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El hijo de Giménez Abad identifica al etarra Ata como el asesino de su padre: “Este señor fue el que disparó”

La Audiencia Nacional acoge la segunda sesión del juicio contra Mikel Carrera y Miren Zaldúa por el atentado contra el presidente del PP de Aragón

Cara a cara con el hombre que mató a su padre de tres tiros por la espalda. El etarra Ata, reconocido por el hijo de Giménez Abad ETA ATA
El hijo de Manuel Giménez Abad, Borja Giménez, esta mañana en Madrid.Santi Burgos
J. J. Gálvez

Borja Giménez Larraz ha podido por fin contar este martes a un tribunal de la Audiencia Nacional cómo ETA asesinó a su padre, Manuel Giménez Abad, entonces presidente del PP de Aragón, cuando ambos caminaban juntos por la calle hacia el estadio de La Romareda, donde iban a ver un partido de fútbol del Zaragoza. Borja Giménez ha podido hacerlo 22 años, un mes y 28 días después de presenciar cómo un terrorista se les acercaba por detrás y descerrajaba tres tiros por la espalda contra el político. Un criminal al que vio la cara y que, según ha insistido, nunca ha olvidado: “Nos cruzamos las miradas y nos pudimos ver perfectamente”. “Ese señor fue el que disparó contra mi padre el 6 de mayo de 2001”, ha remachado en referencia a Mikel Carrera, alias Ata, quien llegaría tiempo después a ser jefe de la banda.

El hijo de la víctima, que tenía solo 17 años cuando se cometió el atentado, ha comparecido este martes como testigo en el juicio que acoge la Audiencia Nacional por el asesinato de su padre. Tranquilo y contundente, Giménez Larraz ha rememorado aquella fatídica jornada: “Era un domingo. Y mi padre y yo solíamos ir a ver el fútbol cada domingo. Salimos sobre las 18.25 de mi casa. Cogimos el camino que solíamos coger. Entonces, como cinco minutos después, un hombre apareció por detrás y disparó contra mi padre. En aquel momento, mi padre cayó al suelo. Este señor le disparó dos veces y le remató una tercera vez con un disparo en la cabeza. Me miró a la cara. Me miró a mí y, mientras se iba, me seguía mirando”. El auto de procesamiento de Carrera recoge cómo el joven le gritó al terrorista mientras huía: “¡Cabrón, me has jodido la vida! ¡ETA asesina!”. Ata lo ha escuchado detrás de la mampara de seguridad habilitada en la sala de juicio.

Giménez Abad, que entonces también era diputado autonómico y senador, murió allí mismo. En la calle de las Cortes de Aragón, a la altura de la vía Princesa, donde una placa lo recuerda hoy. “La víctima sufrió el impacto de tres proyectiles de 9 milímetros parabellum, disparados por una pistola semiautomática de la marca HS. Uno de ellos entró en su cuerpo por la región lumbar derecha, otro por la región glútea derecha y el último por la región occipital derecha. [El político del PP] falleció en el acto por un shock traumático y hemorrágico”, señala en sus escritos la Fiscalía, que pide 30 años de prisión para Ata. También solicita la misma pena para la etarra Miren Zaldúa, Sahatsa, a la que acusa de dar cobertura a Carrera en este asesinato.

Cuando se cometió el atentado, los investigadores no vinculaban a los dos acusados con ETA. Por ello, nunca mostraron a los testigos fotografías de ellos. Esa circunstancia cambió años después. En 2014, la Guardia Civil ya sospechaba que Mikel Carrera podía ser el autor material del asesinato y llamó a Borja Giménez para mostrarle una batería de imágenes. Entre ellas se encontraba la de Ata. El hijo de la víctima asegura que no sabía quién era en ese momento, pero lo identificó “sin duda”: “Ahí reconozco a la persona que disparó contra mi padre. En esa fotografía tiene el pelo largo y algo rizado. Cuando fui, no llevaba ninguna idea preconcebida en la cabeza al respecto”. Meses después volvió a señalarlo en una rueda de reconocimiento en París: “Lo reconocí perfectamente. Tiene unos rasgos característicos: su mirada y su mandíbula. Ese señor era el que había disparado contra mi padre el 6 de mayo”.

