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Las 3.500 terrazas nuevas o ampliadas por la pandemia en Barcelona serán definitivas

El Ayuntamiento y el gremio de restauradores lanzan una campaña que insta al barcelonés a consumir en los locales

Blanca Cia
En la imagen, una terraza con cilindros amarillos en una calle del Poble sec.
En la imagen, una terraza con cilindros amarillos en una calle del Poble sec.joan sánchez

Las 3.500 terrazas nuevas o ampliadas durante la pandemia como una forma de ayudar a los restauradores en una situación de grave crisis han venido para quedarse, por lo que se sumarán a las más de 6.000 que ya tenía Barcelona antes de la covid. Jaume Collboni, primer teniente de alcalde de Barcelona, y Montserrat Ballarín, regidora de Comercio, han explicado que el criterio general es mantener todas las ampliaciones aunque, precisaron, se tiene que abordar ahora cómo será su imagen definitiva.

Si antes de la pandemia las terrazas de los bares y restaurantes ocupaban 59.000 metros cuadrados de superficie en Barcelona, con la permanencia de las nuevas y las ampliaciones serán 23.000 más. Dos de cada tres, aproximadamente, han ganado metros donde ya estaban y las nuevas han proliferado, especialmente, en las calzadas, restando espacio a los vehículos. La decisión de abrir el grifo de las terrazas, después de una tendencia más bien restrictiva por el consistorio de Ada Colau, se tomó en la primavera pasada, justo al fin del estado de alarma y en aquel momento se adoptó como una medida provisional para apoyar al sector.

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“Ese esfuerzo ha servido para salvar 2.000 puestos de trabajo”, ha explicado esta mañana Collboni, que ha insistido en que la decisión tiene que ver mucho en que es un sector “clave” para la reactivación económica de la ciudad. Los 9.000 bares y restaurantes de Barcelona dan trabajo a unas 70.000 personas de las que 11.000 todavía están en situación de ERTE o en el paro, según ha puntualizado Ballarín. Es decir, que el 15% de los trabajadores de la restauración no se han incorporado todavía a sus puestos de trabajo o bien por el cierre definitivo de restaurantes y bares -algo que el gremio de restauración sitúa entre el 20% y el 25% de los negocios- o porque todavía hay cerrados más de 200 hoteles de la capital catalana, muchos de ellos con servicio de restauración.

A falta de la actualización de las cifras de las terrazas, en diciembre pasado, el consistorio informó que de las 3.129 terrazas que había autorizado, casi 1.300 se colocaron en las calzadas y 40 combinaron la calzada y las aceras. Sobre estas se ampliaron cerca de 1.800. En conjunto, restaron 23.000 metros cuadrados a espacio que antes era ocupado por los coches.

“Ahora tenemos que estudiar cuál es modelo definitivo y ver caso por caso si hace falta”, ha apuntado Collboni tras ser preguntado sobre las quejas formuladas por vecinos de algunas calles, como Enric Granados, por la presión de las terrazas en el espacio público. En muchas plazas, el espacio que ocupaban las terrazas se ha duplicado con lo que la superficie libre para estar o pasear se ha diezmado de forma notoria. Hay distritos, como el de Ciutat Vella o el de Gràcia, donde las terrazas nuevas han sido pocas, según las quejas de los restauradores. “Algunas se pusieron sin permiso y con la vista gorda del distrito, pero ahora están pasando los inspectores”, precisa un operador de restauración del Born.

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La idea del consistorio es que la medida de mantener más terrazas-además de la rebaja de las tasas en un 75%- tiene que ayudar a la recuperación de uno de los sectores, el de la gastronomía, que es uno de los puntos “fuertes” de Barcelona. Con esa finalidad, y a la espera de la llegada del turismo, el consistorio y el gremio de hoteleros han lanzado una campaña de promoción de bares y restaurantes para incentivar la vuelta a restaurantes y bares del barcelonés.

Con el lema “Barcelona, guarda’m lloc”, el actor David Verdaguer hace un llamamiento, acarreando una silla hasta llegar a una terraza, a los ciudadanos a volver a las terrazas “para encontrarse, para tocarse”, ha explicado en la presentación de la campaña que se difundirá digitalmente, en medios de comunicación y en cartelería del consistorio y que ha supuesto una inversión de 300.000 euros. “No podía estar más de acuerdo con esta campaña, porque mi oficina está en los bares”, ha bromeado Verdaguer.

Un spot publicitario en el que aparecen, además de Verdaguer, otras caras conocidas como Melani Olivares, Yolanda Ramos y David Solans y unos extras muy reconocibles, entre ellos, los exalcaldes de Barcelona, Joan Clos y Xavier Trias, y regidores de todos los partidos políticos de diferentes etapas.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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