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Sánchez acusa al PP de presionar al Rey y reafirma su voluntad de gobernar

El líder socialista afirma ante su grupo que va a buscar una nueva mayoría sin saber aún si logrará la Mesa del Congreso

Vara, Sánchez, Armengol y Narbona, en el Congreso este miércoles.Foto: Claudio Álvarez | Vídeo: EPV
Xosé Hermida

Pedro Sánchez lanzó este miércoles su candidatura a renovar el Gobierno de coalición. Sin saber aun si tendrá apoyos suficientes para mantener el control de la Mesa del Congreso de los Diputados, que se elige este jueves, el presidente en funciones regresó de sus días de asueto, reunió a los parlamentarios y les anunció su disposición a repetir el “Gobierno progresista”. El líder del PSOE dedicó la mayor parte del discurso en el Congreso a atacar con gran dureza al PP por reivindicar su derecho a gobernar como lista más votada el pasado 23 de julio. Sánchez llegó a acusarle de “presionar al jefe del Estado” por su propósito de que el Rey designe a Alberto Núñez Feijóo como primer candidato a la investidura.

Todo es incertidumbre todavía sobre qué va a pasar con la Mesa del Congreso, mientras continúan las negociaciones con los demás grupos, muy singularmente con los independentistas catalanes y más concreto aún con Junts, el partido que tiene la llave parlamentaria. Pese a todo, los socialistas quisieron escenificar el ambiente de euforia que trasladan desde la noche electoral. Acogieron a su líder con una enorme ovación, y Sánchez habló en todo momento como si fuese el vencedor de la contienda.

“Querían un plebiscito y lo perdieron”, sentenció el presidente en funciones en su análisis, el más extenso hasta ahora en público, de lo ocurrido en las pasadas elecciones generales. Sánchez comenzó loando las conquistas de su mandato hasta ahora, que ha conseguido, según él, que España sea vista en el mundo como “un país moderno, solidario y abierto”. El “impulso reformista” de la pasada legislatura, abundó, “hacía años que no se había vivido”.

Frente a eso, Sánchez regresó a una de sus imágenes predilectas de la última campaña, “el túnel tenebroso” que encarnarían PP y Vox, presentados de nuevo como un solo ente en el discurso presidencial. El líder del PSOE aludió al “retroceso de derechos” en las comunidades y municipios donde las dos formaciones ya gobiernan juntas. Y acusó al PP de acabar mimetizándose con la “ultraderecha”. “Abascal quiso cambiar al PP desde dentro y no lo consiguió, pero ahora lo ha conseguido desde fuera”, afirmó.

Su ataque al PP fue constante y demoledor. “Desde las elecciones están en estado de shock, porque fueron víctimas de su propia propaganda”, disparó. “Han dinamitado todos los puentes con cualquier partido más allá de Vox”, insistió.

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Sánchez fue especialmente cáustico al atacar la continua invocación del PP a que se le reconozca el derecho a gobernar por haber sido el más votado en las elecciones. “Tienen un largo camino por recorrer para elegir a qué derecha europea se quieren parecer”, manifestó. “Por ahora deben aceptar algo tan básico y tan legítimo como que en España gobierna el que más apoyos tiene”. Ahí invocó expresamente el artículo 99 de la Constitución, que establece que es la mayoría del Congreso la que escoge al jefe del Ejecutivo, y redobló su ataque al PP: “No es la hora ni de presiones al jefe del Estado ni de cábalas mágicas. Es la hora de la democracia parlamentaria”. Fuentes del PP deploraron las palabras de Sánchez. “Será una broma, es alucinante”, afirmaron fuentes del entorno de Feijóo, informa Virginia Martínez.

La otra gran ovación de los diputados y senadores socialistas llegó cuando su líder anunció su voluntad de reeditar el Gobierno de los últimos cuatro años. Previamente, Sánchez había transmitido la sensación de que da por hecho que lo logrará, como cuando emplazó al PP a no “cuestionar la legitimidad” del futuro Ejecutivo insistiendo en la tesis de la lista más votada.

Lo que no abundaron en el discurso presidencial fueron los guiños al independentismo, de cuyos votos depende no solo su continuidad como presidente, sino algo más inmediato: la elección este jueves de la Mesa del Congreso. Entre los apoyos parlamentarios de Sánchez cunde la sensación de que si la izquierda no logra hacerse con el control del órgano de gobierno de la Cámara, la legislatura estaría abocada al fracaso y el país, a nuevas elecciones a final de año.

El presidente apenas aludió a esta situación y su gesto al nacionalismo periférico fue anunciar que aprovechará la presidencia de la UE para promover el uso de las lenguas cooficiales españolas en las instituciones comunitarias. El independentismo está exigiendo algo más, que se permita también su empleo en el Congreso, como ya sucede en el Senado. Pero el presidente se limitó a proclamar su deseo de promocionar el catalán, el gallego y el euskera, sin más precisiones que lo referido al ámbito europeo. De hecho, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, no tardó en criticar en Twitter el anuncio de Sánchez: “¿Fuera sí y dentro no?”, escribió. Y tras él salió también la secretaria general de ERC, Marta Rovira, quien desdeñó el anuncio: “¿Qué gesto? Esto ya lo asumisteis y sellasteis en los acuerdos de la mesa de negociación [entre el Gobierno y la Generalitat] el 27 de julio de 2022”. “Cumplid y acabad el trabajo”, exigió Rovira.

Lo que ha constituido un claro gesto de los socialistas al independentismo ha sido la elección de la expresidenta balear Francina Armengol como su candidata a presidir la Cámara. Sánchez la presentó como “una mujer de fuerte carácter y fuertes convicciones”. También tuvo palabras cariñosas para la presidenta saliente, Meritxell Batet, y para los que continuarán como portavoces en el Congreso y en el Senado, Patxi López y Eva Granados.


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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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