Los etarras Mikel Carrera y Miren Itxaso Zaldúa, este lunes en la primera sesión del juicio por el asesinato de Giménez Abad.
Los etarras Mikel Carrera y Miren Itxaso Zaldúa, este lunes en la primera sesión del juicio por el asesinato de Giménez Abad.FERNANDO VILLAR (EFE)
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Manuel Giménez Larraz, hijo mayor de la víctima, ha acudido este martes junto a su hermano Borja a la Audiencia Nacional: “Este juicio se afronta con mucha expectativa de ver si, por fin, se identifica a los asesinos de mi padre. Pero también con el innegable dolor de recordar unos momentos que no nos gustaría tener que recordar y que pasaron hace 22 años. Confío en la justicia. Quienes creemos profundamente en la democracia y en sus valores, hemos renunciado a la venganza como forma de reparación. Hemos tratado de desterrar el odio y, a cambio, lo que solicitamos es el amparo del Estado de derecho. Y el mejor amparo que podemos recibir es que se haga justicia”.

Jorge Azcón, actual presidente del PP de Aragón y candidato a la presidencia de la comunidad, también ha acompañado a la familia: “22 años después, por fin, se celebra el juicio para que los asesinos de Manuel Giménez Abad puedan estar donde les corresponde: en la cárcel. La familia, la sociedad aragonesa y española se merece que este asesinato tenga su juicio, una sentencia justa y los asesinos de Giménez Abad puedan acabar con sus huesos durante muchísimos años en la cárcel”.

Carrera cumple actualmente condena perpetua en Francia por asesinar a dos guardias civiles en Capbreton en 2007, y al policía francés Jean-Serge Nérin en 2010. Por su parte, Zaldúa cumplió condena en Francia de 2005 a 2017 por su pertenencia a la organización terrorista; y en julio de 2020, tras volver a España, fue detenida en Hernani (Gipuzkoa) por su implicación en el asesinato del presidente del PP de Aragón. Desde entonces, permanece en prisión provisional.

Indicios contra Zaldúa

Un testigo protegido identificó a Miren Zaldúa como la terrorista que daba cobertura a Carrera durante el asesinato. Este martes, ha explicado qué vio aquel 6 de mayo de 2021, cuando iba en un coche que pasaba por la calle en el momento del crimen: “Vimos a un señor apuntando a los que estaban en la otra esquina. Pasó por delante nuestra. Aparcamos el coche más adelante y este señor se acercó a una señorita. Le debió dejar algo (no vi lo que le daba) y se fue corriendo por la calle Princesa hacia arriba. En ese intervalo de tiempo me crucé la mirada con la señorita. Creo que ella llegó a pensar que iba a ir a por ella, pero lo que hice fue ponerme a correr a por el hombre. Vi cómo ella se marchó del lugar”. Así la ha descrito: “Llevaba una especie de gorro de medio bombín. Tenía carita redonda, mofletes rollizos y estaba fuerte”, ha añadido. La defensa ha puesto en duda su versión, a lo que él ha respondido: “Hay situaciones en la vida que son imborrables. Lamentablemente, esta es una de ellas”.

La Fiscalía ha centrado también parte de sus esfuerzos de este martes en demostrar la pertenencia de los dos acusados al comando Basajaun. Ata lo ha admitido —aunque negó su implicación en el asesinato de Giménez Abad—, pero Zaldúa ha rechazado que llegase a formar parte de ese grupúsculo de la organización. Según ella, durante todos sus años de pertenencia a la banda, su labor se limitó a hacer de correo humano para entregar cartas, o a acoger a alguna persona en casa de sus padres. Sin embargo, los investigadores creen que esa tesis resulta inviable, ya que tuvo cierto peso en la organización y podía llegar a criticar a la dirección internamente.

—¿Una persona que solo hace de correo, llevaría a cabo críticas a la dirección de ETA? —ha preguntado la fiscal a un guardia civil.

—No —ha contestado el agente.

—¿Y sin haber sido parte de un comando?

—No.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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