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El Vendrell amenaza con una tasa de 10.000 euros a los bancos que descuiden a la gente mayor

El Ayuntamiento aprueba por unanimidad estudiar un encarecimiento del tributo que aplica a los cajeros automáticos

Marc Rovira
Reunión de afectados en el barrio de un municipio donde cerraron la última oficina bancaria.
Reunión de afectados en el barrio de un municipio donde cerraron la última oficina bancaria.CRISTÓBAL CASTRO

La imagen es cada vez más común: filas de gente en plena acera, esperando turno pacientemente, frente a las dependencias de una entidad bancaria. Es el efecto más palpable del progresivo cierre de sucursales. En Cataluña los bancos y cajas han precintado un 64% de las oficinas desde el año 2008, mientras alientan a los clientes a resolver sus gestiones de manera telemática. Una posibilidad que no está siempre al alcance de la mano para todo el mundo y que deja especialmente desprotegida a la franja de la tercera edad. El ayuntamiento de El Vendrell (38.800 habitantes) aprobó este lunes en el pleno una moción que propone imponer una tasa de 10.000 euros a las entidades bancarias que descuiden el trato hacia la gente mayor.

El consistorio, por unanimidad, acordó que una comisión técnico política estudie una modificación de las ordenanzas municipales que pueda dar luz verde a encarecer el tributo por ocupación de la vía pública que abonan las entidades financieras por tener instalados cajeros automáticos a pie de calle. Según fuentes municipales, la tasa pasaría de los 848 euros que se paga ahora hasta los 10.000 euros. El salto es mayúsculo, pero incluye una red para evitar el impacto, porque se contempla una bonificación del 90% para aquellas entidades que se preocupen de dar atención personalizada a las personas de edad avanzada. “Se entiende que la propuesta se presenta para mejorar la atención a la gente mayor”, indican desde el consistorio.

La moción fue iniciativa del concejal de Primàries Catalunya, Josep Maria Llasat, en la oposición. “Es una problemática conocida, las entidades bancarias han cerrado muchas sucursales y han despedido a miles de trabajadores, mientras sus beneficios se cuentan por miles de millones. Esto tiene un efecto negativo para la población en general, pero especialmente para la gente mayor”, argumentó Llasat. “A menudo no hay suficiente personal que les ayude, a hacer pagos o a retirar dinero, y se limita el horario de atención personal hasta una hora concreta. Nuestra gente mayor se merece un trato correcto”, alegó el edil. La idea, calificada de “innovadora y sin precedentes”, contó con el visto bueno de todos los grupos, pese a que en el propio debate previo a la votación se hizo evidente la complejidad de desplegarla. La intención es que el propio consistorio articule los mecanismos para controlar qué régimen horario de atención presta cada oficina y qué trato se da a los vecinos de más edad.

“Es difícil que al ayuntamiento le dejen influir”, admitió la edil no adscrita Mar Galeano. “Hay que buscar más fuerza por otras vías”, aportó el portavoz de Som Poble-ERC, Marc Robert Jané, en referencia a incluir una enmienda que conmine a la Generalitat y al Estado a mover ficha para evitar los abusos de la banca. El edil responsable de Hacienda, Baltasar Santos Fernández, manifestó al pleno que ha elevado consulta a los técnicos del departamento de gestión tributaria. “Tenía dudas de si era una propuesta viable, y me dijeron que sí, que lo es”. Avanzó que será necesario afinar con el “procedimiento técnico” que pueda definir qué entidad cumple y cuales perseveran en la desatención. “Puede ser una medida que presione a las entidades bancarias a cambiar su trato, si esto prospera y tiene el efecto mancha de aceite”, valoró Josep Maria Llasat. “La comisión de estudio lo que hace es una propuesta, haría falta aprobarlo en el pleno”, terció el alcalde Kenneth Martínez (PSC).

La exclusión financiera afecta especialmente, aunque no solo, a personas mayores, con nivel económico no elevado y con falta de formación financiera. Buena parte de los servicios y necesidades que más demandan esos colectivos se concentran precisamente en los menos sofisticados (operaciones de caja, recibos, actualización de movimientos, inversiones sencillas, etcétera). Y son clientes que a veces aportan poca o ninguna rentabilidad a los bancos. La semana pasada, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, se reunió con representantes de las tres patronales bancarias (AEB, CECA y UNACC) y el Banco de España para abordar la importancia de garantizar la inclusión financiera, especialmente la de las personas de más edad, y la urgencia de adoptar más medidas al respecto.

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