_
_
_
_
_

Cataluña bate récord de contagios semanales con más de 60.000 casos

Las consultas por covid en atención primaria se duplican en dos semanas y los centros de salud ya superan las 40.000 visitas diarias

Jessica Mouzo
Covid Cataluña
Decenas de personas hacen cola para someterse a pruebas diagnósticas de covid en un laboratorio privado de Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)

Cataluña encara el final de año con la curva de contagios por covid en máximos históricos. Las infecciones registradas entre el 16 y el 22 de diciembre, última semana con datos consolidados, superan las 60.000 y baten el récord de casos semanales reportados hasta la fecha. Ya se han sobrepasado, incluso, las cifras alcanzadas en la quinta ola, cuando se llegaron a reportar más de 53.300 contagios entre el 6 y el 12 de julio. La presión asistencial continúa también al alza en esta sexta ola, tanto en atención primaria —las consultas por covid se han duplicado en dos semanas—, como en los hospitales: hay 1.389 personas ingresadas, 381 de ellas en cuidados intensivos (UCI).

La comunidad está inmersa en severas restricciones para contener una curva epidémica desbocada. Hay toque de queda, limitación de reuniones a un máximo de 10 personas, aforos y horarios reducidos y el ocio nocturno cerrado a cal y canto. Pero todas estas medidas, en vigor desde Nochebuena, tardarán en hacer efecto, al menos, un par de semanas y las previsiones para los próximos días son poco halagüeñas. La velocidad de transmisión del virus (la Rt, que mide a cuántas personas contagia de media un positivo), está más alta que el sábado, en 1,41 —por cada 100 personas se contagian otras 141—. La cifra es mucho más elevada de lo que recomiendan las autoridades sanitarias (por debajo de 1) para mantener a raya el virus.

Asimismo, el porcentaje de positividad de los test de antígenos que se hacen en centros sanitarios sigue disparado, y supera ya el 29%, también muy por encima de lo que apuntan los expertos para poder controlar la circulación del virus (menos del 5%).

En una especie de tormenta perfecta, varios factores han confluido para avivar las infecciones: la explosión de casos por la nueva variante ómicron, más contagiosa y con cierto escape vacunal, coincide con una época (el puente de la Constitución y la Navidad) de especial movilidad e interacción social, caldo de cultivo para alimentar la circulación del virus. “En esta ola hay una rapidísima propagación, muy superior a otras olas, aunque también es verdad que hay muchísimos cuadros leves. Esta oleada se me parece más a la quinta, que también empezó con los jóvenes y pasó a los padres”, valora Jesús Molina Cabrillana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene.

Con todo, pese a que la mayoría de los cuadros clínicos son leves —en buena medida, por la alta vacunación, coinciden los expertos consultados— hay un porcentaje de pacientes que acaba ingresado. Las entradas en la UCI, aunque a un ritmo menor que los contagios, han aumentado: en las últimas dos semanas, los ingresos de pacientes críticos a causa de la covid han crecido un 60%.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El nivel asistencial que más está sufriendo el envite de esta nueva ola, no obstante, es atención primaria: los centros de salud llevan toda la semana superando las 40.000 visitas diarias por covid, mientras que a principios de mes oscilaban entre 15.000 y 20.000 al día. Jordi Mestres, médico de familia en el centro Sanllehy y miembro de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria, explicaba esta semana que están “desbordados”: “Estamos agotados mentalmente de ver cómo, por sexta vez, seguimos igual y siempre coincide, además, en períodos de vacaciones: las dos próximas semanas van a ser muy complicadas porque las plantillas están muy justas”.

Clara Prats, física y experta en Biología Computacional en la Universidad Politécnica de Cataluña, advierte de que quedan todavía incógnitas por resolver: “Tenemos que saber, en cuanto a transmisión, dónde está el techo, y también, con respecto a la severidad, hay que ver qué proporción de hospitalizados genera la ómicron: será clave para valorar las consecuencias sobre los hospitales”.

Cabalgatas permitidas

El Govern, por su parte, mantiene la llamada a la prudencia y este sábado, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, volvió a pedir que se “reduzcan al máximo” las cenas y encuentros sociales en estas fiestas de Navidad para frenar el número de contagios de coronavirus. El Ejecutivo sí permitirá, con todo, la celebración de cabalgatas de Reyes y actividades navideñas, aunque el Ejecutivo catalán ha aclarado que “es responsabilidad de los organizadores y del público asistente evitar las aglomeraciones”.

Así, las actividades de artes escénicas, como las funciones de pastorcillos y pesebres vivientes, no podrán superar el aforo del 70% si se realizan en interiores y, en cualquier caso, tanto si se desarrollan fuera como dentro, el público debe estar sentado y con separación entre ellos. A propósito de las actividades estáticas con circulación de público, como exposiciones de pesebres, los grupos de visitantes no podrán exceder las 10 personas y también tendrá que haber una distancia de 1.5 metros entre grupos. La mascarilla será obligatoria en todos estos eventos.

Los casos de covid crecen en las residencias a menor ritmo

La sexta ola también ha entrado en las residencias, aunque el ritmo de contagios es menor. En la última semana con cifras consolidadas (del 16 al 22 de diciembre), el Departamento de Salud reportó 305 casos entre ancianos de residencias, un 62% más que los registrados dos semanas atrás. En ese tiempo, en cambio, los contagios en la población general se triplicaron.
Los expertos señalan que la inyección masiva de la tercera dosis de la vacuna —los ancianos de residencias fueron de los primeros colectivos en recibirlas—, así como las férreas medidas de control que todavía hay en los centros de mayores (cribados periódicos al personal, sectorización de las instalaciones cuando hay casos positivos y medidas reforzadas ante salidas o visitas de familiares) están evitando que el zarpazo del virus sea mayor.

“La situación de los residentes es buena, no nos podemos quejar. Los casos que hay suelen ser asintomáticos o muy leves”, apunta Vicente Botella, presidente de la patronal Upimir. Y coincide Iñaki Antón, de la Asociación Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia Gerontológica: “La tercera dosis aminora la gravedad, pero son personas muy frágiles y hay que tener cuidado. Nosotros intentamos pasar menos tiempo con el anciano, reducir los contactos personales con el residente para que no sean más de 15 minutos al día”.

El último informe del Govern, del pasado 22 de diciembre, notificó casos positivos en 69 residencias y cerca de 400 profesionales afectados. Según Botella, las bajas laborales son en esta ola “la principal preocupación” de los centros, que temen no tener personal para atender a los residentes.



Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_