candidato en Santa Coloma se ha saldado con un concejal más respecto a los tres que tenían los republicanos, donde ha pasado del 9% del voto a casi el 15%. La socialista Núria Parlon revalidó su mayoría absoluta (51,3%).

El tropiezo en la ambición republicana de consolidarse como la fuerza central de la política catalana y es también un gran espaldarazo a los socialistas, que pueden exhibir el triunfo a las puertas de las próximas generales. Tras los malos resultados en las municipales a nivel estatal, Cataluña es el resultado a preservar. El liderazgo, sin embargo, tampoco salva al PSC de sufrir las consecuencias de nueve puntos menos en la participación (55%) en comparación con hace cuatro años. Aunque es un mejor resultado que las pasadas elecciones catalanas, el resultado de los socialistas es inferior al que obtuvo en 2019 (768.478 en votos). En L’Hospitalet de Llobregat, por ejemplo, Núria Marín pierde la mayoría absoluta; en Cornellà se mantiene, pero con un regidor menos y, en distritos tradicionalmente socialistas de la capital catalana, como Nou Barris o Sants, Jaume Collboni ha sufrido el bajón de la afluencia. La abstención es incluso mayor a la de 2015, rompiendo la subida desde 2007.

La recuperación socialista se nota en los triunfos en ciudades clave como Lleida y Tarragona donde, además de la caída de voto de ERC, no se ha repetido la aritmética que hace cuatro años les había permitido a los republicanos hacerse con esas alcaldías. O en Girona, donde Sílvia Paneque logró arrebatarle a la exconsejera Gemma Geis una de las plazas más fuertes de Junts, aunque empatando en escaños con la CUP. En Sabadell logran la mayoría absoluta con Marta Farrés. La reivindicación independentista estuvo casi totalmente aparcada en la campaña, muy centrada en reivindicar la gestión, algo que aumenta el desconcierto en las filas republicanas, contrariadas porque los resultados no reflejan el buen trabajo que, consideran, han hecho a nivel municipal. Junts repite como la formación más votada en la provincia de Girona, mientras que ERC, por la mínima, logra arrebatarle esa posición en Lleida y revalidarla en la de Tarragona.

Xavier Trias, que lidera la candidatura de Junts en Barcelona, valoraba los resultados de las municipales en la capital catalana, el domingo.
Xavier Trias, que lidera la candidatura de Junts en Barcelona, valoraba los resultados de las municipales en la capital catalana, el domingo.Albert Garcia
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La formación de Xavier Trias celebraba fulgurante su triunfo en Barcelona la noche del domingo, pendiente de que un pacto entre perdedores no le arrebate la alcaldía. Pero en global se deja unos 5.000 votos con respecto a hace cuatro años, cuando tuvo sus peores comicios municipales. Los de Carles Puigdemont, por ejemplo, han perdido casi la mitad de su voto en Vic pese a mantenerse como la lista más votada. O en Girona, donde ocupan ahora la tercera posición (pasando de 13.435 votos a casi 7.000). En Reus, la caída ha sido peor: son ahora quintos. La falta de acuerdos con el PDeCAT también pasa factura, pues, bajo la sombrilla de la coalición Pacte Local, los neoconvergentes lograron que sus más de 55.000 votos cristalizaran en 187 concejales.

Ciudadanos es la gran víctima de la noche, al verse reducido a la mínima expresión y, por ejemplo, desaparecer de ayuntamientos de las capitales de provincia. Los naranjas solo conquistaron 36.172 votos (1,2% en el total de Cataluña) y solo tendrán 11 concejales, dos de ellos en Santa Coloma, la mitad de los que tenían. El declive del que en las elecciones generales de 2017 fuera el partido más votado en Cataluña coincide con el auge del Partido Popular, que recupera terreno tras años de travesía en el desierto. La mayoría absoluta de Xavier García Albiol en Badalona o la mejora en Barcelona con Daniel Sirera han propulsado a los populares casi tres puntos porcentuales con respecto a 2019.

La extrema derecha también es una de las ganadoras de la noche electoral y demuestra que las maniobras para desactivar su discurso, por ejemplo en el Parlament, no logran controlar su avance en las urnas. Vox ha multiplicado por cuatro sus resultados de las pasadas municipales, logrando 146.621 votos. De tres concejales que ostentaba, pasa a un total de 125, irrumpiendo en todas las capitales de provincia y poblaciones como Mataró, Terrassa, Sabadell o Sant Cugat del Vallès.

Pero no son solo los de Santiago Abascal e Ignacio Garriga los únicos ubicados en lo más extremo a la derecha del espectro político que consiguen un resultado destacable. En Ripoll (Girona), la formación independentista de extrema derecha Aliança Catalana ha barrido con el 30,76% del voto, optando a desplazar a Junts de la alcaldía. En el consistorio de Manresa, además de Vox (que ha obtenido un edil), estará otra formación de extrema derecha, el Front Nacional de Catalunya, que ha conseguido dos concejales. La antigua Plataforma X Catalunya, de Josep Anglada, ha vuelto a Vic con dos representantes.

La CUP, el único partido que durante la campaña enarboló la bandera nítida del independentismo, también pierde casi una quinta parte del electorado que lo apoyó en 2019, pasando de los 176.474 votos a 133.403. En total, un punto porcentual (queda en 4,3%). En Berga, repite como lista más votada pero con 10 puntos porcentuales de voto menos, y pasando de ocho a seis regidores. Las urnas en Sant Cugat no muestran un apoyo a su estancia en el Gobierno municipal, que puso fin a la hegemonía convergente, y pierden un escaño, quedando con dos. Allí sí logran entrar al arco los comunes, que en general ven cómo su resultado pasa de los 328.260 apoyos de hace cuatro años a 266.061 en esta jornada electoral. En Montcada i Reixac, donde hizo un mitin la vicepresidenta Yolanda Díaz, los comunes caen a segunda posición y no tienen cómo repetir la suma con ERC que les llevó a la alcaldía. El Prat de Llobregat se mantienen como primera fuerza, pero pierden dos regidores.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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