Barcelona da carpetazo a la Copa del América y se centra en el Tour
El Ayuntamiento asegura que se han cumplido los objetivos de la regata y deja claro que no destinará más dinero al evento. Mantiene que con la organización ha habido un “acuerdo de desconexión amigable”
Barcelona pasa página. Cierra la carpeta de la Copa del América y se centra en los futuros eventos que tiene en la agenda, como la salida del Tour de Francia o la Capitalidad Mundial de la Arquitectura en 2026. El día después del anuncio del Team New Zealand de que descarta repetir la Copa del América en Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona contestó este miércoles por boca del teniente de alcalde de Economía y responsable de Promoción Económica, Jordi Valls. Su relato es que Barcelona apostó por la Copa del América de vela en 2021 en un contexto de salida de la pandemia, resaca del procés y “cierto desánimo de la ciudad”, se marcó unos objetivos, invirtió en ellos y se han cumplido. Pero una vez ha sido suficiente, dijo: “Hay un legado y no aportaría nada alargar hasta 2026″. También dejó claro que el Ayuntamiento, “el sector público” no está dispuesto a volver a poner dinero para una eventual segunda edición de la competición. Entre los partidos de la oposición en el Ayuntamiento, Junts, los comunes y ERC exigieron cifras claras sobre el gasto y retorno del evento. Solo el PP y Vox lamentaron que las regatas no repitan en la ciudad.
“Esta es una ciudad que no depende de la Copa del América”, defendió el teniente de alcalde, admitiendo que tanto el Ayuntamiento como el líder del equipo organizador y ganador, Grant Dalton, hacen una muy buena valoración del evento. Valls también anunció una auditoría del gasto y retorno de los 59 días de regatas en la ciudad a la Universidad de Barcelona. Y puso en duda el estudio de la Universidad Pompeu Fabra en el que se basaron las previsiones de audiencias televisivas y visitantes durante la competición. El martes por la noche, el Team New Zealand, en el comunicado donde anunciaba que descartaba repetir, cifraba en 2,5 millones de visitantes los de esta edición. Mientras, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, reiteró su interés por acoger la regata en Valencia, a lo que Valls respondió: “Si la competición se la queda Valencia, queremos que sea un éxito”.
Valls explicó durante una entrevista en Rac-1 que el martes por la tarde se reunió con Grant Dalton en el Ayuntamiento, para hablar de lo que calificó de “acuerdo de desconexión amigable”. De hecho, los responsables municipales llevan semanas explicando en privado que solo aceptarían una nueva edición de la regata si no les costara un duro. Pasada la competición, tampoco se han escuchado voces eufóricas sobre su huella en la ciudad, ni entre hoteleros, ni comerciantes, ni restauradores, lo que habría presionado al gobierno de la ciudad para mantener un evento que ha estado lejos del frenesí de actividad económica que genera, por ejemplo, el Mobile World Congress.
“Le explicamos [a Dalton] que, en 2021, que nos dieran la Copa suponía la capacidad de demostrarnos que podíamos hacer un gran evento”, relató el teniente de alcalde. Y enumeró los objetivos que se marcó el Ayuntamiento, que a su juicio se han cumplido: “Reforzar la imagen de Barcelona, popularizar el deporte de la vela, impulsar la economía azul, que la ciudad se responsabilizara de los impactos cambio climático y acelerar las inversiones en el litoral”.
El representante del gobierno del alcalde Jaume Collboni citó los próximos eventos que aguarda Barcelona: la salida del Tour en 2026, la capitalidad mundial de la arquitectura el mismo año o la bienal Manifesta actualmente. En el comunicado del martes a última hora, Dalton afirmaba que las instalaciones de Barcelona se quedan pequeñas ante la voluntad de la organización de crecer en equipos. Valls ha explicado que el jefe de filas de los kiwis le explicó que le gustaría que los equipos estuvieran juntos, lo que no es posible en las instalaciones del puerto de Barcelona (a no ser que se hicieran obras). Dalton “no se sorprendió” ante los argumentos del Ayuntamiento.
La plataforma de entidades de Barcelona contra la Copa del América, que organizó una manifestación en vísperas a la final, celebró la decisión del Team New Zealand. “Celebramos esta victoria vecinal y popular contra un evento elitista que nunca debería haberse celebrado en la ciudad y ha supuesto un enorme gasto público injustificado”. La plataforma exigió una auditoría de las cuentas públicas, una evaluación “independiente” de los impactos reales y “responsabilidades políticas”.
Junts, ERC y los comunes exigen una auditoría de gastos y retorno
En el Ayuntamiento, los partidos de la oposición reaccionaron pidiendo transparencia. Junts, por boca de Damià Calvet, que era presidente del Puerto de Barcelona cuando se anunció que la ciudad acogería las regatas, ironizó sobre el hecho de que el evento aterrizó en Barcelona con Ada Colau como alcaldesa y deja la ciudad con Collboni en la alcaldía: “Lo contrario de lo que prometían en sus programas electorales [los comunes y el PSC]”, dijo y pidió una auditoría. En ERC, Jordi Castellana defendió la necesidad de tener datos para valorar el impacto del evento. “Hasta ahora ha habido mucha frivolidad” y valoraciones basadas en “sensaciones”, lamentó.
Por parte de los comunes, Janet Sanz recordó que la reforma del Port Olímpic que el PSC atribuye a las regatas “ya estaba prevista en 2016 [cuando gobernaba Colau]″ y también reclamó una auditoría. Sanz pidió un estudio “realista” de gastos e impactos y aseguró que la aportación pública de la ciudad, la Generalitat y el Gobierno aumentó en “30 millones de euros”. En el PP Daniel Sirera reprochó a Collboni “no haber hecho nada” para retener al Team New Zealand y pidió unos Juegos Olímpicos para Barcelona. En Vox, Gonzalo de Oro lamentó que “se han salido con la suya los del no a todo”.
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