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El maná de la PAC: 60 años de ayudas europeas para regar el campo andaluz

Andalucía, que acapara un tercio de la producción agrícola nacional, es la comunidad que más porcentaje se lleva de los fondos comunitarios

Varios jornaleros recogen patatas en una finca de Sevilla.
Varios jornaleros recogen patatas en una finca de Sevilla.PACO PUENTES
Ginés Donaire

El presidente andaluz y candidato del PP a la reelección en los comicios del próximo día 19, Juan Manuel Moreno, se ha reencontrado este miércoles en una ganadería del Valle de los Pedroches de Córdoba con la vaca Fadi. “En 2018 fue una vaca talismán”, ha dicho Moreno Bonilla, que llegó a gobernar, a pesar de haber obtenido el peor resultado histórico del PP, gracias al pacto con Cs y el apoyo externo de Vox. El candidato socialista, Juan Espadas, le ha replicado: “La vaca le ha dicho: señor Moreno, dele las gracias al señor [Pedro] Sánchez y al señor [Luis] Planas porque en estos días nos están llegando las ayudas al sector lácteo que el Gobierno de España se comprometió a ejecutar”.

La vaca Fadi ha protagonizado hoy la agenda de los principales candidatos en Andalucía y, de paso, ha llevado la campaña al campo, un territorio decisivo para el resultado final del 19-J. Andalucía, que representa el 34% de la producción agrícola nacional, se lleva en torno al 25% de la tarta de las subvenciones comunitarias destinadas a España, una lluvia de 1.480 millones anuales (datos de 2020) para regar el campo andaluz. Todos los partidos subrayan en esta campaña las bondades del campo y valoran la influencia de la Política Agraria Común (PAC) en Andalucía. El único motivo de discordia entre los candidatos está en el impacto que tendrá la nueva PAC, que debe entrar en vigor el 1 de enero de 2023.

El catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén (UJA) Manuel Parras considera que esos fondos “han permitido una enorme transformación de la agricultura andaluza, haciéndola más eficiente y competitiva, además de haber permitido fijar la población al territorio”. A su juicio, “el campo andaluz sería muy distinto sin las ayudas europeas”.

La Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía ha tramitado este año 227.600 solicitudes de agricultores y ganaderos andaluces para acogerse a las ayudas de la PAC. “Hoy en Andalucía no estamos como en otras regiones de la España vacía”, remarca Parras. En Jaén, la provincia que recibe más fondos comunitarios (327 millones el último año), las ayudas de la PAC suponen en torno al 5% del PIB provincial.

Aunque la PAC cumple ahora 60 años, fue a raíz de la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea, en 1986, cuando empezó a visualizarse en mayor medida el efecto de estas ayudas. Los datos del último censo agrario de 2020 publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que la renta agraria por unidad de trabajo es un 48% más alta que en 1990. Es cierto que el número de explotaciones agrarias se ha reducido en las tres últimas décadas, pero resulta indudable que ahora están mejor dimensionadas, con mayor superficie y producción. La mejor prueba de ello es que, desde 1995, las exportaciones agroalimentarias en toda España se han multiplicado por más de cinco, hasta superar los 60.000 millones de euros, con un saldo positivo de la balanza comercial de 19.000 millones en 2021. En eso ha tenido mucho que ver el peso de Andalucía, que lleva tres años consecutivos batiendo el récord de ventas al exterior.

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Recuerda Parras que cuando se produjo el ingreso en la Comunidad Económica Europea eran muchos los países que miraban a España con recelo. “Había miedo a que invadiéramos de aceite de oliva la Comunidad, y por eso se estableció un periodo de transición”, explica. Desde entonces, se ha pasado de una producción de 600.000 toneladas de aceite de oliva a duplicar la cifra. Y, aunque el consumo mundial de aceite de oliva también ha crecido en la misma proporción, Parras admite que “uno de los mayores déficits de la PAC es su escasa orientación a los mercados”.

Recelo ante la reforma

¿Y qué va a ocurrir con la nueva PAC? José Antonio Gómez-Limón, catedrático de Economía Agraria de la Universidad de Córdoba (UCO), vaticina unas pérdidas anuales para Andalucía de 100 millones de euros como consecuencia, fundamentalmente, de la aplicación de los nuevos ecoesquemas, que vienen a sustituir al actual pago verde. “Hasta ahora el importe del pago verde era proporcional al pago básico, y eso favorecía a Andalucía porque los pagos son mayores que en el resto de España. Tras la reforma, el pago verde es sustituido por los ecoesquemas, que tienen importes uniformes para toda la geografía nacional, con independencia de los pagos que reciban”, subraya Gómez-Limón sobre la reforma que debe entrar en vigor en enero de 2023.

“Gracias a la PAC tenemos un medio rural muy activo, pero si ahora vamos a igualar territorios [a través de la reducción del número de regiones productivas] corremos el riesgo de pérdida de renta por el posible trasvase de fondos entre regiones”, advierte el catedrático cordobés.

Las organizaciones Asaja y Cooperativas Agro-alimentarias han pedido al Ministerio de Agricultura que reconsidere, dentro del Plan Estratégico nacional de la nueva PAC, tanto el número de regiones productivas como la incidencia de los ecoesquemas. Apuntan que son dos aspectos “muy lesivos” para el campo andaluz, del que dicen que perderá 500 millones en el nuevo marco comunitario.

La nueva PAC llega con una filosofía mucho más verde y sostenible, pero los expertos creen que además es preciso no aplicar criterios uniformes para diferentes territorios y cultivos. Un ejemplo de ello es el olivar tradicional, para el que se acaba de anunciar una ayuda adicional de 30 millones de euros con el objetivo de corregir sus desequilibrios, que lo hacen menos competitivo. Un informe del Consejo Económico y Social (CES) de Jaén advertía de que más de un tercio del olivar tradicional (en especial el que está en pendientes superiores al 20%) sería inviable sin las ayudas comunitarias. “La nueva PAC debe valorar también el papel del olivar y de otros cultivos leñosos como sumidero de CO2, esa economía circular sería la auténtica revolución en el olivar”, sostiene Parras, que dirige la Cátedra Caja Rural de Aceites de Oliva, la única de este tipo para un cultivo.

En el periodo 2021-2027, España va a disponer de unos 55.000 millones de euros procedentes de la PAC, del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA) y de los fondos europeos Next Generation, la inyección de fondos públicos más importante desde los años noventa, a pesar de la reducción del 15% del presupuesto comunitario debido al Brexit.

Para el ministro de Agricultura, Luis Planas, que no se está prodigando demasiado en la campaña electoral andaluza, la PAC “ha sido una herramienta clave para garantizar el suministro estable de alimentos a precios razonables, garantizar las rentas de agricultores y ganaderos y propiciar el avance tecnológico para lograr una mayor productividad”. También la consejera de Agricultura en funciones y candidata del PP por Almería, Carmen Crespo, ha subrayado que las ayudas de la PAC son “vitales” para los trabajadores del campo, “porque les ayudan a mejorar la rentabilidad de sus explotaciones al tiempo que contribuyen a fijar la población a las zonas rurales para evitar su abandono”. Y en Vox, su candidata, Macarena Olona, ha realizado varios actos en defensa del campo, la caza y el medio rural.

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