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Sánchez se compromete a rebajar el delito de sedición si logra un apoyo mayoritario en el Congreso

El presidente reivindica la estabilidad del Gobierno tras despejarse la tramitación de sus terceros Presupuestos

Pedro Sánchez, en el centro de la imagen, junto a Mario Draghi, Olaf Scholz y Ursula von der Leyen, en la cumbre de la UE en Bruselas este viernes. Foto: PIROSCHKA VAN DE WOUW (REUTERS) | Vídeo: REUTERS
Carlos E. Cué

Pedro Sánchez estaba visiblemente satisfecho este viernes nada más concluir la cumbre europea en Bruselas. Desde España le llegaban las noticias, que ya conocía a través de sus negociadores principales, Félix Bolaños y María Jesús Montero, que indicaban que una vez más el Gobierno logrará un amplísimo apoyo cercano a 190 escaños para dar inicio al trámite parlamentario de los Presupuestos de 2023. El apoyo de varios partidos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes implica que el Congreso tumbará las enmiendas a la totalidad de PP, Vox, Ciudadanos y Junts per Catalunya, por lo que el proyecto de Presupuestos podrá seguir su tramitación.

¿Y cómo ha logrado este acuerdo el Ejecutivo? ¿Qué ha ofrecido a cambio? Sánchez no quiso dar detalles, pero sí se centró en un asunto especialmente delicado que ERC le ha reclamado repetidas veces y en el que el Gobierno está dispuesto a avanzar, aunque ha exigido separarlo públicamente de la negociación de los Presupuestos: la reforma del Código Penal para reducir las penas asociadas al delito de sedición, algo que podría facilitar el regreso de los líderes del procés fugados de España en 2017, empezando por el expresidente catalán Carles Puigdemont. Un asunto que no figura en el comunicado de ERC en el que este partido ha anunciado este mismo viernes que no presentará enmienda a la totalidad a los Presupuestos, porque así se ha negociado entre la formación independentista y el Ejecutivo.

“Son debates paralelos”, explicó Sánchez para desvincular ambas negociaciones. Y añadió: “Hablamos de la reforma del Código Penal. El año 2017 nos dejó lecciones de deberes que tenemos pendientes. Tenemos un Código Penal que en algunos delitos no es homologable a otras democracias europeas; es la enésima vez que lo repito. Y esto no puede quedarse en un ejercicio teórico: ese compromiso se tiene que fraguar. A día de hoy no parece que tengamos esos apoyos parlamentarios, pero el Gobierno mantiene su compromiso de que, si se produce esa mayoría parlamentaria para homologar a Europa el Código Penal [en la cuestión del delito de sedición], el Gobierno cumplirá uno de sus compromisos de investidura, que además es uno personal mío. Pero una cosa no tiene nada que ver con la otra”.

El mensaje es claro, y es lo que se ha hablado con ERC: el Gobierno está dispuesto a modificar el Código Penal y a hacerlo de manera paralela a la tramitación de los Presupuestos (esto es, que se pueda presentar la reforma antes de final de año), pero tiene que haber un texto consensuado que pueda tener una mayoría parlamentaria. Hasta ahora, el problema era que ERC quería la eliminación del delito de sedición, y lo que plantea el Ejecutivo es reducir la pena, pero en ningún caso eliminarlo. Si ERC acepta esa fórmula, hay espacio para el acuerdo. La rebaja de las penas asociadas al delito de sedición podría ser muy relevante para el futuro de algunos políticos independentistas prófugos, como Puigdemont o la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que para empezar, si vuelven a España, podrían eludir en ese caso (si la pena se rebaja sustancialmente) la prisión provisional a la espera de juicio.

Sánchez aprovechó que estaba en Bruselas, un lugar muy atento al hundimiento de la política británica que se está viviendo en directo con la tercera dimisión en tres años de un primer ministro del Reino Unido después del Brexit, para reivindicar la estabilidad de la política española. Rodeado en la capital comunitaria de primeros ministros con graves dificultades —este viernes se despedía del italiano Mario Draghi, que deja paso a Giorgia Meloni; el francés Emmanuel Macron tiene que aprobar sus Presupuestos por decreto; el alemán Olaf Scholz sufre un enorme desgaste y los socialdemócratas suecos acaban de perder el Gobierno—, el líder socialista español presume de que, pese a su teórica debilidad parlamentaria, está logrando una estabilidad clave en un momento de gran incertidumbre por la guerra en Ucrania.

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“Estamos viendo la situación en el Reino Unido”, comenzó diciendo el presidente, “y precisamente por eso yo reivindico el valor de la estabilidad política en un momento de extraordinaria incertidumbre”. “El Gobierno, con toda la complejidad que tiene la situación, está otorgando estabilidad política. Además, estamos planteando propuestas, reformas para una reindustrialización, para la protección a la clase media y el reparto justo de la carga de la crisis. Por eso quiero agradecer a todas las fuerzas políticas que no han presentado enmiendas a la totalidad y que permitan que entren los Presupuestos en el Congreso”. Sánchez remarcó que “desde 2015 no se aprobaban tres Presupuestos en tiempo en forma” (aunque el de 2023 aún tiene que pasar el trámite parlamentario). “Esto demuestra que este Gobierno, al que se le ha tachado de muchas cosas, hace sus deberes y tiende la mano a las fuerzas parlamentarias para buscar acuerdos”, insistió. En la Moncloa tienen muy claro que esta situación demuestra que el Ejecutivo está en condiciones de acabar la legislatura con una cómoda mayoría parlamentaria. Porque nadie —salvo el bloque de derechas, al que se suma en este caso Junts— tiene ningún interés en forzar una caída del Gobierno que podría facilitar la llegada a la Moncloa de una hipotética coalición PP-Vox.

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