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El PP de Feijóo suma cuatro décimas a su ventaja sobre el PSOE

Los populares crecen medio punto respecto al sondeo de julio, mientras que los socialistas y Unidas Podemos suben muy ligeramente. La ultraderecha sigue en caída libre. Los datos de la encuesta, en abierto en EL PAÍS

Estimación de voto y escaños

350 escaños atribuidos

* Otros incluye ERC (13), JxC (10), PNV (6), Bildu (5), NA+ (2), BNG (2), Coalición Canaria (2), CUP (1), PRC (1), Teruel Existe (1).

Jorge A. Rodríguez

Alberto Núñez Feijóo puede presumir de que empieza el nuevo curso político y encara el inminente ciclo electoral como cerró los anteriores: en cabeza de las encuestas. El barómetro de septiembre de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER sitúa a los populares como ganadores de unas eventuales elecciones generales con el 27,9% de los sufragios y con 1,5 puntos de ventaja sobre el PSOE, un dibujo similar al del sondeo de julio, cuando el PP tomó la delantera por primera vez desde los comicios de 2019. El llamado efecto Feijóo parece afianzarse (crece medio punto respecto a julio, cuando obtuvo el 27,4%) mientras los socialistas conservan su expectativa de voto prácticamente intacta (pasan del 26,3% al 26,4%), al igual que Unidas Podemos (del 11,7% al 11,9%). Vox encadena su quinta bajada (del 15,9% al 15%) y ya tendría menos votos que los que logró en 2019, lo que aleja al bloque de la derecha de la mayoría absoluta.

La encuesta dibuja un panorama en el que, si las elecciones se celebrasen hoy, sería más difícil formar mayorías parlamentarias que antes del verano. Los socialistas siguen teniendo un problema: una parte sustancial de su electorado está desmovilizada. Todos los datos internos de la encuesta pueden consultarse en las webs de EL PAÍS y la Cadena SER.

En plena crisis energética y con la inflación desbocada por la guerra de Ucrania, el PP sigue la escalada en intención de voto que comenzó en marzo, tras el relevo de Pablo Casado por Alberto Núñez Feijóo, pero el ritmo ha caído. Tras un final de primavera marcado por la victoria del PP en las elecciones andaluzas, con una holgada mayoría absoluta para Juan Manuel Moreno, el nuevo curso llega condicionado por el recuerdo de un verano extremo de calor y sequía y las perspectivas de un otoño y un invierno duros, con una elevada inflación, posible escasez de suministros energéticos y la persistencia de la guerra. Estos serán, de hecho, los asuntos clave del enfrentamiento que el martes tendrán en el Senado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, primer elemento de galvanización del curso político.

Estos asuntos también parecen haber influido en el ritmo de ascenso que, hasta ahora, había conseguido mantener el presidente del PP. Si en los primeros meses la subida era de hasta uno o dos puntos mensuales, entre julio y septiembre el PP tan solo ha crecido un 0,5%. Con ello, los populares obtendrían 3 escaños más, hasta los 121, insuficientes para gobernar sin pactos.

El efecto Feijóo ha causado daños colaterales a los partidos de la derecha. Cada ascenso del PP hunde a sus potenciales socios. Las peores noticias son para Ciudadanos, que tendrá que luchar por mantener un diputado, pero también para Vox, que encadena su quinta bajada y ahora sacaría menos votos que los obtenidos en 2019, lo que aleja al bloque de la derecha de la mayoría absoluta. Así, Vox va hacia abajo en paralelo a la ascensión de Feijóo: ha caído al 15% del voto y perdería cinco escaños respecto a los anteriores comicios (el barómetro de julio le restó uno y este de septiembre, otros cuatro), para colocarse en 47.

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El PP y Vox, por tanto, sumarían 168 (uno menos que en julio), lo que se elevaría a 171 en el caso de que los de Inés Arrimadas conservaran un sillón y añadiendo a Navarra Suma. En el mejor de los casos, las formaciones de Feijóo (la encuesta ofrece una horquilla de 117 a 123 escaños) y Abascal (de 44 a 51) podrían alcanzar 174 parlamentarios, lo que los aleja de “su escenario ideal” del mes de julio, con una suma de 181 potenciales diputados, que sí les concedía la posibilidad de superar con cierto margen los 176 sillones de la mayoría absoluta.

El bloque de la izquierda se mantiene estable, con la expectativa del voto al PSOE prácticamente intacta y con los apoyos a Unidas Podemos y Más País casi congelados. Los socialistas se recuperan ligerísimamente, pero siguen muy lejos de los 120 diputados que lograron en 2019. Los de Pedro Sánchez son los ganadores frente a los de Núñez Feijóo en cuanto a intención declarada de voto directo (20,5% frente a un 18,2%), así como en simpatía (23,1% contra un 17,1%), pero su curva de apoyo está plana desde junio, sin que las medidas adoptadas este verano hayan servido para crecer más del 0,1%.

En esta parte del espectro político, Unidas Podemos se quedaría con 31 sillones, pero en el mejor de los casos de la horquilla, repetiría los resultados del barómetro de julio, mientras el partido de Íñigo Errejón, cuya representación parlamentaria está desequilibrada respecto al voto, mantiene tres puestos.

Lo que sí ha conseguido el PSOE es mejorar su capacidad de retener el voto, pero se enfrenta a problemas de fondo: sufre importantes fugas hacia el PP (5,8%), tiene serias dificultades para capitalizar el voto centrista y no ha logrado revertir la desmovilización de su electorado, que fue palmaria en las elecciones andaluzas del 19 de junio, según muestra la encuesta. El PSOE, por otro lado, mantiene su tradicional transversalidad territorial.

El 13,6% de los antiguos votantes socialistas no saben o no declaran que harán con su papeleta en las próximas elecciones generales, lo que contrasta con la fidelidad y la movilización que ahora muestran quienes apoyan a Núñez Feijóo. El PP retiene al 76,5% de sus votantes, una capacidad en la que solo lo supera Vox (85,4%), pero, sobre todo, se lleva una de cada tres antiguas papeletas de Ciudadanos.

La situación del partido de Inés Arrimadas adquiere tintes dramáticos, con una tasa de fidelidad casi nula entre su electorado: la opción de voto más repetida entre quienes votaron al partido de Arrimadas en 2019 no es el propio Ciudadanos (27,0%), sino el PP (32,6%).

Además, los populares consiguen hacerse con un 32,6% de los antiguos votantes de Ciudadanos y el 8% de los de Vox, así como del citado 5,8% del electorado socialista. Esto obedece, entre otros motivos, a que el PP es ahora mismo el partido hegemónico en la derecha y resulta más popular para los electores de centro y derecha. La extrema derecha la domina sin problemas Santiago Abascal, pero su margen se va reduciendo por la izquierda.

Por el contrario, siguen especialmente movilizados para volver a apoyar a su partido los votantes de Unidas Podemos (el 73,4% declara que votarán seguro), Más País (73,1%) y Vox (72,0%), que pierde la primera posición que ostentaba en julio. Más desmovilizados se encuentran los antiguos votantes del PSOE (65,8%) y Ciudadanos (57,3%).


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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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