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Sánchez relanza el PSOE con una nueva cúpula de pesos pesados de todos los sectores

El presidente elige vicesecretaria general a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; portavoz parlamentario a Patxi López, y a la titular de Educación, Pilar Alegría, altavoz de la ejecutiva

Pilar Alegría, María Jesús Montero y Patxi López.
Pilar Alegría, María Jesús Montero y Patxi López.Claudio Alvarez
Javier Casqueiro

Pedro Sánchez no se resigna y quiere “ir a por todas” con este nuevo PSOE que pretende relanzar para la carrera electoral, integrado por pesos pesados de marcado perfil político pertenecientes a distintos sectores del partido, según indicaron el jueves fuentes de su entorno. Tras el varapalo de las elecciones andaluzas, el presidente del Gobierno ha decidido “pisar el acelerador y plantar batalla” con un equipo renovado ante un complicado escenario que se puede volver aún más incierto a partir de otoño con el empeoramiento de la situación económica.

En apenas un mes, Sánchez ha impulsado un nuevo decreto con numerosas ayudas sociales para combatir la inflación, ha organizado con éxito la cumbre de la OTAN en Madrid, ha dado un giro a la izquierda en el debate sobre el estado de la nación y, ahora, impulsa una revolución en la dirección del PSOE para tensionar al partido de cara al próximo ciclo electoral.

Para el momento decisivo de la legislatura, Sánchez ha vuelto a reunir a su alrededor, en la cúpula del partido y sin tener en cuenta antiguas rivalidades o traiciones, a los pesos pesados más contrastados para la contienda. El presidente ha rescatado al exlehendakari Patxi López como portavoz en el Congreso; a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como vicesecretaria general del PSOE, y a la titular de Educación, Pilar Alegría, como altavoz de su ejecutiva. Además, Sánchez se arropará de un núcleo duro para las grandes decisiones integrado por nueve personas de su confianza en el Gobierno, el Congreso, y Ferraz.

“La verdad es que todo esto tenía que haberse atrevido a hacerlo hace un año, se ha regalado todo un curso político, porque aquella crisis es evidente que no salió bien”, asegura a EL PAÍS una de las dirigentes que mejor conoce el funcionamiento de la estructura del PSOE. Entonces, cuando prescindió de golpe de Iván Redondo, Carmen Calvo y José Luis Ábalos, que eran sus distintos tipos de cortafuegos, también se interpretó que recurría al PSOE para contrarrestar el desgaste que le había provocado la gestión de la terrible pandemia de la covid.

Las incorporaciones que hizo entonces al Gobierno, sobre todo de políticas del ámbito local y con proyección de futuro, no fueron suficientes para reactivar al partido. La crisis de la inflación por la guerra en Ucrania ha vuelto a trastocar sus planes. El PP renovó su liderazgo con la llegada del experimentado Alberto Núñez Feijóo, y ahora está por primera vez en esta legislatura hasta dos puntos por encima del PSOE en las encuestas del CIS.

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El presidente Sánchez, que ha demostrado que se casa con muy pocos, no ha querido esperar más y ha reaccionado otra vez con un cambio notable para relanzar al partido. Lo que cree que es bueno y le puede ayudar, lo recupera. Ya lo hizo hace un año al fichar como jefe de su Gabinete a Óscar López, que había formado parte con él del equipo de José Blanco en la dirección del PSOE y luego fue portavoz de la candidatura de Patxi López, enfrentada a la de Sánchez, en las primarias de 2017. Luego añadió a ese banquillo como adjunto en su gabinete a Antonio Hernando, que le dejó en la estacada cuando una mayoría de diputados socialistas facilitó la investidura de Mariano Rajoy con su abstención frente al “no es no” de Sánchez. Hace 12 meses ya incorporó a Pilar Alegría, que había sido portavoz de Susana Díaz en aquellas primarias, como ministra de Educación, y ahora le ha encomendado además la compleja tarea de ejercer esa función para la ejecutiva de un partido que está en el Gobierno, una labor siempre difícil.

Para esta nueva etapa, además, Sánchez quiere amarrar y jugar con “lo más seguro, sólido y solvente”, coinciden en destacar diferentes dirigentes socialistas consultados. Esa es la explicación que se aporta en su entorno a los nombramientos adelantados por EL PAÍS de Patxi López como nuevo portavoz en el Congreso, en sustitución de Héctor Gómez, al que había nominado hace solo 10 meses; y de María Jesús Montero, ministra de Hacienda, como nueva vicesecretaria general y número dos del PSOE. Sustituirá a Adriana Lastra, que el lunes presentó su renuncia por razones personales al estar en mitad de un embarazo de riesgo. Esa salida de Lastra, que mantenía algunos enfrentamientos de poder en la estructura del PSOE con el secretario de Organización, Santos Cerdán, fue una espoleta para Sánchez y facilitó la reactivación de sus planes.

Patxi López (62 años) y María Jesús Montero (56) poseen bastante carrera política a sus espaldas, son lo que en las cercanías de Sánchez se retrata como “voces más potentes, con raza política, con autoridad, profundidad y legitimidad, con prestigio y respeto dentro y fuera del partido, puro PSOE y que serán escuchadas”, como sostiene uno de los pocos dirigentes que ha estado en el entramado de esta profunda reestructuración.

El presidente propondrá este sábado al Comité Federal del PSOE la ratificación de sus “propuestas”, un “tratamiento de choque para el partido y para el grupo parlamentario” con el objetivo de “apretar fuerte el acelerador” en la fase final de la legislatura y en vísperas de un importante año electoral, 2023, con citas tanto para las autonómicas y municipales como para las generales.

Otra de las novedades de esta amplia remodelación en la cúpula del partido es la creación en paralelo, pero fuera de la ejecutiva del PSOE, de un núcleo duro interno y potente de decisión, que estará presidido por Sánchez y en el que se integrarán otros nueve componentes. Además de Montero, Alegría y López, estarán la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez; la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados; el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán; el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta; y Óscar López, su jefe de Gabinete en La Moncloa. Iceta asumirá en la dirección del partido la secretaría de Memoria Democrática que abandona Patxi López. La ejecutiva actual la componen 42 personas.

La remodelación se completará ratificando a Santos Cerdán como secretario de Organización de la ejecutiva socialista, porque el presidente entiende que esa labor es “estructural”, aunque se crea un puesto de secretario de Organización adjunto para arroparle, que ocupará el diputado por Jaén Juan Francisco Serrano, actual secretario en la ejecutiva del Pacto de Toledo e Inclusión Social. Esa vacante que dejará Serrano la llenará ahora Iván Fernández, alcalde de Corvera (Asturias), que a su vez cumple la cuota asturiana en ese órgano de dirección, que dejó vacante Lastra. A Lastra, por su parte, Sánchez la introduce como miembro del comité federal.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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