Vox tantea el veto en institutos de Vinaròs de un libro en valenciano sobre adolescencia y diversidad sexual

El triangle rosa (El triángulo rosa), del escritor valenciano Silvestre Vilaplana, habla de Dani. Un adolescente que miente “por pura supervivencia, porque no se comprende a él mismo, porque no se acepta como es, porque tiene miedo del entorno que lo rodea, porque pesan más los prejuicios que los sentimientos”, reza la sinopsis. Miente hasta que un día la red de mentiras empieza a romperse “y por fin se enfrenta a una verdad que le hace daño, pero que lo liberará”. Sin dramatismos y con mucho de humor.

El triangle rosa narra el descubrimiento de la opción sexual de un adolescente. Y en esta novela sobre diversidad sexual, uno de los libros de lectura de este curso para el alumnado de Secundaria de Vinaròs, en Castellón, ha puesto su intento de veto el grupo municipal Vox en el consistorio —que gobiernan en coalición PSPV y Compromís— por el “contenido sexual” del libro y al considerar que “incita al consumo de drogas”.

Fuentes consultadas por EL PAÍS detallan que en el caso del IES José Vilaplana —uno de los dos existentes en el municipio, ambos públicos—, la lectura del libro fue dirigida a alumnado de segundo de ESO dentro de la asignatura de valenciano, por lo que la edición elegida fue la publicada en este idioma. Aseguran, contradiciendo la versión de Vox en el último pleno, que ningún padre se ha dirigido al instituto para quejarse del libro.

La formación de ultraderecha, a través de su portavoz en el consistorio, Josué Brito, lamenta que “se obligue” al alumnado a este tipo de lecturas y pide al ayuntamiento que inste a la Consejería de Educación y a los profesores “a que pregunten a los padres si están conformes con que sus hijos lean este tipo de libros y puedan decidir”. Vox va más allá y plantea alternativas lectoras en los institutos: “¿Por qué no se les obliga a los niños a leer libros sobre la historia de Vinaroz? ¿Sobre nuestra Carta Pobla?”, espeta en un comunicado hecho público este miércoles.

Fue en el pleno de septiembre, celebrado a finales de la semana pasada, cuando Vox planteó su malestar por las quejas recibidas “de una buena cantidad de padres” por la lectura de esta publicación “dirigida a niños de 13 y 14 años”. Padres a quienes les molesta “el alto contenido sexual [del libro] que lleva a sus hijos a tomar decisiones que no son las recibidas en casa”, dijo Josué Brito durante su intervención. “No importa el tipo de sexualidad que enseña, sino la edad de los niños que deben leer este libro. Incita a la droga, a desobedecer a los padres y a otras cosas que no diré con el micro abierto”, añadió. En la misma sesión plenaria criticó además que el alumnado deba examinarse del libro “para corroborar si ha entendido el mensaje”. A juicio de la formación ultra conservadora, implementar este tipo de lecturas “resta autonomía a las familias”, por lo que pide una consulta a los padres “cuando desde los centros se planifique el sistema de estudio anual”.

El alcalde de Vinaròs, el socialista Guillem Alsina, lamenta que Vox esté haciendo “política ideológica” con este tema. “Me recuerda a su compañero de Borriana, que está prohibiendo todos los libros”, reprochó a Josué Brito en el pleno en alusión al edil de ultraderecha borrianense Jesús Albiol, que quiere retirar de la sección juvenil de la biblioteca municipal de esta población libros sobre diversidad sexual y que meses antes censuró también en el mismo espacio cinco revistas en catalán por considerarlas defensoras del independentismo.

El alcalde de Vinaròs recuerda que la edad recomendada para El triangle rosa va de los 12 a los 18 años, como marca la propia editorial, Algar. Asegura que el consistorio no impondrá nada sobre esta cuestión ni a centros ni a docentes. “Sólo faltaría proponer al profesorado los libros que tienen que leer sus alumnos; confiamos plenamente en la profesionalidad y el criterio del personal docente”, sostiene.

Desde alcaldía apelan además a lo establecido en la Ley de Infancia de la Generalitat Valenciana, que destaca en sus artículos 19, 38 y 44, que las acciones educativas adoptarán una perspectiva inclusiva y de género, reconociendo la diversidad afectivo-sexual”, y que “los programas serán coeducativos y promoverán la igualdad de oportunidades y de género; el respeto y tolerancia […] y las diversas formas de relación afectivo-sexual […]”.

Por su parte, desde la Consejería de Educación recuerdan que los centros educativos “tienen autonomía para elegir sus lecturas”.

El pasado mes de junio, el propio autor de El triangle rosa celebraba en sus redes sociales la traducción al castellano del libro, “especialmente en los tiempos tan complicados que se avecinan”, decía, arropando el mensaje con tres banderas LGTBI en un guiño al colectivo. Entre los comentarios dejados tras el anuncio, varios mensajes de felicitación al autor por una publicación “súper recomendable para el alumnado y sus padres”.

También en redes sociales, pero en el extremo opuesto, se ha pronunciado sobre este tema el diputado de Vox y candidato de esta formación a la presidencia del Consell Carlos Flores, condenado por violencia machista. Incide en que Vox “no propone prohibir la lectura de este libro” sino que demanda “a petición de los padres, que leerlo deje de ser obligatorio para los estudiantes de 13 años”, mientras concluye su tuit con un “libertad de pensamiento bien; adoctrinamiento ideológico, mal”.