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Opinión
Columna
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Parece que la democracia indigna a Trias

No gusta perder, pero imagino que tampoco le gustó a Salvador Illa, cuando ganó, ceder la presidencia de la Generalitat y, si no recuerdo mal, asumió las reglas del juego sin problemas

Investidura de Jaume Collboni, candidato del PSC como nuevo alcalde de Barcelona. 
En la imagen, Xavier Trias y Jaume Collboni se dan la mano y se cruzan varias palabras.
Investidura de Jaume Collboni, candidato del PSC como nuevo alcalde de Barcelona. En la imagen, Xavier Trias y Jaume Collboni se dan la mano y se cruzan varias palabras.Albert Garcia
Carmen Domingo

El exalcalde Xavier Trias entró el pasado sábado en el Saló de Cent convencido de que saldría investido alcalde de Barcelona, pero minutos antes se enteró de que el cambio de voto de los comunes lo dejaba fuera de la quiniela. La alcaldía quedaba en manos de Jaume Collboni. Sobre la marcha, tuvo que cambiar el discurso que llevaba preparado. Empezó bien, hasta que le pudieron los nervios, quizás la educación, y acabó soltando un: “Si no salgo como alcalde, que us bombin a tots”. Frase que, a buen seguro acompañará a Xavier Trias durante algún tiempo.

A propósito de la investidura de Collboni, si hacemos un repaso a las quejas de los distintos líderes de Junts, es fácil comprobar que han olvidado que lo sucedido en el Saló de Cent forma parte de la democracia, aunque a todos ellos les parece “ilegítimo”.

Carles Puigdemont se quejaba desde su “exilio dorado”, amenazando con una guerra inexistente: “La gran coalición de Barcelona demuestra que el Estado español y sus representantes en Cataluña continúan en guerra, por si alguien se había olvidado”.

Quim Torra señalaba: “A todos los que habéis pactado con el PSOE investiduras y presupuestos, a todos los que habéis blanqueado al PSC, a todos los que estos días habéis pactado con ellos ayuntamientos y diputaciones, aquí lo tenéis, una vergüenza más, la capital del país en manos de Madrid, inmensa vergüenza”. Obviando que la candidata de la derecha ultranacionalista Aliança Catalana en Ripoll, Sílvia Orriols, ha sido investida alcaldesa de la ciudad gracias a la falta de voluntad política de Junts.

Laura Borràs fantaseaba con manos negras del Estado interviniendo: “Solo una nueva operación del Estado ha impedido al alcalde Trias liderar nuevamente la ciudad. Para España está claro que todo vale”.

Pere Aragonès, más discreto, nos asustaba: “Se proyecta la sombra de un acuerdo a nivel de Estado, hecho desde Madrid, entre los dos grandes partidos. Queremos que Cataluña sea decidida desde Cataluña y que Barcelona sea decidida desde Barcelona.” Lanzando —imposible a todas luces— el fantasma de un pacto entre PP y PSOE en las próximas elecciones. Una diría que, si pudieran, enviarían a azuzar a sus huestes a escupir, como pasó en la pasada investidura, a aquellos que no eran de su agrado, para evitar pacto. No estaría de más que se tenga en cuenta, que la diferencia entre hacer alcalde a la derecha, o que la derecha te haga alcalde a ti no es baladí. No en vano, a Colau la hizo alcaldesa Valls, igual que el PP lo ha hecho con Collboni y los dos, independientemente del partido que les dé soporte, harán políticas progresistas, o eso esperamos.

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No gusta perder, pero imagino que tampoco le gustó a Salvador Illa, cuando ganó, ceder la presidencia de la Generalitat y, si no recuerdo mal, asumió las reglas del juego sin problemas. Así pues, si andamos en el juego democrático no queda más que asumir que así son las cosas (lo del pasado sábado en Barcelona, forma parte de esas reglas), amigo Trias.

Una diría que para los de Junts aquella voluntad popular que tanto aireaban el 1 de octubre ya no les sirve para este 28 de mayo.

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