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Cataluña agudiza su dependencia de las nucleares por la falta de impulso de las renovables

La energía consumida es “más sucia y menos autóctona”, denuncia un informe de las principales organizaciones catalanas sobre gestión energética

Central nuclear Asco I
Central nuclear de Ascó, en Tarragona. Albert Garcia
Marc Rovira

Las energías renovables se atrancan en Cataluña. La nuclear volvió a ser el año pasado la principal fuente energética, pese a que los reactores de Ascó y Vandellòs (Tarragona) operan con la fecha de caducidad a la vista. Los compromisos verdes asumidos por la Generalitat no tienen una consecuencia práctica y Cataluña se aleja de los objetivos de producción eléctrica limpia fijados para 2030: En 2021 faltaba por cubrir con renovables un 80,7% del total, y 2022 cerró con un porcentaje aún mayor, del 83,1%.

El pobre balance es consecuencia del retraso en la tramitación de los proyectos, según concluye el último informe elaborado por el Observatorio de las Energías Renovables de Cataluña, Obercat. La entidad se presenta como una iniciativa de divulgación y conocimiento impulsada por las principales organizaciones catalanas que trabajan en el ámbito de las energías renovables y la gestión energética eficiente. Los datos facilitados este miércoles ponen de relieve que en Cataluña el año pasado se generó 0,9 teravatio-hora (TWh) renovables menos que el año anterior, y la cobertura de la demanda eléctrica con estas fuentes cayó más de dos puntos porcentuales, llegando sólo al 13,1 %. La energía que se consume es “más sucia, menos autóctona y menos renovable”, resume el documento.

Cuando en mayo de 2021 Pere Aragonès tomó posesión del cargo de president prometió emprender un camino hacia una Cataluña “próspera, justa, feminista y plenamente libre”. También más “verde”, dijo. Sin embargo, los hechos no casan con lo anunciado. El año pasado la principal fuente de energía fue la nuclear, un 53,3%, lo que supone un 2,6% más que el año anterior. Los reactores nucleares de Ascó y Vandellòs (Tarragona) aportaron en 2022 el 9,16% de la electricidad española. Su cierre está previsto entre 2030 y 2035 y Teresa Jordà, recientemente cesada como consejera de Acción Climática, se declaró partidaria de adelantar su cierre a 2027.

El peso de las nucleares en la producción energética de Cataluña es primordial. Aportaron nueve veces más que la energía hidráulica, casi diez veces más que los parques eólicos y más de 57 veces la energía solar fotovoltaica. A la nuclear la siguieron los ciclos combinados, con una cobertura del 18% de la demanda eléctrica, favorecidos por el tope del precio del gas; y la cogeneración, con un 8%.

“De nuevo se evidencia que sin un despliegue decidido de las dos energías renovables con más capacidad de generar -la solar fotovoltaica y la eólica- se aleja la posibilidad de sustituir con renovables autóctonas la generación nuclear cuando se proceda a su cierre”, advierte el Observatorio.

En cuanto a las fuentes renovables, la hidráulica fue la más importante, aportando un 5,9% de la demanda eléctrica. Se trata, pero, de un 21% menos que el año anterior. La eólica cubrió el 5,6% de la demanda, pese a una caída del 9,3% respecto a 2021; y la solar fotovoltaica -sin contar con el autoconsumo- cubrió un 0,92%, lo que supone un 9,3% interanual más.

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“Los retrasos en la tramitación, derivados de la insuficiencia de medios y de soluciones alternativas, lastran la consecución de los objetivos y favorece que desistan los promotores”, ha lamentado el Observatorio. La demora en la tramitación de los proyectos llega hasta los 540 días para los parques eólicos y crece por encima de los 600 días en las plantas fotovoltaicas.


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