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La Guardia Civil confirma que la acusada de decapitar a su pareja no alertó de su desaparición antes de que un primo denunciara

Un enfermero de ambulancia asegura que la sospechosa de matar a su novio en Castro Urdiales (Cantabria) se disculpó con una amiga que le reprochó el hallazgo del cráneo

Juan Navarro
La acusada de asesinar a su novio en 2019 en Castro Urdiales, este martes, en la Audiencia de Cantabria.
La acusada de asesinar a su novio en 2019 en Castro Urdiales, este martes, en la Audiencia de Cantabria.Pedro Puente Hoyos (EFE)

Las declaraciones de la primera semana del juicio sobre la muerte de un hombre en Castro Urdiales (Cantabria), cuyo cráneo apareció en la casa de una vecina, apuntan a la principal sospechosa. La versión de la pareja del fallecido, Carmen M. —que abrió las sesiones en el juzgado de primera instancia de la localidad cántabra—, ha quedado diluida por las comparecencias posteriores. Un guardia civil ha admitido este jueves ante el juez que la primera denuncia que constó sobre la desaparición de Jesús María G. en 2019 la interpuso un primo de él. La Fiscalía y la acusación particular, que le reclaman respectivamente 25 años de cárcel y prisión permanente revisable, han tratado de demostrar estos días que la mujer no mostró especial interés por la ausencia de la víctima en la primavera de 2019.

La sesión de este jueves ha servido para afianzar la tesis de las acusaciones sobre que la sospechosa, de 61 años, no se preocupó por no tener noticias de su novio, de 67, quien, según ella, creía de viaje, y que fue un primo de este quien primero acudió a la Guardia Civil. El agente ha indicado que la juzgada acudió sin problema al llamamiento de las autoridades para intentar esclarecer qué pasaba con el bilbaíno, mientras que tres vecinos citados han declarado muy brevemente que el bloque de viviendas de Castro Urdiales donde residen apenas tiene habitantes durante el invierno más allá de las estancias veraniegas. Este miércoles otros dos guardias precisaron que no percibieron ninguna preocupación de Carmen M. sobre posibles personas accediendo sin consentimiento a su vivienda, como sí recalcó en sus contestaciones a su defensa en las primeras jornadas del juicio, celebrado con jurado popular, en las que trató de desvincularse del caso.

Este viernes están citados ante el tribunal cántabro los peritos que analizaron el estado de la cabeza, cuya aparición y sus circunstancias han copado buena parte de los testimonios de esta primera semana de un juicio que se extenderá durante la siguiente. La sospechosa afirmó que ella pensaba que su pareja, con quien llevaba siete años de relación y de quien insiste en que no mantenía dependencia monetaria, se encontraba de viaje. La Fiscalía y la acusación particular destacan “móviles económicos” en el deceso del vasco afincado en este municipio. La mujer también insistió en que ella le entregó a su vecina y amiga, en cuya vivienda se halló el cráneo, un paquete con “juguetes sexuales” ante la “muchísima vergüenza” de que los investigadores dieran con esos artículos en sus pesquisas en la morada. Sus respuestas solo ante preguntas de su abogado sirvieron también para que cargara contra esta vecina, a quien reprochó que “le tiraba los tejos” e incomodaba al fallecido, además de aseverar que esta tenía acceso al ordenador en el que se registraron búsquedas como “Si mi marido desaparece, ¿cobro la pensión?” o “¿Cuánto tarda en descomponerse un cadáver?”.

Esta versión ha sido rotundamente desmentida por esta amiga, también de nombre Carmen M., que ha resuelto así su parecer sobre tales palabras: “Miente”. Según ella, no utilizaba jamás ese ordenador y se enteró junto a su hermana de la falta de José María el 1 de marzo de 2019. En abril la sospechosa le entregó un paquete con supuestos productos eróticos. Tras meses de hartazgo, el “hedor” le hizo abrirlo el 28 de septiembre pese a que la dueña de la caja le dijo “¡No se te ocurrirá!” cuando le expresó su hartazgo. Entonces dio con el cráneo envuelto en plásticos y guardado en un neceser. Las labores científicas confirmaron que pertenecía al desaparecido. Aquí cobra relevancia la intervención de un enfermero que acudió en ambulancia al domicilio tras notificárseles un ataque de ansiedad de Ana M., la hermana de la amiga de la acusada. Ana, tal y como ha descrito el sanitario, le espetó a esta “valiente amiga, en menuda situación me has metido”. “Dentro de la ambulancia hubo una situación violenta, Ana le preguntó a la acusada: ‘¿Cómo has podido hacerme esto?”, sostuvo el facultativo este miércoles, que dijo creer recordar un “lo siento” como respuesta.

Los familiares del difunto también han dejado clara su postura contra la pareja del jubilado. Su hermano, Andrés B., ha llegado a expresar que ella “se lo había cargado” y que al desaparecer el hombre no dudó en la implicación de su novia. Su primo, Alfonso R., fue quien denunció la ausencia de Jesús María y ha manifestado ante el magistrado que “esa relación iba a durar poco, era fatal y no era normal”.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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