La movilización de la derecha eclipsa la victoria de la izquierda en las ciudades gallegas
Las fuerzas progresistas superan a PP y Vox en el voto urbano y aumentan apoyos en estas localidades con respecto a las municipales. El bloque de la derecha, sin embargo, creció más y recortó distancias
Los estrategas de la izquierda gallega llevan semanas repitiendo un mantra: la clave para llegar a la Xunta estaba en sacar de casa el 18-F a esos votantes suyos de las ciudades que son reacios a ir a las urnas en las autonómicas. La buena noticia es que lo consiguieron. La mala, que no fueron los únicos. El bloque de izquierdas en las elecciones gallegas, dividido en cuatro marcas (BNG, PSdeG, Sumar y Podemos), aglutinó unos 277.000 apoyos en las siete ciudades, 8.000 más que en las municipales, y superó a la suma de PP y Vox en 47.000 papeletas. El respaldo a estas últimas formaciones, sin embargo, también creció y con más fuerza: pasó de 164.000 sufragios en mayo de 2023 (18.000 más si se cuenta a Democracia Ourensana) a 230.000. Si la diferencia en los comicios locales en favor de la izquierda fue de 105.000 votos, el 18-F la alternativa encabezada por los populares logró recortar esa ventaja a 47.000.
La apertura de las urnas este domingo ha sumido a los partidos de izquierda en la decepción. Las elecciones más reñidas de los últimos 15 años en Galicia han acabado una vez más en una victoria clara del PP. La participación electoral subió ocho puntos con respecto a 2020 —a la espera de la corrección, normalmente a la baja, tras el escrutinio del voto CERA— y se situó solo unas décimas por debajo de la que se alcanzó en 2005, cuando Manuel Fraga perdió su mayoría absoluta. En esta ocasión, el empuje ciudadano hacia las urnas no ha jugado solo en favor de BNG, PSdeG, Sumar y Podemos. La movilización del voto urbano de la derecha ha eclipsado la victoria progresista entre los gallegos que habitan las ciudades.
Los mejores resultados que jamás ha obtenido el BNG en sus 42 años de vida han sido recibidos con tristeza por sus dirigentes y militantes. La sensación que recorre a los nacionalistas es que han perdido una oportunidad histórica de desalojar de la Xunta al PP en un momento de debilidad que nadie sabe si volverá a repetirse. En el día después, Ana Pontón ha señalado a “la campaña del miedo y de las mentiras” desplegada por Alfonso Rueda como un factor oscuro de su triunfo. Considera probable que haya tenido “algún efecto”. En una entrevista en la Cadena SER ha desvelado incluso que no descarta emprender acciones legales contra las declaraciones de los populares en las que llegaron a vincularla con la banda terrorista ETA. La nacionalista insiste en que “no se acaba nada”: “Sé que no logramos el objetivo y muchas personas están decepcionadas. Quiero decirles que no lo estén, que tenemos motivos para la esperanza. Los cambios profundos a veces llevan mucho tiempo, pero es evidente que este país ya cambió y que esos cambios llegarán”.
En estas elecciones gallegas, la única ciudad en la que PP y Vox suman más que las cuatro principales formaciones de izquierda es Lugo. El BNG rebasa en todas al PSdeG, incluso en aquellas localidades donde el partido de José Ramón Gómez Besteiro empuña el bastón de mando (Vigo, A Coruña y Lugo). En Vigo, la urbe más poblada y la que se rinde al PSdeG de Abel Caballero cuando lo que está en liza es el Gobierno local, Pontón también superó al PP. Las fuerzas de izquierda aglutinaron el 60% de los apoyos a 34.000 papeletas de distancia de la suma de la derecha. En Ferrol y Pontevedra, el bloque progresista rebasó a PP y Vox por apenas 1.000 votos, y en Ourense ambos bloques alcanzaron un empate técnico que rompe Democracia Ourensana en favor de la derecha.
Los populares de Rueda suben en las siete ciudades con respecto a las últimas municipales, pero con distinta fuerza. El mayor incremento lo registran en Ourense (70%). En Vigo han cosechado más del doble de votos y en Santiago el incremento roza el 40%. En cualquier caso, el apoyo al PP en las urbes nada tiene que ver con los municipios rurales. En pueblos de Ourense como Quintela de Leirado el partido de Rueda se llevó el 90% de las papeletas; en Beariz y Avión, el 85%.
El PSdeG se ha hundido una vez más en una cita autonómica pese a ser el partido que gobierna a un mayor número de gallegos desde los ayuntamientos. Forma parte de 120 ejecutivos locales de los 313 municipios de la comunidad y tiene en sus manos 102 alcaldías, entre ellas las de las ciudades de Vigo, A Coruña y Lugo. Este 18-F ha tocado suelo, pese a que ya partía de la peor marca en diputados de su historia (en porcentaje de voto aun fue peor la de 2016). “Son unos muy malos resultados electorales, sin adjetivos”, afirma José Manuel Lage Tuñas, secretario de Organización y número dos del Ayuntamiento de A Coruña. Besteiro ya ha anunciado que seguirá al frente del partido para liderar su “reconstrucción”. La cúpula socialista celebrará este miércoles una reunión extraordinaria para analizar en detalle la debacle.
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