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Sánchez urge a “consolidar liderazgos” en las comunidades “que incluso trasciendan la marca” del PSOE

El presidente del Gobierno afirma en la ejecutiva que hay que reforzar la estructura territorial del partido y que el debate nacional no ha influido en el varapalo gallego. Page discrepa: “El producto era regional pero el guiso era nacional”

Pedro Sánchez presidía la reunión de la ejecutiva del PSOE en Ferraz, este lunes, tras las elecciones en Galicia, en una imagen del partido.
Pedro Sánchez presidía la reunión de la ejecutiva del PSOE en Ferraz, este lunes, tras las elecciones en Galicia, en una imagen del partido.Eugenia Morago
José Marcos

Lo que pasa en Galicia se queda en Galicia. Al menos esa es la pretensión de Ferraz, que acota el cataclismo de las elecciones gallegas a la falta de un proyecto consolidado pese a su respaldo a José Ramón Gómez Besteiro. Apuesta personal de Pedro Sánchez, el candidato del PSdeG estableció un nuevo récord negativo perdiendo cinco escaños y casi 50.000 votos. Y eso a la espera del recuento del voto exterior. Los 14 diputados que hasta ahora marcaban el suelo de los socialistas gallegos terminaron siendo un objetivo inalcanzable en una campaña que se hizo eterna. El análisis que el presidente del Gobierno hizo en la ejecutiva del PSOE que, como marca la tradición, se reúne cada lunes posterior a unas elecciones, fue que el debate nacional, con la amnistía opacándolo todo, no influyó en el resultado. La prueba sería el trasvase de esos votantes y escaños al BNG, sin complejos a favor de la amnistía. Emiliano García-Page hizo una interpretación muy diferente: “El producto de estas últimas elecciones era regional, pero el guiso era nacional. Si [el PP] llega a perder, las consecuencias eran nacionales, el principio de la decadencia. Si pasa lo contrario, las consecuencias o al menos una parte de la reflexión tendrá que ser coherentemente también nacional”, remarcó en un acto en Manzanares (Ciudad Real).

Donde Sánchez sí puso el acento, en una intervención “sosegada” y “tranquila” en la que se lo vio “afectado” por un golpe mucho más duro del esperado y por su afecto a Besteiro —los trackings internos advertían como escenario más funesto bajar a 11 escaños, pero jamás por debajo de los dos dígitos—, fue en la necesidad de “consolidar liderazgos fuertes” en las comunidades autónomas “que incluso trasciendan la marca” del partido, según fuentes de la dirección federal consultadas por EL PAÍS. Es decir, que aporten un plus y además de a los votantes más convencidos, atraigan al electorado más trasversal y menos ideologizado que suele decantar las elecciones.

El secretario general del PSOE destacó que el principal partido del Gobierno cuenta con muy buenos cuadros a nivel municipal que, sin embargo, no son tan numerosos en el ámbito autonómico. Por esta razón, hizo hincapié en reforzar la estructura de las federaciones —equipos encargados de los discursos, de la preparación de los debates: Besteiro quedó orillado por Alfonso Rueda y Ana Pontón en el que coincidieron en la TVG— y apoyar en definitiva a los liderazgos territoriales del partido, reducido a la mínima expresión tras el tsunami electoral del 28-M. El candidato del PSdeG, elegido en octubre, se vio penalizado por el tirón de la cabeza de lista del BNG desde 2016, y por tanto muy consolidada. El tiempo dio la razón al Bloque: ese año tocó suelo con seis escaños, antes de obtener sus mejores resultados en 2020 (19) y ahora (25).

“Se ha votado en términos muy territoriales, como volverá a pasar en Euskadi. La clave fundamental para recuperar la confianza de los gallegos son los proyectos de largo recorrido, es uno de los factores que han podido afectar”, afirmó la portavoz del PSOE, Esther Peña. Desde que perdió la Xunta por un diputado en 2009 y el PP empezó a encadenar cinco mayorías absolutas, el PSdeG ha estrenado candidato unas elecciones tras otras. “Hay que ser pacientes y trabajar hará que vuelva a salir el sol. La tierra, para el que se la trabaja”, concluyó Peña. El enigma es si los socialistas no se dejarán llevar por las prisas, como han demostrado sin descanso en comunidades como Madrid, donde no gobiernan desde 1995. El secretario general del PSOE de Madrid y candidato en las últimas autonómicas, Juan Lobato, atribuyó el “auge” del BNG a “una candidata que se ha presentado por tercera vez y ha venido trabajando con consistencia. La gente eso lo valora”.

