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El último desayuno atragantado de Almeida y Villacís en Cibeles

El pleno del Ayuntamiento de Madrid de cierre de la legislatura ha contado con la despedida de la portavoz del PSOE y el traspase de dos concejales de Ciudadanos a las listas del PP

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, este martes en el último pleno de su mandato antes de las elecciones.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, este martes en el último pleno de su mandato antes de las elecciones.Carlos Luján (Europa Press)
Manuel Viejo

Y llegó el final. Pero qué principio. Los baños del Ayuntamiento de Madrid lucían limpísimos aquel sábado de junio de 2019. El suelo estaba impoluto, el espejo brillaba, el agua corriente de Madrid —qué es Madrid si no es su agua— salía fresca, limpia, y de repente... Pablo Casado salió de uno de los cuartos. “Buenos días”, dijo con una sonrisa de oreja a oreja a los presentes. Tras el saludo, se ajustó el pantalón y se colocó la chaqueta del traje:

—¿Qué tal anoche?

—La noche fue larga.

La noche fue larga porque hasta las cuatro de la madrugada no hubo un acuerdo con Vox, el partido que faltaba para lograr la alcaldía de Madrid. El bastión de los bastiones. Cuatro años después, de Casado no queda ni rastro en el baño del palacio de Cibeles. Tampoco en el PP. Agua nueva, nuevos tiempos. Tampoco José Luis Martínez-Almeida es el político de entonces, un desconocido para los madrileños que tomó el palacio de Cibeles tras obtener el peor resultado de la historia de los populares. Cuatro años después de aquellas fotos, de aquel acuerdo con Ciudadanos, de aquellos besos y abrazos con Begoña Villacís en el patio, tampoco son buenos tiempos para Ciudadanos. Ni para el tiempo de Madrid es buen tiempo.

A las 9.15 de este martes, más propio de finales de junio que de abril, se ha celebrado el último pleno del mandato, algunos más delgados, otros más rellenos, algunas madres primerizas, algunos de un partido al inicio y ahora de otro. Los concejales de Ciudadanos José Aniorte y Ángel Niño se han sentado esta mañana con los concejales de Ciudadanos, como al principio, pero forman parte de la lista del PP al Ayuntamiento desde hace una semana.

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Es más, a las 9.15 de este martes, Sofía Miranda, la también edil de Deportes de Ciudadanos, se ha sentado en otro sitio diferente, en la fila de Ciudadanos, sí, pero más cerca de los concejales del PP. Miranda también pidió hace 15 días el voto para Almeida. Ciudadanos se considera un partido de centro, pero en los últimos días todos los que abandonan el partido fichan por el PP.

Es más, seis de los 11 concejales de Ciudadanos han aplaudido continuamente a Almeida en cada discurso de este último pleno. Pero —siempre hay peros una vez que se entra o se quiere entrar en el PP— lo han hecho cuando los concejales populares han chocado las palmas primero. Conviene siempre no aplaudir de más. Tampoco de menos. Begoña Villacís, la vicealcaldesa, ha tomado la palabra. No ha dudado en echar una reprimenda:

—En estos momentos se ve quién es leal y quién huye.

Un concejal de Ciudadanos no estaba. Otros miraban el ordenador. Otros el móvil. Solo cuatro de los 11 han aplaudido sus palabras. Para entender estos cuatro años de Almeida y Villacís en el poder también hay que mirar a la oposición.

Más Madrid ganó las elecciones en mayo de 2019. No logró sumar fuerzas para continuar en los despachos de Cibeles. Si comenzó su andadura con 19 concejales, a mitad de 2021 se marcharon cuatro, dando un portazo a la portavoz, Rita Maestre. Los cuatro ediles fundaron juntos Recupera Madrid, otro partido de izquierdas para Madrid. Y Recupera Madrid también se partió por la mitad en 2022 y ahora son dos ediles, José Manuel Calvo ―que fue concejal de Urbanismo de Manuela Carmena de 2015 a 2019— y Luis Cueto, el sobrino político de Carmena.

Cueto y Calvo llevan desde el 30 de enero criticando a los partidos políticos. De cualquier color e ideología. Su idea era formar para estas elecciones la primera agrupación de electores de la historia de Madrid. La ley electoral permite constituirse como una plataforma para acudir a unas elecciones, pero se necesitan 8.000 firmas. Pero, tal y como publicó EL PAÍS hace una semana, los dos ediles montaron un partido político en secreto por si las firmas que tenían recogidas no se validaban. El partido político que registraron —y que está en contra de los partidos políticos— lleva el nombre de Profesionales. Cueto, el candidato a la alcaldía de Profesionales, ha aparecido en el último pleno de este martes con dos enormes tacos de firmas anudadas con un cordón amarillo:

—Me llena de orgullo y satisfacción anunciarles que aquí están las 8.000 firmas.

Solo ha aplaudido un concejal, Calvo, su socio en Recupera Madrid y también de Profesionales. Minutos después, el último pleno ha tenido un emotivo momento de aplauso generalizado entre todos los partidos. No solo hay ruido en el Ayuntamiento capitalino. Ha sido la despedida de Mar Espinar, la portavoz socialista que tomó las riendas del partido tras la marcha de Pepu Hernández a finales de 2021. Espinar, emocionada, se ha despedido entre aplausos de todos los partidos:

—Os pido que escuchéis más a los vecinos.

Algunos concejales del PSOE han estado mirando el móvil mientras su portavoz hablaba. Otro símbolo de la herida interna —y eterna— que atraviesa la formación en Madrid desde hace décadas. Otro símbolo que explica por qué el PSOE es la cuarta fuerza en la capital de España.

Javier Ortega Smith y Almeida, en el pleno de este martes.
Javier Ortega Smith y Almeida, en el pleno de este martes. Carlos Luján (Europa Press)

Tras Espinar, Javier Ortega Smith se ha levantado de su asiento sin mirar alcalde. Si 2019 empezó con los aplausos de Vox a Almeida, 2023 termina con reproches mutuos. No hay relación entre Smith y Almeida a menos de un mes de las elecciones. Nadie duda, sin embargo, de que PP y Vox se entenderán si finalmente se necesitan.

Los ojos de los madrileños también examinarán con lupa a Maestre, que cree firmemente en dar la campanada con la suma de las fuerzas de izquierdas y alzar a Más Madrid con la alcaldía. Maestre ha tomado, en su discurso, las obras de la nueva Puerta del Sol como metáfora del mandato de Almeida:

―Once millones de euros para la parrilla más cara.

Y ha dado datos. Hay 8.000 parados más en Madrid que hace cuatro años. Hay un 63% menos de inversión extranjera. Hay más reclamaciones de limpieza. Hay, también, un abandono de un transporte público: BiciMad. “Madrid no está mejor”, ha dicho. Almeida, visiblemente molesto tras estas palabras, se ha ajustado el micrófono. También la americana. Ha resumido su balance de estos cuatro años en 10 minutos. “Es obvio que ha sido una legislatura marcada por la pandemia”, ha observado. “Pero hemos dedicado 1.200 millones en obras. El Madrid de 2023 es mejor que el de 2019. Es un Madrid mejor”. Ni un guiño a su socio de Gobierno, Ciudadanos, al que ha golpeado con dos fichajes en el último momento. Su objetivo, señalan en su equipo, es arañar ahora al votante de Vox, de ahí que su último mensaje haya sido contra Ortega Smith:

—En el momento que vive España hay que saber cuáles son las políticas que hay que derrotar.

O Sánchez. O España. Un anticipo de la estrategia que seguirá en la próxima campaña y que en su equipo tampoco aseguran que esté ganada.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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