Inquietud entre los empresarios españoles ante la incierta normalización comercial con Argelia

Dos días después del comunicado del Gobierno argelino en el que desautorizaba a su patronal bancaria por haber desbloqueado las transacciones financieras con España, la incertidumbre se ha instalado entre las empresas e instituciones españolas con intereses en el país magrebí. En algunos casos, los contenedores provenientes de España que llevaban semanas varados en los puertos de Argelia han podido superar todos los trámites aduaneros, mientras que para otras compañías nada se ha movido en los últimos días. Las autoridades argelinas no han proporcionado ninguna aclaración pública, por lo que los medios de comunicación argelinos también reflejaban su confusión respecto al estado actual y futuro de las relaciones comerciales con España.

“La información que nos han transmitido las empresas implicadas en el comercio hispano-argelino es que, hasta el momento, las dificultades se mantienen. Esperamos que esto se pueda solucionar lo más pronto posible, pero no sabemos cuándo será”, explicaba Hana Bouarab, responsable del servicio comercial del Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español. Fuentes diplomáticas españolas describen un panorama parecido, y utilizan palabras como “incertidumbre” y “cautela” para describir el clima entre los actores económicos de ambos países en las últimas horas.

El pasado jueves, la Asociación de Bancos y Establecimientos Financieros de Argelia (ABEF) envió una circular a sus miembros en la que ordenaba poner fin a la congelación de las domiciliaciones bancarias entre ambos países que entró en vigor el pasado 8 de junio y que había logrado estrangular el comercio bilateral. Además, las empresas españolas vieron cómo sus mercancías no recibían el visto bueno de los inspectores de aduanas para salir de los puertos argelinos. Sin embargo, dos días después, el sábado por la tarde, un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino negaba ninguna marcha atrás en las relaciones con España, y afirmaba que la ABEF no podía tomar decisiones “soberanas” que corresponden al Consejo de Ministros.

El diario electrónico argelino TSA, entre los más leídos, no sabía cómo se debía interpretar la última comunicación de la cancillería argelina. “¿No hay marcha atrás del Estado porque la congelación del comercio está en vigor o porque nunca lo hubo?”, se preguntaba el rotativo, que acababa por concluir que “todas las lecturas son posibles”.

El desconcierto y la prudencia predominan también entre el empresariado español con negocios en el país africano. “Estamos contrastando todas las noticias que nos van llegando a la espera de ver si se admite alguna actividad comercial”, sostiene Manuel Breva, secretario general de Anffecc, patronal de los fabricantes de esmaltes. “Genera mucha incertidumbre que, de un día para el otro, el Gobierno contradiga la información previa. Hay que ser cautelosos”, admite preocupado. Argelia es el segundo país de destino de sus productos, solo por detrás de Italia. Calculan que estos dos meses de parón han provocado pérdidas de entre 25 y 30 millones de euros.

La sensación se extiende a otros sectores ante la información que les transmiten los diplomáticos españoles de que “las vías de comunicación con Argelia están rotas”. Job Pero, secretario general de PMS International, exportadora de químicos, no se muestra del todo sorprendido, pero sí “descolocado”. “Nos hemos puesto a trabajar y los bancos argelinos nos dicen que la instrucción que tienen es de desbloquearlo todo. En principio podemos domiciliar productos de origen español”, relata. La principal razón que esgrimen las entidades es que no les ha llegado un comunicado oficial del Gobierno argelino, todo fluye a través de la prensa. Del mismo modo que el Ejecutivo se desvinculó del bloqueo de la patronal el pasado junio, se está desmarcando ahora del levantamiento del mismo.

En su empresa han podido desbloquear dos de los contenedores que tenían paralizados en el puerto argelino, en teoría, por cuestiones ajenas al bloqueo, pues formaban parte de una expedición anterior al 9 de junio, cuando todo quedó en pausa. “Entendemos que había una intención de no liberar la mercancía porque estaban enfadados con España, pero hemos ido desmontando todas las razones que nos daban”, cuenta Pero. El responsable de otra empresa de construcción que prefiere guardar el anonimato, también ha visto solucionados los problemas de sus mercancías en las aduanas, así como de transacciones financieras, ambas efectuadas antes del 9 de junio.

La actitud de los bancos no garantiza que las aduanas vayan a actuar de la misma forma, y todo ello contribuye a alimentar las dudas. En la empresa de Pero todavía tienen otra expedición inmovilizada. “Hay que ver cómo actúan las personas en concreto que reciban los dosieres. Es todo muy ambiguo”, reconoce.

De momento, van a seguir comerciando a través de empresas amigas en Italia y Portugal para hacer llegar el producto de terceros países. Ya han comenzado los trámites para realizar un par de operaciones con productos españoles, pero esperarán a comprobar si pueden embarcarla la semana que viene. “Preferimos mantener la prudencia. Ahora lo único seguro es que la ABEF ha desbloqueado y eso nos permitirá operar, pero puede volver a ocurrir algo parecido y que vuelva a girarse la tortilla. Es un país en el que tienes que lidiar con una incertidumbre muy alta”, sentencia.

Las exportaciones españolas al país sumaron en 2019 ―último año de referencia por no verse afectado por la pandemia del coronavirus― casi 3.000 millones de euros, un 1% del total. Entre los sectores más expuestos se encuentran el de las semimanufacturas (más de 1.100 millones de euros) y el de la metalurgia y la automoción (605 millones y 460 millones, respectivamente), según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio.