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La estrategia política de Junts apuesta por presionar al PSOE y tensar la legislatura

El partido de Puigdemont hace equilibrios para no dar la impresión de que renuncia a su faceta agitadora

La portavoz parlamentaria de Junts per Catalunya, Míriam Nogueras, en el Congreso.
La portavoz parlamentaria de Junts per Catalunya, Míriam Nogueras, en el Congreso.Mariscal (EFE)
Marc Rovira

Junts per Catalunya encara la legislatura con un buen acopio de palos, y prometiendo escasas zanahorias. Pese a ser uno de los supuestos socios del Gobierno en el Congreso, el grupo que comanda Míriam Nogueras se propone conservar el protagonismo político a base de dar batalla. Tras avalar la reelección de Pedro Sánchez, el partido se ha marcado el objetivo de mostrar su fachada agitadora para no aparecer ante el independentismo como un rebelde venido a menos. Junts mantiene que el pacto con el PSOE no implica ninguna renuncia, el argumentario oficial del partido sigue difundiendo con mayúsculas las referencias al 1-O y la declaración unilateral de independencia, y trata de cargarle a Esquerra la etiqueta de aliado dócil del Gobierno.

En la agenda de Junts hay además unas cuantas anotaciones en rojo: lograr una foto de Carles Puigdemont con Pedro Sánchez, persistir en las reclamaciones para hacer oficial el catalán en la Unión Europea, capitalizar las demandas sobre una mejor financiación de Cataluña y, aparcada la exigencia de un referéndum inmediato, aparecer al menos como el gran posibilitador de que haya alguna vía para resolver el “conflicto político” entre Cataluña y el resto de España. Todo apunta en cualquier caso a que el Gobierno tiene garantizado el apoyo de Junts como mínimo hasta que la amnistía sea ya efectiva.

El arranque de la legislatura supone para Junts avanzar sobre un sendero con charcos. El logro de la ley de amnistía conlleva un tanto de valor, a compartir con ERC, y refuerza la idea de que los independentistas han sabido sacar rédito de la negociación con el PSOE, gracias a su influencia en el juego de mayorías del Congreso. Junts se ha propuesto mantener un tono categórico en las demás reclamaciones que pone sobre la mesa del Gobierno. Con el PSC afianzado en la posición de favorito para ganar las próximas elecciones en Cataluña, la táctica de Junts persigue aparecer como un oponente implacable de los socialistas.

Carles Puigdemont, José Manuel Albares y Pedro Sánchez en el pleno en Estrasburgo.
Carles Puigdemont, José Manuel Albares y Pedro Sánchez en el pleno en Estrasburgo.RONALD WITTEK (EFE)

En una entrevista en el diario Ara, la presidenta de Junts, Laura Borràs, destacó este sábado que el acuerdo de investidura entre su partido y el PSOE no afianza toda la legislatura, y que esta “durará lo que dure el cumplimiento de los acuerdos”. Al ser preguntada sobre el posible apoyo de Junts a los Presupuestos Generales del Estado, Borràs asegura que deberían pasar cosas: “Por ejemplo, la oficialidad del catalán. Hay que seguir trabajando, y podría ser uno de los cumplimientos que fuera preceptivo y necesario antes de poder comprometernos con una ley tan importante como es la ley de presupuestos”.

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El plan de Junts de abundar en la reclamación entraña el riesgo de desvelar carencias en el acuerdo cerrado con Pedro Sánchez por la investidura y dejar en evidencia que el “cobrar por adelantado” que aseguró Puigdemont no es más que retórica. El expresidente catalán ya advirtió el miércoles pasado en Estrasburgo, durante una sesión del Parlamento Europeo a la que también asistió Pedro Sánchez, que “del incumplimiento nace la desconfianza” y “las consecuencias nunca son agradables”. Se había negociado para que el encuentro entre Sánchez y Puigdemont se pudiera producir en Estrasburgo, pero finalmente no hubo foto.

El plan de Junts de querer cobrar por adelantado entraña el riesgo de que quede en evidencia que no es más que retórica

Junts reclama para la Generalitat la competencia de poder recaudar, y gestionar, el 100% de los tributos que se generan en Cataluña. El exconsejero de Economía Jaume Giró, miembro de la ejecutiva de Junts, advirtió recientemente en TV3 que las negociaciones con el Gobierno pueden generar mucho barullo, pero de momento están huecas: “No nos tendría que distraer el ruido que de manera impostada hace la derecha y la ultraderecha para hacer ver que hemos conseguido un montón de cosas, cuando en realidad no hemos conseguido nada”.

Más templado estuvo Jordi Turull en una entrevista en TVE: “Con el tema del catalán en Europa hemos tenido contacto con el Ministerio de Exteriores y sabemos que se podía haber hecho más presión, pero se ha estado encima del tema”. Buscar acuerdos con el Gobierno fue una práctica frecuente de Esquerra durante la legislatura pasada, de ahí salieron los indultos a los condenados por el procés, pero Junts lo consideraba un tabú y ha acusado reiteradamente a los republicanos de venderse barato. “No creo que haga un bien al independentismo estas acusaciones continuas de ‘a cambio de nada”, le reprochó el diputado de ERC Ferran Estruch esta semana al grupo de Junts en el Parlament.

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