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Feijóo exige a los barones del PP autonomía para las listas al Congreso

Varios dirigentes populares rebajan las expectativas triunfalistas de la cúpula para las elecciones locales ante el tirón de muchos alcaldes socialistas

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda; el presidente del PP; Alberto Núñez Feijóo; y la candidata del PP a la alcaldía de Pol (Lugo), Nicole Grueira (en el centro), durante el acto de presentación de los candidatos a las elecciones municipales, el sábado en Santiago de Compostela.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda; el presidente del PP; Alberto Núñez Feijóo; y la candidata del PP a la alcaldía de Pol (Lugo), Nicole Grueira (en el centro), durante el acto de presentación de los candidatos a las elecciones municipales, el sábado en Santiago de Compostela.César Arxina (Europa Press)
Javier Casqueiro

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cree que tiene una oportunidad para ganar y gobernar tras las próximas elecciones generales, y lo demás ha quedado supeditado a ese objetivo. Todo en el partido se plantea a 10 meses vista, los que faltan para esos comicios. Ni se ha entrometido en la confección de las listas para las principales alcaldías y comunidades en juego en las elecciones del 28 de mayo ni está interesado en resolver ahora los problemas orgánicos e internos en el partido ni siquiera pretende organizar una convención ideológica o programática. Su método de liderazgo se basa en dar autonomía y luego, en todo caso, exigir “responsabilidades” a los perdedores. Es lo que les ha explicado en público y en privado a sus barones territoriales, regionales y provinciales cuando les entregó toda la competencia para seleccionar los candidatos locales que competirán el 28-M. Y también les adelantó que esa “autonomía” es la que exigirá tener luego para elaborar su lista para el Congreso. Los barones consultados lo han aceptado y entendido.

Hace un año, cuando asumió el liderazgo nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo llegó a Madrid y a la sede central del partido con el encargo de pacificar a la formación, tras la traumática expulsión de Pablo Casado, y con la meta personal y política de enfrentarse para ganar a Pedro Sánchez. Lo confesó desde el primer momento. Tiene 61 años, ha ganado cuatro elecciones por mayoría absoluta en Galicia y si no lo logra no espera una segunda oportunidad. El calendario aprieta y el candidato popular ya está en campaña, y no para las elecciones de mayo. Está recorriendo España por provincias, para conocer de primera mano a los líderes locales, el estado de ánimo del partido, y regalándose algunos baños de masas. El fin de semana se confortó ante más de 4.000 militantes del PP de Galicia en un pabellón de Santiago y el domingo acudió a una comida mitin en Ibiza.

Alberto Núñez Feijóo, en un acto el sábado en Santiago de Compostela.
Alberto Núñez Feijóo, en un acto el sábado en Santiago de Compostela. óscar corral

En esos discursos aprovecha para esbozar las críticas generalizadas a todo lo que hace o deja de hacer Sánchez, y sondea así cuáles son las que cosechan la mejor acogida en los auditorios como calentamiento de la futura campaña nacional, y recuerda a todos los barones y candidatos autonómicos y municipales que su “responsabilidad es ganar”. No es un mensaje casual. El líder del PP no se ha entrometido ni ha mostrado mucho interés por colocar a personas afines en ninguna lista concreta, ni siquiera en Galicia, y ha señalado en conversaciones privadas, en algún comité ejecutivo, y hasta en varios actos públicos que los barones han disfrutado de total “autonomía” para conformar sus equipos y candidatos, para luego añadir que él requerirá la misma independencia y potestad para formar su lista al Congreso de los Diputados cuando lleguen las generales, previstas, en principio, para diciembre.

Media docena de dirigentes nacionales, regionales y provinciales del PP consultados por EL PAÍS han ratificado esa advertencia de Feijóo, han agradecido el margen de maniobra concedido para cerrar sus listas en contraposición a las injerencias e imposiciones que criticaron en privado durante la etapa de Pablo Casado y Teodoro García Egea al mando del partido y han interpretado que el presidente nacional se dispone a componer sus listas al Congreso pensando en el futuro, sobre todo si tiene la opción de poder gobernar. Los responsables populares consultados coinciden en reconocer que el actual grupo del PP en el Congreso “ni es el de Feijóo, ni el que Feijóo querría tener”, y admiten que el nuevo líder buscará otros perfiles, más de su agrado, y pensando en tener especialistas en distintas áreas, Defensa, Exteriores, Industria, que pudieran incluso llegar a ser ministros de su Gobierno”. Y ahí no se descarta la incorporación de fichajes externos, personas independientes pero reconocidas en sus materias, que ya no vendrían de partidos afines como Ciudadanos sino del sector privado.

