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Un error del capitán del ‘Villa de Pitanxo’ causó su hundimiento, según los expertos que bajaron al buque

El dictamen pericial concluye que la maniobra que de subir el aparejo y la demora en dar la orden a la tripulación de abandonar el barco fueron factores determinantes

Familiares de los fallecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo reclaman la localización del buque. EFE/ Salvador Sas
Familiares de los fallecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo reclaman la localización del buque. EFE/ Salvador SasSalvador Sas (EFE)

Siete meses después de regresar la expedición que localizó en el fondo del mar los restos del Villa de Pitanxo, el pesquero que naufragó en febrero de 2022 en aguas de Terranova (Canadá), el informe de los peritos concluye que la causa directa más probable del accidente en el que fallecieron 21 tripulantes del arrastrero gallego “fue un error humano del capitán”. El dictamen presentado por la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes Marítimos (CIAIM) en el Juzgado Central de Instrucción número dos de la Audiencia Nacional, que investiga el caso, sostiene que fue determinante “la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que ordenó el capitán para librar el embarre [enganche] del aparejo del fondo marino”.

El informe, elaborado tras analizar las imágenes captadas durante la inmersión de un robot submarino al pecio en junio pasado, desmontan la versión del capitán del barco, José Enrique Padín, uno de los tres únicos supervivientes del naufragio y principal imputado, junto a la empresa armadora, en esta causa abierta por 21 homicidios imprudentes. Padín sostuvo que el accidente se desencadenó por la parada súbita del motor del barco. Sin embargo, los peritos avalan la tesis defendida por el marinero Samuel Kwesi, también superviviente, que cuestionó la actuación del capitán.

Las conclusiones inciden en que el capitán puso en “grave riesgo la seguridad del buque y sus tripulantes” al realizar la maniobra del aparejo “con la mar y el viento de popa y la tolva de descarga de desperdicios abierta”. Además, los peritos también consideran un factor determinante del accidente la demora con la que el capitán dio la orden a la tripulación de abandonar el buque, “lo cual condicionó que pudieran realizar el abandono de forma ordenada y con alguna probabilidad de éxito”, afirman.

El dictamen apunta a que otro factor clave en el siniestro fue la falta de familiarización de los tripulantes con sus obligaciones y funciones atribuidas en el cuadro orgánico para situaciones de emergencia y el uso de dispositivos de salvamento. Esto, a juicio de los expertos, “pone de manifiesto la falta de formación a bordo y de realización de ejercicios periódicos de abandono de buque”.

Otro de los factores mencionados por los peritos es la ausencia de una escalera en estribor, desde la cubierta superior a la cubierta de oficiales, lo cual habría contribuido a la tragedia, ya que hubiese sido un “medio rápido de evacuación desde la cubierta expuesta a la intemperie y a la mar hacia las balsas salvavidas”, recoge el informe. Y añaden los expertos del CIAIM que las adversas condiciones marítimas y meteorológicas que se registraron en el momento de la tragedia “no eran de una extrema dureza como para aconsejar haberse puesto a la capa en espera de una mejoría, pero sin duda dificultaron la maniobra para librar el embarre”, concluyen.

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“Ha valido la pena bajar al barco”

A punto de cumplirse, el próximo 15 de febrero, el segundo aniversario de la mayor tragedia del sector pesquero en Galicia, las familias de las 21 víctimas mortales del Villa de Pitanxo han celebrado el contenido de este informe, que despeja el camino judicial. “Ha valido la pena bajar al barco y este informe nos da la razón a lo que siempre defendimos”, ha dicho la portavoz de los familiares, María José de Pazo.

“Era necesario bajar al barco para tener pruebas y mostrar la verdad de lo ocurrido en el naufragio”, ha añadido de Pazo. “El informe dice que la versión del superviviente Samuel Kwesi es la verosímil”, ha incidido la portavoz, ya que investigación judicial se inició después de que este marinero cambiase su declaración al llegar a España, en clara contradicción con la que ha defendido el capitán y su sobrino, Eduardo Rial.

El marinero de origen ghanés y nacionalizado en España desgranó ante la Policía Judicial posibles negligencias por parte del capitán que habrían desencadenado el hundimiento, asegurando que el motor del barco no se paró de forma repentina, sino que el buque se embarró (se engancharon las redes al fondo marino) y el capitán trató de desembarrarlo, provocando lo ocurrido. Sin embargo, Padín siempre insistió en que el barco se quedó sin motor a la deriva.

En la misma línea ha hablado el abogado de las familias, Manuel Lampón, quien ha defendido que el informe recoge que el motor no se habría parado de forma repentina, sino que estuvo activo prácticamente hasta el hundimiento del barco. El letrado cree que el informe apuntala la presunta negligencia del capitán y la responsabilidad de la armadora, Grupo Nores.

El arrastrero gallego naufragó de madrugada a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá). Durante la instrucción, el juez ha tomado declaración al patrón del pesquero, a su sobrino Eduardo Rial y al marinero Samuel Kwesi, como testigos, al ser los únicos supervivientes del naufragio. También han comparecido ante el juez Ismael Moreno varios directivos de la armadora Grupo Nores, así como antiguos marineros del barco. La acusación de la Fiscalía se centró en la versión del testigo de cargo, Samuel Kwesi, ahora avalada en gran parte por el informe de conclusiones de la CIAIM.

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