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Muere un joven de 23 años al chocar dos lanchas de contrabando de tabaco en Cádiz

La Guardia Civil investiga las circunstancias de la colisión, tras la cual el hombre fue dejado aún con vida a las puertas de un centro de salud de Los Barrios

Un agente de la Guardia Civil, con tabaco de contrabando, en una imagen de archivo.
Un agente de la Guardia Civil, con tabaco de contrabando, en una imagen de archivo.
Jesús A. Cañas

Un joven de 23 años ha fallecido en la madrugada de este martes las puertas de un centro de salud de Los Barrios (Cádiz), después de verse implicado en un supuesto accidente entre lanchas que contrabandean con tabaco de Gibraltar. La Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras investiga en estos momentos las circunstancias de un accidente del que no tenía constancia. Fueron dos hombres los que trasladaron al joven en estado muy grave al centro de salud y refirieron el suceso a los sanitarios presentes.

Los hechos se produjeron en torno a las 4.20 en el Centro de Salud de Los Barrios, uno de los dos que tiene esta localidad campogibraltareña de 24.000 habitantes. El joven, de 23 años y natural de San Roque, llegó con una herida de gravedad en la cabeza. Pese a la intervención de los sanitarios presentes y del 061, que se trasladó hasta el lugar, “no se pudo hacer nada por salvar su vida”, según han confirmado fuentes del Servicio Andaluz de Salud a EL PAÍS. En el momento de dejarlo en las instalaciones sanitarias, los dos hombres que le acompañaban refirieron que las heridas se habían producido durante una colisión entre dos embarcaciones que “presuntamente se dedican al contrabando de tabaco”, según han explicado fuentes de la Guardia Civil en Algeciras.

El Instituto Armado no tenía conocimiento de este suceso y ha abierto una investigación para esclarecer las causas del siniestro que le ha costado la vida al joven. El contrabando de tabaco suele producirse entre las inmediaciones de las costas de Gibraltar y de La Línea. Allí, los traficantes aprovechan playas y calas naturales del Peñón para acercar pequeñas lanchas que cargan con cajas de cartones de tabaco y, posteriormente, trasladan a La Línea o inmediaciones, como la pedanía de Puente Mayorga, en San Roque. Estos movimientos los realizan en pequeñas lanchas semirrígidas, habitualmente legales.

El contrabando de tabaco en el Campo de Gibraltar es una de las escalas más bajas que se pueden desempeñar en el tráfico de sustancias ilegales del sur de España. De hecho, la actividad descendió durante los años fuertes del hachís, dada la mayor rentabilidad de este movimiento de droga desde Marruecos. Sin embargo, el Plan Especial para el Campo de Gibraltar puesto en marcha por el Ministerio del Interior en 2018 trastocó las reglas del juego. La actividad de narcotráfico se dispersó a otros puntos de la costa andaluza y parte de los eslabones más bajos de este negocio se reengancharon al tabaco.

Desde 2018, Gibraltar se comprometió a subir los precios del tabaco, hasta alcanzar un 32% de diferencial con la venta al por menor en España en un memorando que ya no está en vigor, pero que se sigue aplicando, según explican fuentes cercanas al Gobierno de Gibraltar. Ese compromiso marcaba, además, establecer mecanismos de intercambio de información sobre la importación y venta de tabaco. En general, la cantidad legal permitida de compra en la Roca es de 10 cartones (2.000 cigarrillos) y en zonas restringidas, tres cartones.

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Pese a esas cortapisas que han provocado que el movimiento de tabaco de Gibraltar ya no sea tan rentable como antes, el contrabando parece haber ido en ascenso, según apuntan hasta dos investigadores del Instituto Armado. “Están sacando lo más grande”, asegura un guardia civil de la zona que pide anonimato. “Al estar el hachís más parado por aquí, el tabaco se ha convertido en su principal fuente de ingresos y tienen que darlo todo”, apunta otro agente. Con todo, el mismo guardia civil asegura que los accidentes en el mar con este tipo de embarcaciones no son tan comunes, como sí ocurren en los portes de hachís desde Marruecos realizados en narcolanchas con varios motores fueraborda.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.
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