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El túnel de Glòries de Barcelona, por dentro y en bicicleta

Recorrido por la infraestructura viaria más compleja de la capital catalana, que abrirá al tráfico el próximo sábado

El túnel de Glòries, en Barcelona, dos días antes de su apertura al tráfico.Vídeo: JOAN SÁNCHEZ / Clara Blanchar
Clara Blanchar

Paredes blancas, techo negro, mucha iluminación, señalización, cámaras, ventiladores, salidas y apartadores de emergencia, pavimento gris (los bomberos no permiten el asfalto en los túneles) y el detalle del panot (la característica baldosa de la ciudad) en las mini aceras de servicio, para recordarnos que estamos en Barcelona. Aunque bajo tierra. El Ayuntamiento ha permitido a la prensa visitar el túnel de Glòries cuando solo faltan dos días para su apertura al tráfico.

El túnel que ha soterrado la Gran Via en uno de los accesos a de la ciudad permitirá liberar espacio en superficie para terminar la plaza de les Glòries. Aprovechando que todavía está cerrado, y aunque solo lo podrán circular vehículos y autobuses, este diario lo ha recorrido en bicicleta: algo más de mil metros de largo con pendientes que en dos puntos superan el 7%.

Este sábado solo abrirá la primera de las dos galerías (la de sentido de salida de la ciudad); para el sentido de entrada habrá que esperar a comienzo de 2022. Los responsables de movilidad, tráfico y de la empresa municipal de obras, Bimsa, estaban exultantes durante la visita a una infraestructura que es la más compleja que se ha hecho en la ciudad, ha durado seis años y tiene un coste de 200 millones de euros.

El gerente de Movilidad e Infraestructuras, Manuel Valdés, ha recordado que el túnel pasa por debajo de cuatro túneles ferroviarios (de metro y cercanías) que han permanecido activos durante casi todo el tiempo. Y ha revelado que sus sistemas de seguridad serán controlados desde el centro que el área de movilidad tiene en la calle de Torrent de l’Olla. El director de servicios de Movilidad, Adrià Gomila, ha señalado que de los tres carriles, dos son para vehículos privados y uno exclusivo para autobuses, lo que mejorará su velocidad.

Pero quien con mayor épica suele narrar los años de trabajo es el director general de Bimsa, Ángel Sánchez, el ingeniero responsable de la obra, que en su día trabajó también en el túnel del Cadí. “El objetivo de cualquier túnel es siempre cubrir la distancia más corta, pero aquí el objetivo es permitir liberar espacio para hacer una plaza fantástica”, ha comenzado antes de reconocer que ejecutar las galerías “no ha sido fácil”. Sánchez ha recordado que se ha trabajado hasta 45 metros bajo tierra, siempre por debajo del nivel freático de la ciudad, lo que ha supuesto bombear a diario una cantidad de agua equivalente a 10 piscinas olímpicas. El resultado es un “túnel seco” gracias a la construcción de dos enormes pantallas (60.000 metros cuadrados en total) y los puentes bajo los túneles de metro y tren.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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