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La Universidad Abat Oliba también elimina el filtro para acceder a su grado de Magisterio

El campus se suma a la decisión de hace un año del resto de campus privados, tras comprobar que han duplicado la matrícula sin las Pruebas de Aptitud Personal

Universidad Abat Oliva pruebas PAP
Alumnos y su profesora en un instituto escuela de Barcelona, en una imagen de archivo.Gianluca Battista

La Universidad Abat Oliba (UAO) también dejará de exigir las Pruebas de Aptitud Personal (PAP) para acceder a los grados de Educación el próximo curso. El campus sigue así la senda abierta hace un año por la Ramon Llull y la Internacional de Catalunya, que también suprimieron las pruebas. La UAO asegura que toma la decisión para equipararse con el resto de universidades privadas, una decisión que llega después de que tanto la URL como la UIC hayan logrado este curso remontar las matrículas de nuevos alumnos, que habían caído desde la implantación de las PAP hace una década.

Las Pruebas de Aptitud Personal (PAP) se implantaron en 2014 con el objetivo de mejorar el nivel de matemáticas y lenguas de los futuros profesores, en un momento en que se detectó un descenso en las notas de los alumnos catalanes. Universidades públicas y privadas acordaron que un alumno debía aprobar este examen, que se realiza en abril, para poder acceder a los grados de Educación Infantil o Educación Primaria. Desde entonces, cada año centenares de alumnos se quedan a las puertas tras suspender las pruebas: en concreto, este curso fueron casi 2.200, el 46% de los que se presentaron. Se trata de una tendencia habitual, ya que el porcentaje de aprobados de los últimos años se mueve cerca del 60%. La escabechina es especialmente dura con los alumnos de Formación Profesional (FP), ya que solo la aprueban el 35%, una cifra que sube al 57% en el caso de estudiantes de bachillerato.

A ello se suma el abismo de precios entre públicas y privadas, acrecentado en los últimos años por la rebaja de los precios de las matrículas en las públicas, de manera que un curso en estas cuesta 1.060 euros, mientras que el primer curso en la Blanquerna (URL) se dispara hasta los 8.850 euros. Ello ha provocado que las aulas de las facultades de Educación de las universidades privadas se hayan ido vaciando, una tendencia que de repente ha dado un giro en los campus que suprimieron las PAP hace un año.

Y ahora se sumará el centro de la Abat Oliba. “Ya no será un requisito imprescindible, pero sí un criterio que dará preferencia para entrar en el grado”, aseguran fuentes de la universidad. La Abat Oliba defiende que ha tomado la decisión para “situarse en las mismas condiciones” que el resto de privadas, pero asegura que no se eliminan todas las exigencias, ya que “los contenidos de las PAP se exigirán para acceder al tercer curso del grado”.

La Ramon Llull es la que más ha notado el cambio. Con una oferta de 260 plazas para los grados en Educación infantil y Educación primaria, la matrícula de nuevos alumnos cayó hasta tocar fondo el pasado curso, con unos 140 alumnos entre los dos grados. Este curso el aspecto es otro y ha doblado las matrículas de nuevos alumnos, hasta las 279 (132 en infantil y 156 en primaria), según datos de la universidad. En la UIC ha sucedido lo mismo: de 88 alumnos de primer curso de 2019 se ha pasado hasta los 48 el año pasado, mientras que este curso han remontado hasta los 78 en los dos grados, según datos del campus. Las matrículas en la Abat Oliba han pasado de 60 del año pasado a 40, según datos de Unportal. Vic ha perdido en un año la mitad de alumnos del grado de Infantil, quedándose en solo 18, mientras que en primaria ha aumentado tímidamente de 67 a 73, según esta misma web.

Para el decano de la facultad de Educación de la Universidad Ramon Llull, Jordi Riera, la supresión de las PAP ha comportado la “consecuencia deseada” de la recuperación de matrícula, pero aseguran que el 75% de los alumnos que han accedido este curso tienen las PAP aprobadas. “Habíamos perdido músculo y nos estábamos haciendo pequeños en el sistema, pero veíamos cosas en el sistema que no nos gustaban y dijimos basta”.

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Entre los aspectos negativos de las pruebas, Riera apunta a la mayor: “Discrepamos de la idea de que las PAP estén filtrando a los mejores”. El decano asegura que desde que se implantaron han pedido que se evalúe la medida y que se añada una entrevista personal. “Pero ha quedado en un simple test de lenguas y matemáticas. Es una prueba de conocimientos, no de aptitudes”, lamenta. A ello se añadió el efecto generado de huida de estudiantes que suspendían. “Casi medio millar se marchan cada año a estudiar a Zaragoza o Valencia, así que durante la carrera no refuerza la lengua catalana. Y estos alumnos vuelven y acaban haciendo de profesores”, añade Riera.

Pero la gota que colmó la paciencia de la Blanquerna, apunta el decano, era la sangría que se hacía con los alumnos de FP. “Llevan cuatro años formándose y desarrollando habilidades. Y en nuestras pruebas de admisión, con unos psicotécnicos, veíamos perfiles muy buenos, motivados y capaces, pero que a la hora de hacer las PAP que se ponían nerviosos y no las pasaban”, abunda Riera.

Por ese motivo, la URL ha apostado por poner un filtro, pero no antes de entrar en la universidad, sino en el primer curso, mediante una asignatura de refuerzo de lenguas y matemáticas. “Si no aprueban los parciales, no aprueban la asignatura. Y si un alumno se queda clavado aquí, no será maestro. Y ya tenemos el filtro que nos piden”, se escuda Riera.

En la UIC comparten el argumentario de que no se evalúan las capacidades ni vocaciones del alumnado y que supone una barrera para los que provienen de FP. “No queremos desvincularnos de las PAP, pedimos que se replanteen para que sirvan para lo que deben servir”, defiende Enric Vidal, decano de la facultad de Educación de la UIC. Vidal insiste en que no renuncia a exigir un buen nivel de lenguas y matemáticas durante los años de carrera y propone que se plantee un examen al final de los estudios, como un MIR. “No renunciamos a crear buenos profesores porque el sistema lo necesita”, remata el decano.

Por su parte, las públicas “lamentan” que estos tres campus hayan abandonado el acuerdo firmado entre las 12 universidades catalanas y defienden la validez de las PAP. “Nuestros datos indican que sí están ayudando a que salgan mejores profesores”, apunta Quim Salvi, rector de la Universidad de Girona y vicepresidente de la Asociación de Universidades Públicas catalanas. Salvi considera que estas tres universidades privadas deberían abandonar el Programa de Mejora del Profesorado (MIF).

Adiós también a las PAP deportivas

El Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC) también ha anunciado que elimina las PAP de acceso a los estudios de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Se trata de unas pruebas físicas históricas que siempre se habían vinculado como requisito a estos estudios, pero que en los últimos años también habían tomado la nomenclatura de PAP.

De hecho, las pruebas se dejaron de hacer en motivo de la pandemia, pero el pasado curso se recuperaron. También habían bajado el nivel de exigencia en los últimos tiempos, admite el director de INEFC, Eduard Inglés, quien argumenta que ahora se eliminan por el cambio en los estudios. “Ahora la parte física se ha reducido y se han aumentado los contenidos científicos, como la Fisiología, Anatomía o Psicología. También se han ampliado las salidas profesionales y ya no solo salen entrenadores o educadores físicos, así que no tenía sentido poner un filtro con pruebas físicas, porque una persona en silla de ruedas puede ser un gran gestor deportivo”, zanja Inglés.


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