Sánchez centra su presidencia de la UE en un refuerzo del tejido industrial europeo pero sin proteccionismo
El presidente presenta en la CEOE la visión para mejorar la autonomía estratégica de la UE
A pesar de estar en funciones, el Gobierno mantiene en marcha todos los trabajos de la presidencia española del Consejo de la UE, que tiene en la cumbre de Granada, el 6 de octubre, el momento central. El Ejecutivo está rematando todos los trabajos para intentar que esta segunda parte de la presidencia, ya sin las elecciones ocupando todo el espacio, logre salir del debate que monopoliza la actualidad española, esto es la investidura, primero de Alberto Núñez Feijóo y después de Pedro Sánchez. En este contexto, el presidente ha presentado este viernes ante un auditorio especial, la cúpula del empresariado español, en la sede central de la CEOE, las líneas maestras de un documento en el que La Moncloa, y en especial Diego Rubio, el director de la oficina de prospectiva y estrategia, lleva un año trabajando con 250 expertos de 80 ministerios de los 27 miembros de la UE. Se llama Resilient UE2030, y está centrado en la manera de mejorar la resistencia y la competitividad de la UE en el futuro, después de comprobar en la pandemia la debilidad que tenían los países europeos con su enorme dependencia de China, donde se fabricaban hasta las más simples mascarillas, o ver durante la guerra en Ucrania cómo los miembros de la UE necesitaban el gas ruso. La clave del documento, por tanto, es la “necesidad de reforzar el tejido industrial europeo”.
Sánchez ha explicado ante los empresarios que es imperiosa “la necesidad de reindustrializar Europa”. “Los días de la deslocalización masiva tienen que acabar. Necesitamos blindar el bienestar de los ciudadanos y su seguridad. No debemos producir todo en la UE, pero sí ser estratégicos, centrarnos en los bienes en los que somos competitivos o en los que son imprescindibles para la seguridad de los europeos”, ha señalado.
El texto identifica una serie de bienes, servicios y materias primas estratégicos en los que la UE debería aumentar su capacidad productiva de aquí a 2030, en especial desarrollos de Inteligencia artificial, turbinas eólicas, electrolizadores, redes de transmisión, fertilizantes orgánicos, baterías sólidas, y los ingredientes farmacéuticos activos, entre otros. Además, defiende una apuesta por soluciones innovadoras para ser menos dependientes de otros países como las baterías de sodio y lignina, los ordenadores cuánticos, el uso de bacterias para la recuperación de tierras raras, o los piensos para ganado elaborados con proteína procedente de algas, insectos y microbios.
Sin embargo, y a pesar de que está centrado en mejorar la resiliencia industrial europea, el documento rechaza abiertamente cualquier tipo de proteccionismo, y Sánchez también lo ha hecho en su discurso. “Debemos reducir nuestras dependencias externas, pero debemos lograr que la economía global se mantenga abierta”, ha señalado Sánchez. “La UE no debe expulsar a las empresas extranjeras, al contrario, debemos atraerlas”, ha insistido.
“Resilient EU2030 defiende la necesidad de huir de las tentaciones proteccionistas y acabar con la lógica binaria que asocia la apertura a la vulnerabilidad y la autarquía a la resiliencia. La economía europea, como cualquier otra economía desarrollada, está indisolublemente unida al resto del mundo. En ciertas ocasiones, esa interdependencia es una fuente de riesgos. Pero sobre todo es una fuente de soluciones y de oportunidades para garantizar la prosperidad de nuestros ciudadanos y ciudadanas”, resumen en La Moncloa. “Por eso, la estrategia española recomienda que, lejos de cerrarse en sí misma, Europa aproveche el contexto geopolítico actual para aumentar y reconfigurar su participación en la economía global, lanzando una nueva expansión comercial dirigida a consolidar, diversificar y ampliar sus vínculos con el exterior, e impulsando una renovación de la arquitectura multilateral”, rematan.
En cualquier caso, el texto concluye que, contra lo que se pueda pensar, “no se está dando un proceso de desglobalización ni de fragmentación económica, ya que los intercambios comerciales entre regiones siguen creciendo, incluso entre oriente y occidente, y los supuestos bloques de países no-alineados”, según los datos que despliega el texto y que ha presentado el presidente.
Sánchez además ha sido muy optimista sobre el futuro de la UE, frente a los “agoreros” que “llevan 100 años anunciando el fin de Europa”. “En realidad, los datos demuestran que, en los últimos 70 años, Europa no ha hecho otra cosa que prosperar. Hemos retrocedido en algunos indicadores importantes, y perdido peso relativo en otros, fundamentalmente debido al desarrollo de algunos países asiáticos. Pero también lo es que hemos mejorado en la mayoría y que, gracias a ello, Europa sigue siendo el mayor agente comercial del mundo, la primera receptora de inversión extranjera directa, la región con la población más cualificada, y el segundo mejor ecosistema de innovación del planeta”, ha señalado.
Este documento será pues uno de los ejes de la cumbre de Granada, en la que el Gobierno tiene grandes expectativas, aunque desde el punto de vista político llegará en un momento muy delicado, en plena negociación de la investidura de Sánchez, a la que muy probablemente por entonces el Rey ya habrá dado el encargo después del más que probable fracaso de Feijóo. Sánchez ha querido así mostrar un nuevo gesto que consolida la idea de que él es el único que puede gobernar, y mientras está presentando ante la cúpula de la CEOE un documento estratégico, presentado además con buenas palabras por el líder de la patronal, Antonio Garamendi, Feijóo está organizando actos de oposición como el que convocará el PP justo antes del intento de su intento de investidura.
