Terci: “La lesbofobia es misoginia y el colectivo LGTBI es mucho más que los gays ricos de Chueca”

“Safo de Mitilene es nuestra pastora y nada nos falta”, rezan las profetas de la poetisa griega ante las feligresas reunidas este domingo, frente al altar de la sala Paral·lel 62, para ver en directo un nuevo episodio del podcast Maldito Bollodrama (@malditobollodrama) y “hacer lo de siempre”: reflexionar sobre de dónde vienen, a dónde van y dónde están las lesbianas, pero esta vez en un show en directo y apto para públicos de todas las orientaciones e identidades sexuales, con el que Terci y Bake se suman a la programación otoñal de Radio Primavera Sound.

Durante la pandemia de Covid-19, los ciudadanos confinados hicieron cuanto estuvo en su mano para encontrar algo que diera sentido a sus días. Pasarán a la historia el parchís online, el Pinturillo, la repostería casera, o los videos de deporte de Gym Virtual. Laura Terciado (Ávila, 34 años), más conocida como Terci, “se hizo adicta” al contenido en redes de Bake Gómez (Cartagena, 32 años), sin saber que la periodista y humorista le iba a cambiar la vida.

El germen de Maldito Bollodrama está en un “cabreo monumental” de Terci, durante la presentación de un libro. Allí una actriz joven y muy reconocida criticó que las personas de la comunidad LGTBI, con su “inclusión forzada”, les estaban arrebatando todos los papeles. “Decidí que tenía que hacer algo, lo que fuera, para que se nos escuche y cagarnos en toda esta gente. Y para ello, fue imposible no pensar en Bake”, cuenta.

Así se juntaron y sobre la mesa dejaron caer ideas que, al segundo día, empezaron a grabar dando a luz a los primeros episodios del podcast Maldito Bollodrama, que después de dos temporadas cuenta con cerca de cien mil seguidores mensuales. “Primero hubo podcast heteronormativos, después de hombres gays y ahora de lesbianas. Parece que las letras del colectivo van en orden, se abren hueco poco a poco”, especifica Bake.

Mostrar su perspectiva dentro de la comunidad LGTBI y romper con los clichés asociados al lesbianismo son los objetivos que persigue Maldito Bollodrama: un “podcast de lesbianas hecho para lesbianas” para alzar la voz de la letra más silenciada. “Nadie habla de lesbianas y es evidente por qué: la lesbofobia es misoginia. Es fundamental dar a conocer nuestra perspectiva ya que sufrimos una doble discriminación por ser mujeres que se relacionan con mujeres”, reclaman.

Definiendo el espacio del lesbianismo dentro del colectivo pretenden, además, acabar con la imagen generalizada de la comunidad LGTBI: “El colectivo es mucho más que hombres blancos homosexuales y ricos que viven en Chueca, queremos hablar de las identidades disidentes que son igual de importantes en este grupo y que todos se sientan legitimados a ser parte”, afirman.

“De las lesbianas se conoce lo que los hombres cis heterosexuales han predicado”

“Nada tienen de especial dos mujeres que se dan la mano, el matiz viene después, cuando lo hacen por debajo del mantel”, este fragmento de la canción Mujer contra mujer del grupo Mecano es otro ejemplo de cómo cuando la sociedad española se abría a la homosexualidad, lo hacía exclusivamente con hombres o incluso mujeres bisexuales, mientras el colectivo lésbico seguía siendo invisible. Las amigas muy íntimas, las solteronas, las amantes de gatos o las que solo pasan por una fase antes de volver a los brazos de un hombre. “Es irónico pero de las lesbianas se conoce lo que los hombres cis heterosexuales han predicado”, critican.

Para Bake ser lesbiana no es solo acostarse con mujeres, “defendemos el tema de la pluma porque es bastante disruptivo, al final, la sociedad te rechaza por ser gay o lesbiana, sino por marica o bollera”. En Maldito Bollodrama creen en la identidad lésbica y su función es reivindicarla por encima de los clichés heternormativamente construidos: las lesbianas no tienen por qué usar arnés, jugar al rugby, ni vestir de chandal. Con independencia de los rasgos que puedan constituir “la pluma lésbica” ambas coinciden en que lo importante es defender la libertad de cada una para construir su identidad como quiera “no importa si la expresión del género es más masculina o femenina, si quieren llevar tacones o ir siempre en deportivas, nosotras abogamos porque todas merezcan el mismo respeto”, afirman.

Bake: “No solo queremos estar en pareja con una mujer libremente, sino hacerlo desde la perspectiva feminista.”

Y aunque los estereotipos sean inevitables, Bake y Terci opinan que ahora es el momento de que sean ellas “las propias bolleras” las que hagan el contenido sobre sus realidades y, desde dentro, reírse de sí mismas”. Ese espíritu es precisamente el que inspiró el nombre del programa: “Con el término ‘bollodrama’ queremos ironizar sobre las discusiones de pareja de lesbianas”, explica Terci. Aunque lo usen de forma irónica, las dos están de acuerdo en que las largas y complejas conversaciones - “hasta para decidir el formato de la charla” - son una parte esencial de la identidad lésbica: el “bollodrama” sirve para no perpetuar las conductas machistas en las relaciones sexo - afectivas entre mujeres. “No solo queremos estar en pareja con una mujer libremente, también hacerlo desde la perspectiva feminista y tenemos la responsabilidad de no reproducir entre nosotras los roles de género de las relaciones heterosexuales”, explica Bake.

El feminismo como eje fundamental del lesbianismo es lo que ha hecho que este podcast “pensado para lesbianas” haya llegado a un público de lo más diverso. “No nos esperábamos llegar a tanta gente de fuera del colectivo LGTBI, nuestra intención era mostrar el punto de vista de las lesbianas sobre distintos temas, pero al final estas cuestiones atraviesan a todas las personas y nos alegra ver quienes nos escuchan se sienten identificados o simplemente quieren empatizar con el colectivo”, confiesan. Con sus reflexiones sobre temas de actualidad social en un formato conversacional basado en la naturalidad, Bake y Terci han conseguido que Maldito Bollodrama sea un espacio para aprender, cuestionar, enseñar y debatir hecho por lesbianas pero que todo el mundo puede disfrutar.

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