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Última llamada para salvar las playas de Barcelona

Un informe advierte de que el litoral metropolitano puede perder más de 20 metros de arena en 30 años. Propone tubos sumergidos, espigones y más arena para frenar la regresión

Playas de Barcelona
Unas escaleras que hace años servían para acceder a la playa de Montgat.Albert Garcia
Rodrigo Marinas

La costa de Barcelona va camino de quedarse sin playas. Los 30 kilómetros de arenales que componen el litoral metropolitano entre Castelldefels y Montgat, que han perdido un 25% de arena entre 2015 y 2019, afrontan el riesgo de desaparecer a medio plazo. El último informe del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) vuelve a advertir de la regresión que avanza en las zonas costeras que no tienen las infraestructuras necesarias para hacer frente a los cada vez más frecuentes temporales y donde algunas infraestructuras dificultan la regeneración natural de las playas. La arena ya retrocede un metro de media al año en las playas del litoral metropolitano del sur, según el documento. Y en el conjunto de la zona pueden retroceder más de 20 metros en 30 años si no se toman medidas en el corto y medio plazo. Esto es su práctica desaparición.

El cambio climático también entra en escena en esta ecuación. El gerente del AMB, Ramon Torra, ha señalado en la presentación del informe en un recorrido en velero por el norte del litoral metropolitano este viernes que se han agravado los temporales de oleajes que erosionan las costas desde 2017: “Son más prematuros, frecuentes e intensos”. La entidad que dirige propone al Ministerio para la Transición Ecológica, que tiene competencia en Costas, una doble estrategia para recuperar y conservar las playas metropolitanas: actuaciones urgentes con la aportación de arena y un plan estructural a largo plazo basado en la construcción de estructuras como espigones y geotubos textiles sumergidos.

Torra también ha subrayado que estas zonas son un activo económico con mucho potencial para el área metropolitana. Un informe del año pasado constataba que las playas de la gran Barcelona generaron un impacto de 60 millones de euros con 10 millones de visitantes entre mayo y septiembre.

El denominado plan “de resiliencia” incluye varias medidas concretas para estabilizar las playas del norte de la capital catalana centradas en cuatro áreas: la playa de les Roques y las de la zona norte del municipio de Montgat (12.260 habitantes) y las playas de Barca Maria y Mora en la localidad de Badalona (223.006). El documento estima que todas ellas necesitarían entre 358.000 y 453.000 metros cúbicos de arena para ganar terreno al mar, incluyendo arena gruesa de más de un milímetro. Aparte de sugerir la construcción de varios espigones, algunos de entre 75 y 95 metros, AMB propone implantar geotubos textiles como el que ya hay instalado en Gavà. Este tubo sumergido en el agua actúa como una red que se llena de arena del fondo marino y reduce la fuerza del oleaje en caso de temporal. Son una suerte de espigones submarinos que ayudan a retener la arena sin provocar tanto impacto visual y ambiental como un espigón de rocas.

El dique del Llobregat y el Puerto del Masnou: dos obstáculos para la regeneración natural

El informe señala dos infraestructuras que contribuyen al déficit de arena en el litoral metropolitano al romper el transporte natural de sedimentos, que son regeneradores naturales de arena. La primera, el dique del río Llobregat —construido hace 20 años por la ampliación del puerto de Barcelona— retiene en sus hasta ocho metros de profundidad los sedimentos procedentes de la cuenca del río. El puerto de Barcelona aporta anualmente arena para compensar el impacto de esta construcción pero el documento constata que dicha aportación es insuficiente para compensar la pérdida natural de 160.000 metros cúbicos anuales en el delta del Llobregat. En este punto de la costa es especialmente grave la regresión que está experimentando la playa de El Prat de Llobregat, una de las más grandes de la provincia. En este punto se hizo una aportación de arena el pasado verano que en estos momentos el mar ya se ha llevado en buena parte sin que se haya registrado ningún gran temporal. Además de la afectación del delta del Llobregat, preocupa que la playa vaya retrocediendo, especialmente porque el aeropuerto está situado a escasos 200 metros de la línea de la costa.

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El puerto del Masnou, que tuvo una gran ampliación a inicios de los años noventa, bloquea entre 50.000 y 100.000 metros cúbicos anuales de sedimentos procedentes de las corrientes marinas para las playas de Montgat, según el informe. La AMB propone reestablecer el flujo de arena transportándola desde una draga al norte del puerto a la parte emergida de la playa que forma parte de la ampliación.

La descontaminación de Sant Adrià sigue pendiente

El gerente de AMB también ha instado al ministerio de Teresa Ribera a agilizar los trámites administrativos de varios proyectos “ante un proceso de regresión que se acelera cada vez más” en las playas. Destacó el de la descontaminación de la costa de Sant Adrià de Besòs, municipio de 37.283 habitantes al este de Barcelona, que lleva estancado dos años y que espera que para el próximo verano se solucione. También ha señalado el proyecto de protección de las playas del delta del Llobregat, ahora en fase de adjudicación, y el de las playas de Montgat, actualmente en licitación.

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