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Afectados por el incendio de Girona: “Daba la sensación de que el fuego rodeaba el pueblo”

Tres poblaciones experimentan cortes de luz en el incendio de Portbou que ha arrasado más de 400 hectáreas desde el viernes

Oscar Nijhof y su familia, turistas holandeses que se encontraron con el incendio mientras estaban en el camping de Colera. Foto: G.Battista
Oscar Nijhof y su familia, turistas holandeses que se encontraron con el incendio mientras estaban en el camping de Colera. Foto: G.BattistaGianluca Battista

Emma Miguel no ha pegado ojo en toda la noche. Este sábado por la mañana optimiza lo que puede la batería de su teléfono: “Estamos sin luz desde las 8.00 y sin previsión de que vuelva”. Es una de las miles afectadas por los incendios de Portbou y espera regresar a Barcelona cuando levanten el confinamiento. Ella pasa cada junio en la localidad vecina de Colera (468 habitantes) en la casa de sus padres. A sus 35 años, no recordaba nada “tan bestia” desde un incendio similar a inicios de los años noventa. “El fuego ha bajado muy rápido de una colina a otra, daba la sensación de que rodeaba el pueblo. Teníamos mucho miedo”, relata la visitante. Desde primera hora del viernes no ha despegado su mirada del paisaje. “Llamamos al 112 avisando de la columna de humo y del fuerte viento. No he dormido”.

Miguel ha pasado parte de la mañana realizando ejercicios nasales a su hija pequeña. “Ayer era todo humo. No se respiraba bien, había muchísima ceniza. A ratos se despejaba, luego volvía”, dice, recordando el “olor a chamuscado” en la calle, aunque no es tan incómodo como anoche. Algún comercio hay abierto en la zona del paseo marítimo, para vender agua y bienes básicos. “No pinta que se arregle en breve a no ser que traigan generadores. Mi plan era volverme el domingo, pero en cuanto quiten el confinamiento nos iremos a Barcelona”.

Para Nuria Salas, empleada del Club Náutico de Portbou, el paisaje desde ayer es “desolador”, una palabra que repite varias veces por teléfono desde la localidad gerundense. “Sientes que no avanza, sobre todo cuando el viento no afloja”. La empleada, nacida en el mismo pueblo, tampoco recuerda un episodio similar desde el incendio de La Jonquera, donde murieron dos personas en 2012. “Normalmente, tenemos la suerte de que cuando hay un incendio en la montaña el fuego va hacia el mar, pero como ha sido en la parte catalana de la montaña va hacia dentro”.

La joven atiende la recepción del club con poca afluencia. A veces ve pasar los camiones que llevan agua a los depósitos. “Han recomendado a la gente confinarse para evitar el tránsito en las calles. Está siendo muy triste, Portbou es un pueblo que necesita gente y esto no le hace bien. Cuando se controle el incendio estarán todas las montañas negras”, lamenta Salas. A pesar de todo, comenta que se siente “muy agradecida” por la labor de todos los bomberos y voluntarios que están colaborando para extinguirlo.

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Jordi Espelt, de 44 años, también es de toda la vida de Portbou. Y también le habían convocado para acudir a su turno habitual del sábado por la mañana en la estación, aunque a las 11.00 ha tenido que marcharse porque el incendio había llegado hasta allí. “En un momento había una lengua de fuego de más de 500 metros de longitud. Al final ha bajado a la propia estación por encima del túnel que viene de Colera. Por suerte la circulación está cortada desde ayer”.

El ferroviario se encuentra ahora al mediodía con su mujer por el paseo marítimo observando al helicóptero cargar agua. “El pueblo está sin luz, la cobertura está fallando mucho y no puedes moverte de la zona urbana”, relata. Asegura que en las casas disponen de agua, pero llevan desde las 8.00 sin electricidad. “Los supermercados están cerrados, la panadería y los restaurantes también”. Su mujer, de hecho, ha tenido que cerrar su establecimiento El Racó de la mar.

Espelt apunta a que algunos grupos del pueblo comerán “si tienen gas en casa”, como en su caso, o si acuden al puesto que ha habilitado el Ayuntamiento, donde también se puede cargar el móvil. Al igual que Emma Miguel, no vivía un incendio parecido desde hace 30 años.

Paisaje de Colera (Girona) después del incendio.
Paisaje de Colera (Girona) después del incendio.Gianluca Battista

Oscar Nijhof y su familia fueron los últimos que pudieron regresar a Colera antes del cierre de carreteras. Lo hicieron desde Llançà, la otra población cercana a Portbou. “Ayer estábamos haciendo la compra sobre las cinco. Dejamos a mis hijos en el camping, pero cuando vimos el humo desde Portbou, volvimos a por ellos. El fuego venía hacia nosotros“, comenta el turista holandés. “El alcalde pidió a la gente del camping que se calmara, pero algunos querían irse y entraron en pánico”. También detalla que la policía pudo despejar la carretera para que llegaran los bomberos.

En medio de la noche llegó el fuego a Colera y los jardines de algunas casas se incendiaron, también la montaña hacia Llançà y Garbet. Sin embargo Nijhof asegura que en el camping cuidaron bien de ellos: “Los bomberos nos dijeron que estábamos seguros en el camping. Teníamos bebidas, comida y café gratis”.

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