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Vox y el PNV advierten a Feijóo de que no podrá contar con su apoyo a la vez en una eventual investidura

Los populares tampoco tienen ordenada su relación con algunos partidos regionalistas, como UPN, con quienes han dinamitado la coalición Navarra Suma

Elsa García de Blas
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (derecha-arriba), y el líder de Vox, Santiago Abascal (centro de la imagen), durante el debate sobre el estado de la nación en julio.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (derecha-arriba), y el líder de Vox, Santiago Abascal (centro de la imagen), durante el debate sobre el estado de la nación en julio.Mariscal (EFE)

La cita con Santiago Abascal fue curiosamente la menos cálida en las formas. Alberto Núñez Feijóo invitó solo a un café al líder de Vox en una fría sala de reuniones de un hotel de la capital, mientras que en otras de las reuniones discretas que ha organizado con líderes políticos se ha prodigado en más atenciones. Con Javier Esparza, presidente de UPN, se fue a comer con sobremesa en un restaurante gallego de Madrid, y hasta con Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y referente de Unidas Podemos, a pesar de que está en sus antípodas ideológicas, cenó y se dejó ver junto a ella saliendo del restaurante.

Pero las atenciones desplegadas por el líder del PP con sus interlocutores no son indicativas de su interés político, porque Feijóo necesita mucho más a Abascal que a Díaz, tanto que sus posibilidades de llegar a La Moncloa pueden terminar en manos del líder de la extrema derecha. Feijóo quisiera evitarlo y sumar solo con el PNV y algunos partidos regionalistas, según explican en Génova, pero ninguna encuesta dice hoy por hoy que ese escenario sea posible y en caso de necesitar el apoyo de más fuerzas la operación se complica enormemente. El problema es que Vox y el PNV han advertido de que su respaldo a la vez es incompatible.

A Feijóo solo le encajaría el rompecabezas sin alumbrar un Gobierno del PP con la extrema derecha si su partido lograra por sí solo una mayoría muy amplia de escaños, cerca de los 170 diputados (la mayoría absoluta está en 176), como saben en Génova. “No nos sirve con un aprobado, tenemos que ir a sacar un 8″, reconocen fuentes de la cúpula. Mientras tanto, el líder popular se está moviendo para tender puentes, por si acaso tuviera que cruzarlos.

Pensando en una futura investidura, en caso de estar en condiciones de presentarse, Feijóo ha empezado una gira de reuniones con los líderes de todos los partidos del arco parlamentario, salvo Bildu. Ya se ha visto con los jefes de filas de Vox, UPN, Coalición Canarias y con Yolanda Díaz, aunque el caso de la vicepresidenta es diferente porque obedece más a su relación personal, ya que ella no es la líder de Unidas Podemos, aunque sí su candidata oficiosa. Díaz y Feijóo se conocen desde su etapa de rivales en la política gallega y mantienen una relación más o menos fluida. Las citas, en todo caso, pretendían ser discretas, pero han salido a la luz por una filtración por el lado de Vox, y eso ha desbaratado los planes.

El PP quería dar prioridad al PNV, con quien tiene que recomponer una relación rota por el apoyo de la formación vasca a la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy en 2018, pero en Sabin Exea han dado largas y ahora la publicidad del encuentro con Abascal no ayuda. “La cita con Andoni Ortuzar está prevista para octubre, pero no tiene fecha”, avisan desde la dirección peneuvista, donde se percibe incomodidad porque el encuentro con el presidente del partido se celebre próximo a la cita de Feijóo con el líder de la extrema derecha. El PNV y Vox son como el agua y el aceite, advierten en uno y otro lado, y eso es un potencial problema para los populares para armar el puzle de una hipotética investidura de Feijóo.

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Abascal avisó a Feijóo en su café que Vox no entrará en “ninguna ensalada” con el PNV, y en Sabin Exea alertan de lo mismo. “Hay un cero absoluto de posibilidades de que nosotros entremos en una operación con cualquiera que vaya de la mano de Vox”, subrayan fuentes del partido.

Feijóo tiene además que reconstruir todavía una relación rota del PP con el PNV desde hace cuatro años. “Fue el PP el que unilateralmente rompió relaciones por lo que entendió como una traición en la moción de censura. Nos parece positivo que Feijóo pretenda recomponerlas, Pablo Casado no lo intentó, pero que quede claro que votaríamos una y mil veces lo mismo en la moción de censura. En cada elección que se ha celebrado desde entonces hemos ido creciendo”, inciden en Sabin Exea.

El líder del PP suele hacer gala de su buena relación con el lehendakari Iñigo Urkullu, aunque en el PNV rebajan esa sintonía y recuerdan que ni siquiera han hablado desde que Feijóo llegó a la presidencia del PP, hace ya seis meses. Los peneuvistas subrayan además que no pretenden entrar en “ninguna operación con el PP” para desbancar a Pedro Sánchez antes de tiempo. “Tenemos un acuerdo de investidura con Sánchez. Está pagando a plazos, tarde y mal, pero no hay alternativa a este Gobierno y queremos que esta legislatura se cumpla”, zanjan en la formación vasca, que gobierna con apoyo del PSE en las principales instituciones de Euskadi.

El PP tiene también complicaciones en la relación con otros partidos cuyo apoyo podría necesitar. Es el caso de la formación de centro-derecha de Navarra UPN, que todavía tiene que negociar con los populares si concurren o no juntos a las urnas. Su presidente, Javier Esparza, se queja de que “el PP ha finiquitado de forma unilateral Navarra Suma [la coalición de UPN, PP y Ciudadanos para las elecciones de 2019], porque ha dicho que quiere concurrir a las elecciones con sus siglas”. “Quedé con Feijóo en hablarlo después del verano, y me he enterado por el periódico. Cuando llegue el momento, UPN expresará su posición. También habrá que hablar con Ciudadanos. Todos los escenarios están abiertos”, señala Esparza, y eso implica tanto que UPN concurra en solitario como que lo haga con el PP.

Aunque los navarros dicen estar cómodos en un acuerdo como el que han firmado en el pasado, que implica que UPN vote al candidato del PP que se presente a una investidura, la clave está en si tienen o no manos libres en caso de que se pudiera presentar también uno del PSOE. Los regionalistas tienen muy presente que si concurren solos en las autonómicas podrían sumar con los socialistas. El posible apoyo del PSOE para gobernar en Navarra es una baza tentadora.

Si la cuadratura del círculo no le sale, Feijóo quizá tenga que invitar a cenar a Abascal.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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