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El Gobierno traslada este lunes los restos de Primo de Rivera después de los de Franco, Queipo, Sanjurjo y Mola

PP y Vox se alinean en la crítica a la exhumación del fundador de Falange en el Valle de Cuelgamuros

Tumba de José Antonio Primo de Rivera, en la basílica del Valle de los Caídos en 2018.Foto: INMA FLORES | Vídeo: EPV
Natalia Junquera

Los restos de José Antonio Primo de Rivera serán exhumados este lunes del Valle de Cuelgamuros, antes llamado de los Caídos, para cumplir la Ley de Memoria Democrática, que entró en vigor el pasado octubre. La norma establece que en el monumento solo podrán yacer fallecidos a consecuencia de la Guerra Civil y ningún resto mortal debe ocupar un lugar preeminente, como ocurría hasta ahora con el fundador de Falange, ubicado junto al altar mayor de la basílica, frente a la antigua tumba de Francisco Franco, que fue trasladado al cementerio de Mingorrubio (El Pardo) en 2019.

El Gobierno ofreció a la familia de Primo de Rivera, fusilado en Alicante por los republicanos en noviembre de 1936, que los restos permanecieran en el mausoleo, pero en una de las criptas donde yacen el resto de víctimas de la Guerra Civil. Los descendientes del falangista han preferido trasladar la tumba al cementerio madrileño de San Isidro, donde fueron inhumados otros familiares, como sus hermanos, Miguel, ministro en el franquismo, y Pilar, fundadora de la sección femenina de Falange. El traslado coincide con el 120º aniversario del nacimiento del hijo del dictador Primo de Rivera.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha explicado que se trata de “un paso más en la resignificación” del Valle de Cuelgamuros, el monumento que Franco ideó para inmortalizar su victoria en la Guerra Civil, y no estará presente en la exhumación. El proceso para levantar la losa de 1.500 kilos —idéntica a la del dictador— será menos complejo, entre otras cosas, porque la familia no ha batallado en la justicia, como sí hicieron los descendientes de Franco, para tratar de evitarlo. El presupuesto previsto para el traslado de los restos y la colocación de losas de mármol de repuesto en la basílica asciende a 8.630 euros. Este será el cuarto lugar de enterramiento del fundador de Falange, que ocupó dos localizaciones distintas en Alicante; fue llevado, en una impresionante procesión en 1939 al monasterio de San Lorenzo de El Escorial, tumba de Reyes, y en 1959, al Valle de Cuelgamuros.

Para evitar concentraciones falangistas, el recinto permanecerá cerrado al público, aunque los partidarios de Primo de Rivera, que hablan de “profanación”, tienen previsto concentrarse en el cementerio de San Isidro. En este camposanto fueron enterrados el pintor Francisco de Goya —que luego fue trasladado a San Antonio de la Florida—, y la duquesa de Alba de sus cuadros; el teniente general Diego de León, el expresidente Antonio Maura, el filósofo José Orgega y Gasset, el torero Frascuelo, la superviviente española del naufragio del Titanic, Josefa Pérez de Soto y el jurista Alonso Martínez. También varios dictadores, como el cubano Fulgencio Batista, el venezolano Marcos Pérez Jiménez y el filonazi croata Ante Pavelic.

En los últimos años, para evitar cualquier forma de exaltación de la Guerra Civil, la dictadura y sus responsables, han sido trasladados los restos de Franco en el Valle de Cuelgamuros (2019), los de Gonzalo Queipo de Llano de la basílica de La Macarena, en Sevilla (2023) y los generales Mola y Sanjurjo, en el monumento a los caídos de Pamplona (2016). La próxima actuación será en la cripta del Alcázar de Toledo, que alberga los restos del golpista Milans del Bosch y el general franquista José Moscardó.

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Críticas de la derecha

El PP ha acusado al Gobierno de impulsar la exhumación por interés electoral. “Franco fue exhumado en unas elecciones, José Antonio en otras y para las próximas no sé si les quedará alguna exhumación a la que proceder”, declaró el vicesecretario de acción institucional del partido, Esteban González Pons, en TVE. El traslado de los restos del dictador se retrasó por la batalla judicial de sus herederos contra la decisión, que finalmente fue avalada por los tres poderes del Estado.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha ido más allá: “Los españoles no quieren un ambiente preguerracivilista, pero desde la etapa de Zapatero se quiere cuestionar la Transición, que es lo que está en juego. Esto que llaman memoria histórica es una falta a la verdad. Todo lo que está pasando me parece innecesario y está perjudicando a muchos españoles”. En una línea similar se expresó Vox. “¿Qué hace el presidente del Gobierno cuando tiene problemas: desentierra muertos”, declaró el líder del partido ultra, Santiago Abascal. “Ya lo hizo antes de las otras elecciones. Y ahora va a sacar a otra persona que fue fusilada por el bando socialista. Queremos que se respete y se reivindique a todos los españoles que a veces equivocadamente en un bando o en otro lucharon pensando que defendían lo mejor para España”, añadió. Jorge Buxadé, vicepresidente de Acción Política de Vox, fue candidato por dos ramas de Falange en 1995 y 1996 y en 2012 calificó a José Antonio Primo de Rivera de “alma superior”.


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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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