Feijóo traza el rumbo al PP e insta a seguir una política “de centralidad y moderación”

Al ritmo de Glory Days (”días de gloria”), de Bruce Springsteen, han entrado, triunfales, Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno en la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP, avanzando por un paseíllo de aplausos y palmaditas en la espalda de los principales dirigentes populares. Todos con sonrisas de oreja a oreja. El PP no cabe en sí de gozo. La mayoría absoluta en las elecciones de Andalucía del domingo ha inyectado un chute de optimismo a los conservadores, que venían de una profunda crisis y de defenestrar a su líder hace solo tres meses, y que ahora se ven surfeando una ola que creen que va a llevarles pronto a La Moncloa. En la reunión del máximo órgano entre congresos, el líder del PP ha colmado de elogios al presidente andaluz y se ha felicitado por el buen rumbo del partido, pero también ha trazado el camino a seguir a los suyos. Ese camino es el que ha seguido Moreno en Andalucía, donde se ha producido “el triunfo de la moderación”, según Feijóo. El PP, ha instado el presidente popular a sus dirigentes, debe ofrecer “una alternativa de mayorías, centrada y preparada para dar a España el Gobierno que necesita”. Es decir, debe continuar por la vía andaluza, versus la madrileña. O lo que es lo mismo, el eterno viaje al centro del PP.

Feijóo ha rechazado caer en “triunfalismos”, aunque cree que el PP va bien enfocado. “Estamos en el buen camino”, les ha dicho a los suyos. A partir de ahí, su análisis es que Moreno ha ganado en Andalucía con una política basada en “dialogar y pactar; en no enfrentar y dividir. La política de los consensos, la que no insulta”. En opinión del líder del PP, el horizonte político está cambiando, y ahora la mayoría de los ciudadanos reclama ese tipo de política moderada, frente a la política “que va de sobresalto en sobresalto”.

Por eso, cree Feijóo que “la política española necesita volver a la centralidad, a la unión de proyectos amplios”. Es decir, el líder emplaza al PP a seguir la estrategia de la moderación frente a la de la batalla cultural y confrontación ideológica que representa Isabel Díaz Ayuso. Todos los mensajes del jefe de los conservadores han ido en la misma línea. “La política española necesita mayor centralidad y credibilidad”, ha insistido una y otra vez Feijóo en su discurso.

La presidenta madrileña, que lo escuchaba sentada en segunda fila, ha rechazado a su llegada que su modelo quede orillado en el PP. Ayuso defiende que son estrategias “complementarias”, y que las dos almas del partido son un invento de la izquierda. “Durante toda la campaña, el presidente Moreno y yo hemos defendido el mismo modelo económico. No hemos tenido un solo enfrentamiento, al contrario, somos compañeros con modelos complementarios. Desde el domingo por la noche he visto cómo la izquierda está moviendo en todos los medios de comunicación el argumentario de un supuesto enfrentamiento como si tuviéramos un problema nosotros. La izquierda se ha llevado el mayor leñazo de su historia (...). El problema no lo tiene el PP, todo lo contrario”. No obstante, son el PP andaluz y el propio Moreno los que han resaltado desde la noche electoral que el resultado del domingo demuestra que su estrategia es la adecuada. “El camino por el centro es el camino de referencia. Es la única estrategia que está frenando a Vox”, dijo el presidente andaluz el día después de su triunfo en las urnas.

En la Junta Directiva Nacional la estrella no ha sido Feijóo, sino Moreno. Hasta el punto de que se ha formado una fila de dirigentes para hacerse una foto con él. El presidente de Andalucía ha devuelto al PP la confianza en que puede volver a ser el partido de grandes mayorías que fue, y es tratado en el partido casi como un héroe. “Oye, que estoy pasando ya vergüenza...” ha dicho el andaluz antes de tomar la palabra en la junta después del largo aplauso en pie que le han dedicado sus colegas. Moreno ha puesto enseguida su victoria al servicio del cambio político en España y de su amigo y aliado Feijóo. “Este es un éxito tuyo”, le ha dicho al líder popular. “Creo que vamos en el buen camino. Vamos bien. Pero no nos confiemos. Habrá obstáculos, pero Alberto cuenta con el mejor proyecto, equipo y los mejores compañeros de viaje, que son los del PP”.

Los populares están exultantes y ven en Andalucía el inicio del fin de Pedro Sánchez. Feijóo ha destacado en sus palabras dos lecturas que ha escuchado de dirigentes del PSOE tras los resultados de las elecciones andaluzas. Una, que Moreno ha gestionado los fondos enviados sobre todo por el Gobierno central. Y otra, que la derrota no tiene nada que ver con Sánchez, porque se ha votado a quien gobierna. En su opinión, esas lecturas pueden significar que “están más preocupados por la propaganda” o bien, “que han perdido el contacto con la realidad”. Feijóo ha pedido al Gobierno no caer en complacencias y “reaccionar”. “España no está para triunfalismos ni complacencias. Vivimos una crisis muy profunda. Lo saben bien todos los ciudadanos. El Gobierno debe reaccionar y ofrecer soluciones a los problemas de las familias españolas”.

Nadie quería aguar el día de fiesta en el PP y ninguno de los más de 300 dirigentes de la junta directiva ha pedido la palabra después de los dos protagonistas. Solo la secretaria general ha intervenido brevemente para reforzar los mismos mensajes. Después, otra tanda de aplausos y selfies con el presidente de Andalucía. El líder ha invitado a comer en Génova a todos los barones con su núcleo duro. El PP paladea los días de gloria tras una victoria, la del domingo, que hacía mucho que no se celebraba con tanto entusiasmo entre las paredes de la sede popular.

El líder da libertad a los barones para hacer las listas

En la reunión a puerta cerrada, Feijóo ha transmitido a los barones que tendrán libertad para hacer sus listas a las elecciones autonómicas y municipales, y también para hacer sus campañas electorales. A cambio, serán responsables de los resultados, les ha avisado, según fuentes presentes en el encuentro. Es decir, el líder instaura una política de manos libres a los líderes territoriales para elegir a los candidatos y las estrategias electorales, pero luego les exigirá cuentas. Es, en realidad, el modelo clásico en el PP, que había desaparecido en la última etapa de Pablo Casado y Teodoro García Egea, que intervinieron en los procesos de selección de candidatos por todo el país.

La apuesta de Feijóo es coherente con su modelo de partido más federal o autonomista. El líder el PP viene de haber sido un barón autonómico los últimos 13 años y cree que son los dirigentes más pegados al territorio los que mejor lo conocen. Pero además, el jefe de los conservadores acaba de utilizar esa táctica en Andalucía con Juan Manuel Moreno Bonilla y ha salido bien. Así que el modelo andaluz es el que se replicará ahora en todas las autonomías. Lo que funciona, no lo toques.