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Cruz Roja retoma la asistencia de solicitantes de asilo en Barajas

La organización vuelve casi un mes después de retirarse del aeródromo madrileño por las condiciones de hacinamiento e higiene

Migrantes en tránsito en la T-4 de Barajas, el pasado día 2.
Migrantes en tránsito en la T-4 de Barajas, el pasado día 2.Claudio Álvarez
María Martín

La Cruz Roja ha vuelto este miércoles a prestar asistencia psicosocial a los solicitantes de asilo del aeropuerto Madrid-Barajas. La organización toma la decisión casi un mes después de marcharse por las condiciones en las que se mantenía a quien pedía protección en el aeródromo. Durante meses, la acogida en las salas habilitadas para estas personas fue un caos, con episodios de hacinamiento, plagas de chinches, fugas, mala alimentación e higiene. Tres jueces pidieron “medidas urgentes” a Interior y Policía Nacional para resolver la situación y el Defensor del Pueblo alertó de un posible “trato degradante” a los solicitantes.

“Venimos denunciando esta situación desde hace mucho tiempo. No nos vamos de un día para otro”, dijo a EL PAÍS el pasado 24 de enero el director del Área de Migraciones de Cruz Roja, José Javier Sánchez Espinosa. Hoy Espinosa explica que el escenario ha mejorado y que ya se dan las condiciones para volver a trabajar. “La ocupación es mucho más baja, las salas se han desinfectado, se han arreglado... Es otra situación”, mantiene. Este martes, según fuentes del Ministerio del Interior, permanecían en las salas de Barajas apenas 47 personas.

La retirada de Cruz Roja no sentó bien ni en el Ministerio de Inclusión, Migraciones Y Seguridad Social, que paga el contrato con la organización, ni a la Policía. Al final, en el peor momento de la crisis, Cruz Roja se retiró, dejando también en suspenso la subcontrata con la empresa de limpieza encargada de mantener las salas, mantenimiento que tuvo que asumir la policía. Espinosa es consciente de ello. “Por eso fue una decisión tan medida. Nos podíamos haber ido de muchos sitios muchas veces, pero siempre que haya la posibilidad de ayudar a la gente nos mantenemos. Pero si llega un momento en el que vemos que aunque permanezcamos nuestra presencia no va a tener un impacto, queda claro que es el momento de irnos”, afirma. La vuelta de Cruz Roja se limita de momento al trabajo del equipo que asiste a los solicitantes, pero, en principio, no volverá a asumir la limpieza de las instalaciones.

Con el retorno de Cruz Roja, la crisis del aeropuerto queda relativamente resuelta después de meses de complicaciones. Aún hay mejoras pendientes, según la fiscal de Trata y Extranjería, Beatriz Sánchez, que visitó las salas del aeropuerto recientemente. En una entrevista a EL PAÍS, la fiscal aseguró que las condiciones eran “claramente mejorables”. Sánchez añadió: “Las condiciones actuales solo son admisibles si se trata de momento crítico y urgente. Pero situaciones como esta pueden repetirse. Creemos que tienen que existir unas instalaciones dotadas adecuadamente que puedan ser, por ejemplo, modulables, para estar preparados para cuando vuelva a pasar”.

La crisis en el aeropuerto empezó a gestarse ya en verano con la llegada de cientos de somalíes que lograban hacer escala en Madrid con pasaportes comprados de Kenia. A ellos se sumaron, marroquíes y senegaleses, sobre todo, superando la capacidad que habitualmente tiene la policía y las salas para la tramitación de solicitudes de asilo. Fueron semanas de caos, durante las que Interior puso en marcha algunas medidas de refuerzo y para frenar los flujos. Entre ellas, la imposición de visados de tránsito a keniatas y senegaleses, el aumento del número de agentes y la habilitación de nuevas salas.

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.
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