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El mensaje de Feijóo sobre la autonomía tiene como contrapartida la exigencia de responsabilidades. Quiere ganadores. En su periplo en estas semanas por España ha conocido de primera mano a muchos candidatos ya designados por las estructuras locales y ha tocado u opinado sobre muy pocos: La Rioja, Asturias, Segovia... El funcionamiento de sus responsables del aparato nacional ha sido muy diferente a la época anterior. Tras unos meses con disfunciones y problemas de acoplamiento entre las tareas que debía ejecutar su vicesecretario de Organización, el gallego Miguel Tellado, su mano derecha para esas labores, y el coordinador general, el andaluz Elías Bendodo, teórico número tres del PP, al final han llegado a un entendimiento en sus trabajos, según corroboran diversos barones territoriales. Algunos llegaron a estar confusos y preguntaron directamente a Feijóo sobre quién debía ser su interlocutor. Feijóo lo dejó bastante claro: en caso de dudas, llamar a Tellado. Bendodo y Tellado también han terminado por coordinarse mejor.

En Asturias y La Rioja, donde el PP no gobierna, la dirección nacional ha tomado partido, ha organizado reuniones con los distintos sectores en liza y ha impuesto su criterio. La situación no es igual en las comunidades donde el PP gobierna y hay un barón en el poder. En el caso de Segovia, el PP de Castilla y León que controla Alfonso Fernández Mañueco quiso cambiar al candidato a la capital que había patrocinado en el pasado Pablo Casado, Francisco Vázquez, y designó en cambio al delegado provincial de la Junta, José Mazarías, en contra de la opinión de Tellado. Mañueco sabe que su apuesta se medirá ahora por los resultados el 28-M, como le sucederá en otras capitales de Castilla y León que se perdieron en los comicios de 2019. Lo mismo ocurrirá en otras regiones, como Andalucía o incluso Galicia.

Feijóo estuvo el sábado en Santiago en un gran acto del partido para proclamar a los candidatos a los 313 municipios de Galicia. El PP de Feijóo sufrió allí un duro varapalo en las elecciones municipales hace cuatro años: no gobierna ninguna de las siete grandes ciudades, solo una diputación, tres de los 20 municipios más importantes y 149 ayuntamientos, de los cuales, 138 con mayoría absoluta. Ese es el otro problema, como constataron Feijóo y su sucesor en la Xunta y el PP gallego el sábado. La formación no tiene muchas opciones para pactos, excepto con Vox, y solo en determinadas zonas.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el domingo en Ibiza.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el domingo en Ibiza. Sergio G. Canizares (EFE)

En toda España, el PP se quedó en 2019 con 13 capitales, las más relevantes además de Madrid, gracias al apoyo externo de Vox: Málaga y Zaragoza. La única que se da ahora por segura es otra vez Málaga. Los datos internos y las sensaciones que anidan en la cúpula del equipo de Feijóo son menos optimistas y nada triunfalistas, pese a algunos discursos en público. No está claro ni repetir el Gobierno en la capital de España. Las expectativas que fijaban el 28-M como la primera vuelta de las generales se están intentando rebajar.

En 2019, el PP de Casado perdió aquellos comicios, se quedó más de un millón de votos, 2.000 concejales y siete puntos por debajo del resultado del PSOE. Ganar en la cifra global aunque sea por la mínima, recuperar alguna comunidad de las perdidas (antes se hablaba de la valenciana y ahora se contentarían con Aragón o La Rioja) y mantener en Madrid la capital y la Comunidad se consideraría un gran éxito. En la dirección del PP hay responsables que confiesan que el PSOE tiene en algunas grandes ciudades muy buenos alcaldes, con mucho tirón de voto, conceden que los socialistas disfrutan de más posibilidades de pactos con otras fuerzas que ellos y confiesan que en demasiadas provincias sus estructuras y dirigentes han estado más preocupados y ocupados en enfrentarse entre ellos en disputas cainitas que en hacer oposición y pisar la calle en los últimos cuatro años.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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