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Los teatros grandes de Cataluña podrán acoger hasta mil espectadores

La sala Apolo de Barcelona acoge un concierto con espectadores testados en una experiencia piloto

Toni Polo Bettonica
Ambiente en la sala Apolo de Barcelona este sábado por la tarde.
Ambiente en la sala Apolo de Barcelona este sábado por la tarde.Emilio Morenatti (AP)

El Procicat, órgano de la Generalitat competente para las restricciones por la pandemia, acordó ayer mantener el 50% del aforo en los espacios de artes escénicas y musicales, pero introdujo una modificación que permitirá reabrir con hasta 1.000 espectadores a los espacios culturales de mayor capacidad, como pedía el Teatro del Liceo. Estos espacios, que hasta hoy podían abrir para un máximo de 500 personas a pesar de tener un aforo por encima del doble de esa cifra, deberán cumplir las condiciones de seguridad para evitar contagios por el coronavirus. En la sala Apolo, de Barcelona, se ha celebrado este sábado, a partir de las cinco de la tarde, un concierto para 500 espectadores testados para un ensayo sobre el coronavirus del Hospital Germans Trias i Pujol y la Fundación Lucha contra el Sida.

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Los espacios deben tener las condiciones de ventilación reforzada que marca la propia resolución del Procicat y garantizar las medidas de control de aglomeraciones y podrán acoger hasta un máximo de 1.000 personas por sesión o actuación, todas sentadas, y con registro y asignación previa de asientos, siempre respetando el límite del 50% del aforo máximo autorizado.

El Gran Teatre del Liceu emitió ayer un comunicado en el que anunciaba que a partir de mañana retomará las representaciones de La traviata de Verdi, que había suspendido como medida de presión. Salvador Alemany, presidente del teatro, se mostró satisfecho por la decisión de la Generalitat y quiso agradecer la comprensión a “los abonados y al público ante la suspensión forzada de cinco representaciones”. En el comunicado, se explica que “del total de las 15 funciones programadas inicialmente de La traviata, el Liceu acabará representando 16, una más, después de programar funciones extraordinarias y a pesar de haber suspendido cinco funciones (las de los días 8, 9, 10, 12 y 13 de diciembre).

El Auditori de Barcelona también anunció ayer que ampliará la capacidad de la Sala 1 Pau Casals a 1.000 espectadores, a partir de mañana, por lo que, por la tarde ya se pusieron a la venta 500 entradas más para el concierto de Jordi Savall, que ya había agotado localidades. Otros espacios que superan los 1.000 espectadores (y que, por lo tanto, podrán albergar a más de 500 personas) son el teatro Coliseum, en Tívoli o el Victoria.

Esta ampliación del aforo aprobada por el Procicat no se aplicará de momento a las salas de conciertos, según precisó ayer el subdirector de Protección Civil de la Generalitat, Sergi Delgado. En una entrevista en el canal 3/24, puntualizó que la ampliación a 1.000 espectadores, siempre que no se exceda el 50% del aforo, solo se permite en los actos culturales, religiosos y las ceremonias civiles cuando garanticen una correcta ventilación y el público permanezca “estático”.

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La patronal de la restauración y del sector del ocio nocturno Fecasarm denunció el “menosprecio” de la Generalitat, al dejarlos fuera de las nuevas medidas para flexibilizar las restricciones del coronavirus, lo que creen que propiciará más fiestas ilegales sin control ni seguridad.

En un comunicado, la Fecasarm lamenta que se flexibilicen las restricciones en otras actividades mientras que el ocio nocturno se mantiene cerrado “sin alternativa”. Según esta patronal, el “desinterés” del Procicat para reactivar el sector “provocará un efecto contrario” ya que propiciará más encuentros “sin control ni medidas de seguridad”.

Reuniones ilegales

En concreto, según Fecasarm, si no se permite la reapertura de las actividades de ocio nocturno, aunque sea provisionalmente y como restauración, y se amplían horarios y aforos en todas las actividades, las fiestas y reuniones ilegales nocturnas “irán a más”, especialmente durante las fiestas navideñas, y los indicadores no mejorarán, ya que en estas concentraciones “no hay ningún control ni medida de seguridad”.

La Fecasarm se siente “menospreciada y discriminada” porque considera que recibe un “trato desigual injustificado” y “ninguna alternativa”, ni siquiera sujeta al cumplimiento de determinadas condiciones tecnológicas y de seguridad, lo que les sitúa, entienden, en una posición de “total abandono e indefensión”. Según la patronal, actualmente hay muchos avances tecnológicos y científicos que se podrían aplicar para flexibilizar sus restricciones, como los test rápidos, las app de control, el registro de asistentes o sistemas de ventilación celular con nanofiltraje de partículas.

La Sala Apolo del Paral·lel, uno de los templos de la noche barcelonesa que permanece cerrado desde el inicio de la pandemia, ha reabierto este sábado por la tarde sus puertas pasadas las 17.00 horas para ofrecer un concierto a 500 voluntarios que, por la mañana, habían sido testados para un ensayo sobre el coronavirus del Hospital Germans Trias i Pujol y la Fundación Lucha contra el Sida.

La intención es que esta iniciativa sirva para validar los test rápidos de covid-19 como estrategia para posibilitar la celebración de conciertos en los próximos meses, con mascarillas, pero sin que los asistentes tengan que guardar distancia entre ellos. En principio, iban a ser mil los asistentes al concierto, pero el Procicat solo autorizó que fueran la mitad. El concierto ha contado con actuaciones como las de Marta Salicrú DJ, Renaldo & Clara, Mujeres o Unai Muguruza.

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Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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