La atención del PSOE a sus federaciones se produce en un momento de gran debilidad territorial, en el que la suma con Unidas Podemos fue insuficiente frente a los pactos del PP con Vox en cinco gobiernos regionales y 140 ayuntamientos. Los socialistas perdieron el 28-M casi todo su poder territorial, conservando tres de los nueve Ejecutivos autonómicos que presidía y un puñado de capitales provincia. Mantenerse en el Gobierno alivió al PSOE, que aun así no se ha recobrado del zarpazo que sufrió en autonomías y ayuntamientos. “Llevamos un ciclo desde 2020 muy difícil, muy adverso, muy hostil, y que debería provocar una reflexión profunda para evitar un ciclón electoral que arrase mucho más”, abundó García-Page. “El 23-J fue en parte un trampantojo”, sentencia otro líder territorial.

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Campaña “manifiestamente mejorable”

Inés Rey fue la primera en romper el hielo tras Sánchez en la ejecutiva, que ha durado dos horas y en la que ha habido 11 peticiones de palabra. La alcaldesa de A Coruña y vicepresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) empezó valorando a Besteiro como el mejor candidato antes de afirmar que, en su opinión, la campaña fue “manifiestamente mejorable”. La del BNG fue “digital” frente a la analógica” del PSdeG, que no prestó la atención debida al voto urbano, una mayoría progresista a la que la candidatura de Pontón le resultó más atractiva. La regidora lamentó que el Bloque les arrebatase un espacio, el del galleguismo, que era uno de los puntales de los socialistas.

María Jesús Montero y Santos Cerdán incidieron en la necesidad de fortalecer al PSOE en las comunidades. La vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE es de la opinión de que en Galicia se haga una labor de oposición muy fuerte los dos primeros años de la legislatura mientras Besteiro va dando forma a su proyecto y, con esas bases, que los dos últimos años se dediquen a mostrarse como la alternativa a Rueda. La número dos del PSOE y del Ejecutivo señaló que no había escuchado durante la campaña propuestas de sanidad concretas, lo que se interpretó como una crítica implícita a la estrategia seguida.

Idoia Mendia no negó los malos resultados, pero también recordó los “batacazos” de la derecha en Euskadi y Cataluña, donde el PP obtuvo en los últimos comicios, respectivamente, seis diputados —junto a CS— y el mismo porcentaje de votos y tres escaños y el 3,85% de los votos. “No hay que hacer extrapolaciones”, concluyó sobre la medida de gracia y su impacto en las autonómicas.

Otra gallega en la ejecutiva, Pilar Cancela, secretaria de Estado de Migraciones y responsable del PSOE exterior —esos votos se contabilizarán la próxima semana, y su importancia en Galicia es enorme, ya que suponen el 18% del censo y propiciaron el Gobierno del bipartito con el BNG en 2005—, intervino en una línea similar que Rey, hasta que Sánchez la interrumpió pidiendo un análisis federal del 18-F, según fuentes presentes. Los turnos solicitados por Arcadi España, Elisa Garrido, Manuel García Salgado y Sabrina Moh Abdelkader se sucedieron centrados en el análisis del estado territorial del partido.

La siguiente en hablar fue Isabel Rodríguez. La ministra de Vivienda puso como ejemplo en su intervención para resaltar la autonomía y responsabilidad de las federaciones del partido que, cuando iba al colegio, sus padres no controlaban si estudiaba o no, ya que esa era su obligación, y que sí le pedían explicaciones en el caso de que obtuviera unas malas notas. Tras esta reflexión, Rodríguez dijo, según distintos miembros de la dirección socialista, que se hubiera involucrado más en la campaña gallega pero no lo hizo porque no reclamaron su presencia. Esta misma conclusión la comparten otros miembros del Gobierno, entre los que sorprende que uno de los grandes valores y comunicadores del PSOE, Óscar Puente, no participase en ningún acto de campaña. El ministro de Transportes, que no asistió a la ejecutiva ya que le coincidía con un acto en Barcelona para el traspaso de Rodalies, pidió “una reflexión profunda y de fondo” tras admitir que el resultado en Galicia había estado “lejos de las expectativas y de lo que sería deseable”.

La andaluza Ana María Romero fue la única de los integrantes de la dirección del PSOE que intervino sin centrar su intervención en el impacto del 18-F. La responsable en la dirección federal de Agricultura, Ganadería y Pesca enfocó su discurso en las protestas del campo que estallaron hace unas semanas y abrieron otro frente al Gobierno a cuatro meses de las elecciones europeas.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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