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La economía valenciana necesita subir su productividad para acercarse a la media española

El V Congreso se reúne en Valencia para analizar la situación actual y abordar los retos de la comunidad autónoma en un contexto de crisis

El País
El director del Ivie, Francisco Pérez, en la presentación de la jornada del V Congreso de Economía Valenciana de este lunes en Valencia.
El director del Ivie, Francisco Pérez, en la presentación de la jornada del V Congreso de Economía Valenciana de este lunes en Valencia.

El PIB per cápita valenciano está un 12% por debajo de la media española y la distancia se ha agrandado desde 2007, recoge el informe elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) con motivo del V Congreso de Economía Valenciana y que ha presentado este lunes el director adjunto del organismo, Joaquín Maudos. Los pobres resultados en productividad explican buena parte de la brecha de riqueza de la autonomía con respecto al conjunto de España. Urge una mejora de la productividad por ocupado, un 5% inferior a la media, y del sector privado, un 6,5% por debajo.

La Generalitat Valenciana y los agentes sociales —CC.OO. UGT y CEV—, en colaboración con el Ivie, organizan este lunes y martes una nueva jornada del V Congreso de Economía Valenciana, tras el encuentro del pasado junio en Alicante. Si entonces se estudió la evolución de la economía valenciana desde el Estatuto de Autonomía de 1982, ahora, el objetivo es analizar la situación actual y los retos a los que se enfrenta para establecer las estrategias de mejora, en un contexto marcado por las últimas tres crisis —financiera de 2007, covid-19 y crisis de materias primas agravada por la guerra en Ucrania—.

El informe detalla las debilidades del tejido productivo valenciano que contribuyen a explicar los bajos niveles de productividad. Destaca la especialización en actividades que generan menor productividad. Solo en 11 de las 60 ramas de la actividad de la economía, la productividad de la Comunidad Valenciana supera la media nacional y esas ramas aportan el 14,8% del valor añadido del sector privado. Eso significa que el 85,2% del VAB de las empresas privadas valencianas depende de sectores con niveles de productividad inferiores a sus homólogos en España.

Además, se advierte del menor empleo de capital humano, ya que el porcentaje de ocupados con estudios universitarios (como indicador de calidad del trabajo) es inferior al de España (31% frente a 32,4%), y se aleja de las regiones líderes en productividad: Madrid (43,2%), País Vasco (39,3%) y Navarra (35%).

El documento también se refiere a la menor profesionalización de la dirección de las empresas como factor que limita la productividad, con un porcentaje de empresarios y autónomos con formación superior 1,7 puntos menor que el de España (39% frente a 40,7%).

Por otro lado, el informe del Ivie recuerda que el esfuerzo inversor en I+D (medido por el peso que tiene la inversión en I+D en el PIB) se sitúa un 16% por debajo de la media española. También es menor el esfuerzo inversor en activos intangibles (formación de los trabajadores, publicidad, diseño, software, bases de datos, etc.) que representa un 6,2% del PIB en la Comunidad, frente al 7,1% de la media o el 11,1% de Madrid.

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Por último, incide en el reducido tamaño empresarial, con solo un 12,3% del empleo en grandes empresas frente al 16,6% de España, como otra de las debilidades del sector productivo valenciano.

El sector público también arrastra debilidades, según el estudio. En primer lugar tiene una menor dotación de infraestructuras públicas en relación al tamaño de la economía, con un stock de capital público un 17% inferior a la media y carencias importantes como el reclamado Corredor Mediterráneo. Además, la Administración valenciana dispone de menos recursos para apoyar la actividad económica debido a la infrafinanciación sufrida desde hace años. El gasto per cápita en políticas de apoyo a las actividades productivas y las inversiones siempre ha estado por debajo de la media (un 15% por debajo del promedio de España en 2020), ya que todos los recursos se han de destinar a garantizar los servicios fundamentales (sanidad, educación y dependencia).

Otra de las debilidades del sector público, según el documento presentado por Joaquín Maudos, es la menor dotación de empleo público y el envejecimiento de las plantillas. El número de empleados públicos en relación a la población atendida es un 6% inferior en la Comunidad Valenciana que en España. Además, el 40% de los empleados de la Generalitat Valenciana tiene más de 54 años y solo el 15% es menor de 42 años. La lentitud en los procesos de contratación pública y el elevado nivel de endeudamiento son los dos últimos factores que lastran la productividad del sector público valenciano, según el informe.

La ‘eterna’ reforma de la financiación

El documento propone varias líneas estratégicas para superar las debilidades de la economía local, que pasan por dirigir la inversión hacia activos intangibles, mejorando la financiación bancaria; e impulsar la profesionalización de la gestión de las empresas y mejorar el capital humano de los directivos para que tengan una visión estratégica en aspectos como la innovación, la internacionalización o la digitalización.

La formación continua en la empresa es otro elemento esencial para la mejora de la productividad, además de la transformación digital de las organizaciones, o la difusión e imitación de las prácticas de las mejores empresas valencianas. También es crucial conseguir la reforma de la financiación autonómica para proporcionar más recursos económicos al sistema. En el sector público se hace necesaria rejuvenecer y renovar los perfiles del empleo público y evaluar regularmente las políticas públicas.

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