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Industria del Calzado

Preocupación en la patronal valenciana del calzado por la caída de las exportaciones

La industria se ha visto afectada por los conflictos en Ucrania, Gaza y Mar Rojo, la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores y las nuevas exigencias laborales

Un trabajador del calzado en una fábrica de Elche.
Un trabajador del calzado en una fábrica de Elche.joaquin de haro rodriguez

La caída de las exportaciones preocupa a la patronal del calzado. La tendencia a la baja de las ventas al extranjero arrancó en agosto pasado y la previsión es que se mantenga durante el primer semestre de este año. El responsable de Internacionalización de FICE (Federación de Industrias del Calzado de España), Imanol Martínez, confirma que 2024 se ha estrenado con un retroceso en términos de valor: se han reducido un 7,5% respecto al mes de enero de 2023 y se han situado en torno a los 251,4 millones de euros”.

Por comunidades autónomas, la valenciana, que aglutina a más del 70% de las empresas del sector calzado en España y cerca del 65% del empleo, ha registrado una caída del 24,9% respecto a enero de 2023. Se encuentra de esta manera solo por detrás de Aragón (34,2%) y Andalucía (27,3%).

Estos resultados arrastran a la industria auxiliar. Manuel Román, presidente de la Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado y la Marroquinería (AEC), ha recordado en la última edición de la feria Futurmoda que el sector va “a rebufo del calzado”. Román ha aclarado que si el fabricante de calzado “no tiene esa alegría en la producción también nos afecta”. Aun así, ha mostrado su ilusión porque el año 2024 sea el de la recuperación después de un 2023 en el que la facturación de los componentes cayó un 15% y se perdieron un 10% de los empleos. Las comunidades autónomas que mejoran sus exportaciones de calzado son Cataluña, Galicia, Castilla la Mancha, La Rioja, Madrid o el País Vasco, en este caso con un aumento de las ventas de más de un 35%.

En cuanto a las importaciones, en el primer mes de este año, España adquirió en el exterior calzado por un valor acumulado de 405 millones de euros. Supone, por tanto, que las compras en el exterior disminuyeron con respecto a enero de 2023, un 8,1%. En consecuencia, la balanza del calzado durante el primer mes de 2024 se desequilibró a favor de las importaciones en 148,3 millones de euros, un 162,2% más.

La presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano, ha explicado que estos cambios en el consumo están vinculados a la inflación, que ha llevado a una disminución del poder adquisitivo de las familias. “La renta disponible ha caído y el gasto de la gente se dirige hacia los productos de primera necesidad”. Cano ha apuntado además que las condiciones climáticas adversas con un clima más cálido y el retraso en el inicio del frío “han desalentado la compra del calzado de invierno”.

Cano apunta a que “los conflictos internacionales como la guerra en Ucrania, Gaza y el conflicto en el Mar Rojo han añadido presiones adicionales al sector”. Aun así, la presidenta de Avecal destaca que no solo se han visto afectadas las exportaciones a Rusia, Ucrania e Israel, sino también a otros grandes compradores de calzado español como Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, México, Canadá, Japón o Corea del Sur. Aclara además que los costes han aumentado debido al incremento de materias primas o la energía, “a lo que se le suman cuestiones relacionadas con la regulación laboral”.

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Marián Cano insiste en que el sector necesita estabilidad laboral. “Es necesario respetar los acuerdos alcanzados en el diálogo social”, señala la presidenta de Avecal. Recuerda que el calzado tiene su propio convenio pactado entre patronal y sindicatos con acuerdos en torno a la jornada laboral y los salarios. El sector cuenta con un convenio en vigor hasta 2025 en el que se recogen, entre otros aspectos, incrementos salariales y reducción de jornada. Por ello, Cano señala que “no deberían desde el Gobierno tomarse medidas que desvirtúen lo pactado en la mesa negociadora”. En este sentido apunta que la reducción de horas que plantea el Ejecutivo español supondrá una pérdida de competitividad para las empresas del sector en un mercado cada vez “más volátil y demandante”.

La patronal también destaca la falta de flexibilidad en la aplicación de los criterios por parte de la Inspección en torno a la figura de los fijos discontinuos porque “está generando importantes problemas a las empresas”, según Cano. Resalta que la política sobre este tipo de contratos fijos “elimina la necesaria flexibilidad que una empresa de calzado requiere para adaptarse a las cambiantes temporadas”.

Las empresas del calzado solicitan que se promueva “un diálogo constructivo entre las partes involucradas para encontrar soluciones que promuevan un equilibrio entre la protección de los trabajadores y la necesidad de mantener la competitividad y flexibilidad que la industria demanda”, apunta Cano. Y reclaman que el periodo que usa la Inspección sea superior a un año pues la coyuntura puede desvirtuar los periodos en los que el fijo discontinuo trabaja, por lo que piden que se amplíe a dos o tres años.

FICE también ha mostrado su “enorme preocupación” con la ley Crea y Crece porque consideran que afecta a la competitividad de las compañías en mercados globales. Esta norma establece que el plazo máximo de pago debe ser de 30 días (60 si hay acuerdo entre las empresas) y, si estos plazos no se cumplen las firmas no pueden acceder a las ayudas. Avecal considera que esta ley interviene en las relaciones entre las empresas condicionando la libertad negociadora de las firmas zapateras. “Los plazos restrictivos que establece esta norma nos sacaría del mercado”, afirma la dirigente. Cano recalca que “hay que tener en cuenta que el calzado es un producto de baja rotación. Desde que llega al comercio hasta que se vende, el plazo es mucho mayor que el de otros bienes”. Por ello, reclama que se tenga en cuenta a la hora de establecer periodos de pago “las peculiaridades del sector”. Asimismo, la patronal denuncia que esta ley está impidiendo que las empresas puedan optar a ayudas europeas que son necesarias para la supervivencia de muchas empresas zapateras. En este sentido, reclaman más medidas de apoyo a la internacionalización incrementando el presupuesto de ayudas del ICEX Exportación e Inversiones al calzado que se mantiene congelado desde 2015.

Marián Cano insiste en que la tendencia del mercado, después de un buen rendimiento en 2022 y el primer semestre de 2023, se ha desacelerado en la segunda mitad del año, “reflejando el deterioro del consumo y las condiciones económicas y climáticas adversas”. Así las cosas, de cara a 2024 “las empresas son muy prudentes ya que se espera que las exportaciones sigan cayendo”.

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