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La inauguración de obras antes de las elecciones de mayo deja a los viveros catalanes sin reservas de árboles y plantas

En Lleida reconocen que no podrán repoblar los 2.873 alcorques vacíos que hay en la ciudad

Elecciones municipales Cataluña
En la imagen el nuevo arbolado urbano de la Calle Rocafort entre las Calles Diputació y Consell de Cent de BarcelonaMASSIMILIANO MINOCRI
Alfonso L. Congostrina

En las calles de la ciudad de Lleida hay 2.873 alcorques huérfanos de árboles. Eran espacios donde existía vida pero las enfermedades vegetales, la dejadez institucional y una mala previsión han conseguido que todas las calles de la localidad dispongan de, al menos, un alcorque vacío. El Ayuntamiento de Lleida intenta revertir esa situación pero va tarde, y no acaba de conseguirlo. De hecho, ya han anunciado que para repoblar todos esos huecos se necesitarán varias campañas y la inversión europea del programa Next Generation. El motivo por el que es imposible afrontar de golpe la ausencia de árboles en la ciudad es la falta presupuesto, por un lado, y la ausencia de árboles en los viveros. Estos negocios llevan varios meses al límite de existencias y las culpables por la falta de reservas son las cercanas elecciones municipales del mes de mayo.

Con la llegada de los comicios, los alcaldes intentan que las grandes obras de los municipios estén acabadas en cuestión de semanas, y la guinda de esas obras son los imprescindibles árboles y flores. Esta compra masiva de vegetación se repite cada cuatro años y este 2023 está dejando sin existencias de algunos ejemplares de árboles a los negocios de viveros. De hecho, solo en la ciudad de Barcelona —que dispone de vivero municipal— ya se han hecho varias plantaciones en las supermanzanas o en los espacios pacificados colocados en las entradas de los centros escolares. Todo ello a solo unas semanas de las elecciones.

Sergi Cardona es un vecino de Lleida que el pasado noviembre comenzó a contar el número de alcorques vacíos en la ciudad. “He caminado por todas las calles y he contado 2.873 árboles que ya no están. A principios de año, redactamos un informe y desde el propio Ayuntamiento nos llamaron para que se lo explicáramos”, revela Cardona. No fueron los únicos que contactaron con el vecino preocupado por la salud vegetal de la ciudad. También lo hizo el PSC y la candidatura Activem Lleida. “No sé si nos llamaron porque es año electoral o porque les interesa de verdad. Nosotros hemos hecho un informe y pedimos una solución”, definde Cardona que ha fundado la asociación EscoceLLs Lleida.

El concejal de Transición Ecológica de Lleida, Jaume Rutllant, asume que hay centenares de alcorques vacíos. “Pero en Lleida hay 40.000 árboles y este invierno hemos plantado cerca de 1.000″, se defiende. El Ayuntamiento asegura que este año sí que han tenido previsión para que los viveros suministren unos centenares de árboles antes de los comicios municipales pero reconocen que en invierno del año pasado no pudieron comprar ya que no había existencias.

David Borda es el presidente de la Federación de agricultores Viveristas de Cataluña y asegura que la situación actual de las empresas que preside deriva de la crisis de 2008. “Fue una situación larga en la que dejó de haber construcción y obra pública por lo que cayó empicado el trabajo”, reconoce. Asegura que en toda Europa desaparecieron el 30% de los viveros que había hasta entonces. Se plantó mucho menos. “Un árbol hay que plantarlo entre 8 y 12 años antes de venderlo. Con la crisis se plantó menos y por eso se ha llegado tan justo a esta situación”, lamenta Borda. Además, en 2022 con la guerra de Ucrania aumentaron muchos los precios —el precio de venta al público de un árbol (encinas, fresnos…) oscila entre los 150 y 200 euros— y a ello hay que añadir ahora la sequía.

A todas las variables que enumera Borda hay que añadir el pico de ventas que suponen las proximidades a las elecciones municipales. Pol López es técnico de la misma federación: “Las elecciones municipales de cada cuatro años siempre se contemplan en todas las empresas porque es una temporada cíclica que solo se da una vez cada cuatro años”. Aún así, este año es muy especial y López advierte que con la sequía hay algunos pequeños ayuntamientos que están anulando o retrasando plantaciones ya previstas. Además, hay un cambio de especies y se están comprando árboles y flores propias del clima mediterráneo.

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El director de la asociación de viveristas de Girona, Josep Maria Pagès, también es consciente de este exceso de trabajo previo a los comicios municipales. “Aun así, nunca es una sorpresa. Los ayuntamientos no improvisan y encargan plantas y árboles con meses de antelación. Afortunadamente se han dado cuenta de que las ciudades necesitan ser verdes porque es beneficioso para el bienestar psíquico de los ciudadanos”, defiende Pagès. En los viveros de Girona se comercializan cerca de 500 especies diferentes y la mitad se exportan a Francia, Italia, Alemania… “Ahora todas las instituciones reclaman que los árboles sean más resistentes al cambio climático y necesiten menos agua. El superventas es el almez, el plátano que es un clásico y los fresnos”, destaca.

Sergi Cardona sigue paseando por Lleida revisando la salud de los árboles que todavía están plantados en los alcorques. Le faltan varios años para conseguir que la ciudad resplandezca en cada acera pero la asociación EscoceLLs Lleida tiene una nueva misión: “Ahora queremos plantar arbustos en los alcorques para que la ciudad sea más bonita y para ello queremos que se impliquen todo tipo de personas y asociaciones de la ciudad”.

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