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Seis semanas después... los carteles electorales siguen colgados y ya se solapan con las elecciones generales

El Ayuntamiento de Barcelona explica que “se van retirando poco a poco en el marco de los servicios ordinarios de retirada de carteles y pintadas”

Cartel electoral de Ada Colau en el barrio del Raval, frente a la Filmoteca.
Cartel electoral de Ada Colau en el barrio del Raval, frente a la Filmoteca.Gianluca Battista

En tres meses, dos elecciones y miles de carteles. Y las caras de los candidatos que se solapan. Aunque han pasado más de seis semanas de las elecciones municipales, aún hay vestigios de su celebración en las calles de Barcelona. En algunas partes de la ciudad sigue habiendo carteles electorales de candidaturas del 28-M, algunos siguen allí y comparten espacio a pocos metros de la propaganda de la nueva cita, el 23-J. En su mayoría son carteles de polipropileno (un tipo de material plástico) que los partidos o sus simpatizantes cuelgan habitualmente con bridas u otros medios en farolas y postes fuera de los espacios designados para ello y en contra de lo que establece la normativa. Por esa razón, aunque son responsabilidad de quien los cuelga, corresponde al Ayuntamiento de Barcelona retirar los que restan, como en el caso de cualquier otro material comunicativo o pintada en un lugar indebido.

EL PAÍS ha comprobado que, como mínimo, hasta la primera semana de julio, aún había carteles colgados de las candidaturas de Barcelona en Comú (BComú), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Valents y la CUP tanto en postes y farolas, así como en una valla comercial. Los partidos reconocen que la colocación de estos carteles no los contempla la normativa y se hacen responsables de su retirada. “Como no están dentro de los espacios públicos que se ceden, no está regulado que se tengan que retirar, por lo tanto, son los propios partidos los que tienen que retirar estos polipropilenos”, aseguran desde ERC. En la misma línea se expresa la CUP: “Normalmente el Ayuntamiento retira toda la propaganda electoral al finalizar la campaña” y “siempre que el Ayuntamiento nos ha pedido la retirada de algún elemento fuera de sitio o que puede suponer un obstáculo, lo hemos retirado”. “A nosotros también nos ha sorprendido la situación actual”, añaden. Por lo que a la permanencia de los carteles antiguos se refiere, este partido lo atribuye a una decisión del Ayuntamiento: “Entendemos que al empalmar dos campañas puede ser que el Ayuntamiento haya decidido alargar la retirada para ahorrar trabajo, cosa que nos parece comprensible”. BComú explica que siempre los retiran ellos: “hemos procedido a retirar la gran mayoría y quizás algunos quedan algunos, pero se retiraran”. “No hemos recibido ninguna notificación”, comentan. A fecha de publicación de este artículo no hemos recibido respuesta ni del PSC ni de Valents.

La colocación de carteles electorales está regulada por la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General (LOREG). La LOREG estipula que corresponde a los Ayuntamientos la reserva de espacios para situar carteles, pancartas o banderolas. La mayoría son banderolas colgadas con unos enganches especiales en las farolas o en unos soportes de cartón que rodean la base de las mismas para poder pegar carteles. Previa comunicación por parte de los consistorios, la Junta Electoral de la Zona (JEZ), distribuye dichos espacios atendiendo a las peticiones de los partidos, y los asigna según el número total de votos a las candidaturas en las últimas elecciones. Aparte de estos espacios, las candidaturas “solo pueden colocar carteles y otras formas de propaganda electoral en los espacios comerciales autorizados”, según la LOREG. Fuentes del CGPJ indican que la colocación de estos materiales se regula con un contrato con la empresa propietaria del espacio: “Finalizado el plazo, será la empresa la que procederá a su retirada o sustitución por otro contenido”.

Además, en Barcelona, también existe la ordenanza de medidas para fomentar y garantizar la convivencia en el espacio público, que recoge, entre otras cuestiones, las limitaciones para colgar cualquier tipo de “publicidad, anuncio o propaganda” y el régimen de sanciones en caso de incumplimiento. En dicha normativa se especifica que solo se pueden usar los lugares “expresamente habilitados” por la autoridad municipal, como los “pirulís” (torres de libre expresión) o, según un folleto del propio Ayuntamiento, en el umbral de las entradas de los edificios y tiendas. Según la ordenanza, queda prohibido fijar este tipo de materiales en “edificios e instalaciones municipales, en cualquier espacio público o elemento del paisaje y el mobiliario urbano o natural”, sin autorización expresa del Consistorio. También se incluyen en la prohibición las fachadas de edificios públicos o privados (paredes, persianas, escaparates, puertas) y cristales de vehículos.

La normativa se aplica a todo tipo de carteles, sean electorales o no. En este sentido, los carteles fijados en mobiliario urbano como postes o farolas van en contra. Por esa razón, “los servicios de limpieza retiran los carteles electorales del mobiliario urbano donde no está permitido colocarlos”, explicó el Ayuntamiento durante la campaña electoral de las pasadas autonómicas en Cataluña. La retirada de los carteles se efectúa independientemente del signo político de los carteles, según el Consistorio. Preguntado por los carteles que aún quedan por retirar de esta campaña, fuentes municipales aseguran que “se van retirando poco a poco en el marco de los servicios ordinarios de retirada de carteles y pintadas”.

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