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Abascal culpa a Feijóo del “fracaso de la alternativa” por desmovilizar al electorado de derechas

Vox pierde 19 de sus 52 escaños y no logra el “resultado decisivo” al que aspiraba para negociar con el PP

Los miembros de la directiva de Vox comparecen tras conocerse los resultados electorales. Foto: JAIME VILLANUEVA | Vídeo: epv
Miguel González

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha culpado al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, del “fracaso de la alternativa”, el Gobierno de coalición entre los dos partidos que aspiraba a construir. En tono irónico, Abascal ha felicitado a Feijóo no solo por haber ganado las elecciones, sino también porque no dependerá de su partido para llegar a La Moncloa, “como también quería”, y se ha preguntado si ahora el presidente del PP mantendrá su oferta al PSOE para que se abstenga y le deje gobernar.

En una comparecencia sin preguntas en la sede de su partido, flanqueado por los dirigentes de Vox, Abascal ha atribuido el fiasco a la “desmovilización” del electorado de la derecha, provocado por el “blanqueamiento” del Gobierno socialista que habría provocado Núñez Feijóo con sus ofertas de pactos al PSOE, su decisión de no acudir al debate a cuatro en TVE o el reparto de ministerios antes de ganar las elecciones. También ha acusado a los medios de comunicación de “demonizar a su partido” y “manipular las encuestas” y ha dicho que, con sus llamadas al voto útil, la prensa de derechas “ha tenido éxito en hacer fracasar la alternativa”. Aunque ha reconocido que en esta campaña Vox no ha sufrido el hostigamiento de las anteriores, ha alegado que ha sufrido “más manipulación”. En todo caso, ha dicho estar preparado “tanto para hacer oposición como para una repetición electoral” y ha advertido de que Pedro Sánchez podría bloquear la investidura de un nuevo presidente o incluso ser reelegido con “una mayor capacidad de chantaje de comunistas, separatistas y terroristas”.

Lo que no ha hecho en ningún caso es autocrítica, a pesar de que Vox ha perdido 19 escaños, el 36% de los que tenía. La caída ha sido especialmente estrepitosa en Castilla y León, la comunidad donde el partido ultra lleva gobernando desde abril de 2022 en coalición con el PP y donde ha perdido cinco de sus 6 diputados, pasando del 16,8 al 13,7% de los votos, muy por debajo del 17,6% que logró en las autonómicas. El golpe es especialmente duro porque Vox siempre había puesto el gobierno castellano-leonés como modelo para el resto de España y su vicepresidente, Juan García-Gallardo, ha tenido un papel especialmente activo en esta campaña.

Vox también ha perdido tres escaños en Andalucía, dos en Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha o uno en Murcia, Baleares, Canarias, Ceuta y Extremadura. En Cataluña mantiene sus dos escaños, pero deja de ser la fuerza hegemónica de la derecha españolista, pues el PP le duplica en votos y le triplica en escaños. También pierde el primer puesto que tuvo en Murcia y Ceuta en las elecciones generales de 2019 y el PP le gana en Almería, al contrario de lo que sucedió hace cuatro años. Su consuelo es que sigue siendo la tercera fuerza política, al aventajar a Sumar en dos escaños.

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Lo más doloroso, sin embargo, ha sido constatar que Vox no será “decisivo”, como pretendía Abascal, ya que sus 33 diputados no sirven para completar mayoría absoluta con los 136 del PP, por lo que la suma de ambos no basta para construir la “alternativa” al Gobierno de izquierdas que el líder ultra ha estado toda la campaña ofreciendo a Feijóo sin conseguir que este recogiera el guante. Vox ya tenía asumido que no revalidaría sus 52 diputados, ya que así lo indicaban las encuestas que ha realizado a lo largo de las últimas semanas, por más que sus mítines siguieran congregando más público que los restantes partidos, pero no esperaba una caída tan acentuada y, mucho menos, verse reducido a la irrelevancia. Al no llegar al medio centenar de diputados, Abascal ni quiera tendrá en su mano el instrumento para presentar en solitario recursos ante el Tribunal Constitucional, que ha usado a discreción en la anterior legislatura, ni tampoco podrá presentar mociones de censura en solitario (presentó dos contra Sánchez) al no disponer del 10% de los escaños.

Tras su breve comparecencia ante la prensa, Abascal ha subido a una tribuna para arengar a algo más de un centenar de seguidores congregados en la calle donde está la sede de Vox, ante los que se ha reconocido “preocupado” por el resultado electoral y a los que ha dicho, con mayor claridad que ante la presa, que es “muy probable que haya una repetición electoral”. “Que nadie tenga ninguna duda de que vamos a resistir”, ha proclamado.

Simpatizantes de Vox, ante la sede madrileña, durante el escrutinio.
Simpatizantes de Vox, ante la sede madrileña, durante el escrutinio.Jaime Villanueva

Por la mañana, cuando acudió a votar, Abascal ya se había puesto la venda antes de la herida al asegurar que “cualquier resultado que obtenga Vox en estas circunstancias va a ser un resultado heroico”. A pesar de que Vox ha participado en los mismos debates televisivos que los demás partidos, salvo el PP y el PSOE, cuyos candidatos Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, tuvieron un cara a cara en Antena 3; y de que Abascal ha rechazado entrevistas con numerosos medios de comunicación (incluidos los del Grupo PRISA, editor de EL PAÍS), aseguró que su partido ha tenido “todo en contra, una oposición de la mayoría de los medios de comunicación y de los adversarios políticos instalados en la mentira, la demonización y el retorcimiento del mensaje de Vox”.

Abascal ha seguido el recuento de los votos desde la última planta de la sede, rodeado de sus más estrechos colaboradores. El único que ha dado la cara en estas largas horas ha sido el secretario general, Ignacio Garriga, quien, poco después del cierre de las urnas, ha hecho unas breves declaraciones en las que no ha querido pronunciarse sobre las estimaciones que daban los sondeos y ha subrayado la voluntad de Vox de “hacer valer” sus votos “sin regalárselos” al PP. En ese momento aún no sabía que el valor de esos votos, por insuficientes, iba a depreciarse a lo largo de la noche.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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