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La nueva vicepresidenta argentina es el nexo de Milei con Vox

Victoria Villarruel fue invitada de Ortega Smith en la campaña electoral de 2019, antes de que el nuevo presidente la fichara para su partido La Libertad Avanza

Vox corteja a la vicepresidenta argentina que defiende la dictadura
Victoria Villarruel, con una bandera argentina, y Javier Milei celebraban el domingo los resultados de las elecciones presidenciales en su país.MATIAS BAGLIETTO (REUTERS)
Miguel González

Nada más conocerse los resultados de las elecciones argentinas del pasado domingo, el Foro Madrid, la plataforma creada por Vox para desembarcar en América Latina, felicitó al vencedor, Javier Milei, pero no se olvidó de mencionar también a su número dos, la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel. Más efusivo aún fue el exsecretario general de Vox Javier Ortega Smith: “Enhorabuena, amiga Vicky Villarruel”, escribió en su cuenta de la red social X. A fin de cuentas, Milei es un excéntrico e imprevisible outsider para muchos dirigentes del partido ultra español, mientras que su compañera de ticket electoral es una vieja conocida con la que comparten batallas e ideas.

La relación entre Vox y la vicepresidenta electa se remonta a 2019. En agosto de ese año, Ortega Smith, de madre argentina, participó con la ahora vicepresidenta electa en un acto en el Círculo Militar de Buenos Aires, en el que ambos defendieron la necesidad de dar “la batalla cultural” a la izquierda. Villarruel, hija, sobrina y nieta de militares, presidía entonces el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), un organismo creado para oponerse a los juicios por crímenes de lesa humanidad que sentaban en el banquillo a las juntas golpistas que gobernaron el país entre 1976 y 1983. Se trataba de blanquear la represión de la dictadura, presentándola como una guerra contra los montoneros y otros grupos guerrilleros en la que los uniformados pudieron cometer “excesos”. “Ellos”, escribió Villarruel refiriéndose a Vox en un artículo en el que glosaba su conferencia con Ortega Smith, “no van a hacerse responsables de una Guerra Civil ocurrida [en España] 80 años atrás o de un gobierno de facto que finalizó hace más de 40, de los cuales ninguno de sus líderes e integrantes ha formado parte. Lo mismo nos toca aquí, el monopolio del dolor no es de la izquierda y la inocencia tampoco”. La expresión gobierno de facto es la que utiliza siempre para referirse a las dictaduras, sean de Franco o de Videla.

En esa época, La Libertad Avanza, el partido con el que Milei ha llegado a la Casa Rosada, ni siquiera existía, pero Villarruel ya fue invitada al cierre de la campaña electoral del partido ultra español en abril de 2019, cuando Vox pasó de ser extraparlamentario a irrumpir en el Congreso con 24 diputados. La entonces novata política argentina tomó buena nota de la retórica de Santiago Abascal y en su cierre de campaña de 2021, en el bonaerense Parque Lezama, repitió frases calcadas de su argumentario: “A los que me tildan de genocida, de facha, de racista, de negacionista, les digo que todo eso lo recibo con una sonrisa. No tenemos que pedir permiso ni perdón por cómo pensamos”.

Es probable, admiten fuentes próximas a Vox, que Milei no hubiera sido recibido con los brazos abiertos si no hubiera venido de la mano de Villarruel. La Gaceta, el órgano de Disenso, la fundación que preside Abascal, califica al nuevo presidente argentino de “libertario”, un adjetivo que difícilmente casa con la ideología de su homólogo español. Propuestas como la dolarización de la economía, el cierre del Banco Central o la libre venta de órganos resultan indigestas para el electorado conservador de Vox.

En cambio, Villarruel es una activista de la derecha ultracatólica: contraria a la ley de aborto, participó en la Misa por la Vida celebrada en la Basílica de la Virgen de Luján en 2018, mientras el Congreso argentino debatía su legalización; se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y asiste a misas preconciliares en latín de las que reniega el Vaticano. De la influencia de Villarruel sobre su jefe da cuenta el hecho de que este empezara a cuestionar la cifra de 30.000 desparecidos en Argentina, para escándalo de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.

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En octubre de 2021, Milei intervino por videoconferencia en la macrofiesta del partido de Abascal y, al año siguiente, repitió de manera presencial, acompañado por Villarruel, y levantó al auditorio con un discurso faltón en el que abogaba por volver a la ley de selva, una especie de darwinismo social en beneficio de los más ricos. Para entonces, ya había sido bendecido por la Alt Right (extrema derecha) estadounidense encabezada por el expresidente Donald Trump, con Jair Bolsonaro como principal referente en Sudamérica.

Vox se implicó en la campaña presidencial de Milei y envió a Buenos Aires una delegación encabezada por el eurodiputado Hermann Tertsch para “supervisar” unos resultados electorales cuya limpieza cuestionó su aliado hasta que empezaron a sonreírle. El arrollador triunfo de Milei ha supuesto una inyección de moral para la ultraderecha española que, en los dos últimos años, había visto cómo sus socios perdían en Chile, Colombia o Brasil y el demonizado Foro de São Paulo extendía sus tentáculos por la región. En Europa, ha sufrido una ducha escocesa: a la euforia provocada por el ascenso al poder de la italiana Giorgia Meloni ha seguido el jarro de agua fría de la pérdida de Polonia, feudo de los ultracatólicos de Ley y Justicia.

Si Vox ha acogido con júbilo el triunfo del dúo Milei-Villarruel, el PP lo ha recibido con frialdad, a pesar de que el expresidente Mariano Rajoy pidió el voto para ellos. “¿Qué quiere que le diga?”, respondió el portavoz del partido, Borja Sémper. “Respetamos las decisiones que toman otros países. Entendemos que la situación de Argentina es tan crítica… La buena noticia es que los argentinos han pasado la página del peronismo. Veremos si la decisión que han decidido les trae mejoría”, apostilló.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió un diplomático comunicado en el que evitaba mencionar a Milei. “Tras las elecciones presidenciales en las que los argentinos se pronunciaron democráticamente, España continuará impulsando la relación con Argentina en favor del bienestar y la prosperidad de nuestros pueblos […] Deseamos éxito a Argentina en esta nueva etapa”, decía. Ni una palabra de felicitación al ganador.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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