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Interior desplegará 10.000 policías para blindar la cumbre de la OTAN

El Gobierno mantiene el nivel de alerta antiterrorista en 4, “riesgo alto”, de un total de cinco

Óscar López-Fonseca
Members of the National Police
Agentes de la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional, el pasado 15 de febrero, durante una actuación en Madrid.Alberto Ortega (Europa Press)

Madrid será una ciudad blindada entre el 28 y el 30 de junio. Durante esos días, el Ministerio del Interior desplegará en la capital 6.550 policías nacionales y 2.400 guardias civiles para garantizar, con la colaboración de 1.200 agentes de la Policía Municipal, la seguridad de los más de 40 jefes de Estado y Gobierno que asistirán a la cumbre de la OTAN en un momento de máxima tensión internacional por la invasión de Ucrania. A ellos se sumarán los equipos de seguridad y escolta de las delegaciones, así como efectivos del Ejército del Aire, que controlarán el espacio aéreo de la capital.

Según fuentes policiales, la Operación Eirene —nombre de la diosa griega de la paz— superará con creces el dispositivo de seguridad de la anterior ocasión en que Madrid acogió una cumbre de la Alianza Atlántica, en julio de 1997. También será mayor que los desplegados en la boda de los Reyes en mayo de 2004, en la proclamación de Felipe VI como Rey en junio de 2014; o los actos por la presidencia española de la UE en 2002. En ello ha influido la confluencia de una triple amenaza: el terrorismo yihadista, los grupos antisistemas violentos y el riesgo de un cibersabotaje por parte de Rusia.

Fuentes de Interior explican que, hasta el momento, no se han detectado signos de “especial” preocupación en ninguna de estas amenazas. De hecho, se mantendrá el nivel de alerta antiterrorista en 4 (riesgo alto, en una escala de cinco), vigente desde junio de 2015. El Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO, dependiente de Interior) elabora periódicamente análisis para detectar cualquier cambio en estas amenazas.

La Operación Eirene se comenzó a diseñar en octubre, solo unos meses después de que la OTAN decidiera celebrar la cumbre en Madrid. El 12 de mayo, el dispositivo entró en una segunda fase, denominada “preventiva” y que durará hasta el próximo 23 de junio, detallan fuentes de Interior. En ella, se iniciarán los trabajos para blindar los pabellones 12 y 14 de la Institución Ferial de Madrid (Ifema, el centro de convenciones de la capital), en los que se celebrarán las principales reuniones de trabajo y encuentros. El 24 de junio, se iniciará la fase de alerta, durante la que solo podrá acceder a este recinto el personal autorizado. Finalmente, el 27 de junio, un día antes del inicio formal de la cumbre, se activará la “fase crítica”, que durará hasta que todas las delegaciones hayan abandonado España el día 30.

Múltiples actos y sedes

En Ifema también se situará el centro de coordinación de todo el dispositivo de seguridad. Sin embargo, no será el único punto de atención. El programa incluye actos en el Palacio Real —donde los Reyes ofrecerán un ágape a los mandatarios el día 28—, el Museo del Prado —donde al día siguiente se celebrará una cena de trabajo encabezada por Pedro Sánchez—, el aeropuerto Adolfo Suárez y la base militar de Torrejón, el Palacio de La Moncloa —en el que el presidente tendrá encuentros bilaterales con algunos de sus homólogos—, el Teatro Real, el Museo Reina Sofía y la Real Fábrica de Cristales de La Granja (Segovia). Estos tres últimos lugares acogerán diferentes actos culturales para los acompañantes de los líderes asistentes. A todo ello, se suman además la veintena de hoteles, repartidos por la ciudad, en los que se alojarán los más de 2.000 visitantes internacionales.

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Los desplazamientos de las diferentes delegaciones son una de las grandes preocupaciones de los responsables de la Operación Eirene. Interior ha preparado 48 cápsulas de seguridad (comitivas escoltadas) en las que participarán 270 policías solo para conducir los vehículos, según documentos policiales. Además, está previsto abrir carriles exclusivos en diferentes vías de la capital, entre ellas el céntrico Paseo de la Castellana y las autovías M-30 y M-40, para que estas se desplacen a toda velocidad entre los diferentes lugares y minimizar así los riesgos.

No se ha descartado declarar una zona de exclusión aérea sobre buena parte de la Comunidad de Madrid y las provincias limítrofes en un algún momento de la cumbre. Los F-18 del Ala 12 de la base aérea de Torrejón de Ardoz estarán en estado de prealerta durante la cumbre y es previsible que, como en otras grandes citas de la OTAN, esta movilice un avión radar Awacs. Además, la Policía Nacional desplegará efectivos especializados en la detección y neutralización de vehículos aéreos no tripulados, los popularmente conocidos como drones.

De vigilar el ciberespacio se encargará la Oficina de Coordinación de Ciberseguridad, dependiente de Interior, en colaboración con el Centro Criptológico Nacional (CCN), organismo integrado en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Su objetivo será abortar tanto posibles cibersabotajes como detectar convocatorias de grupos violentos que puedan atraer a activistas antisistema de otros países. El Gobierno estudia la posibilidad de reintroducir los controles en sus fronteras terrestres, una medida prevista en determinadas circunstancias en los Acuerdos de Schengen, para “detectar e impedir la entrada en España de cualquier persona que pueda ser un peligro para la cumbre”, añaden fuentes de Interior.

La movilidad de Madrid, “muy alterada”

Durante los días que dure la cumbre de la OTAN, la movilidad en la ciudad de Madrid se verá “muy alterada”, según admiten fuentes de Interior, que aconsejan utilizar esos días el transporte público. Además de los problemas de circulación que provocarán el trasiego en vehículos de las comitivas por diferentes puntos de la ciudad y el cierre de carriles en algunas vías principales para que estas circulen, se estudia suspender parcialmente la circulación de la línea 8 del Metro, la que lleva hasta los pabellones del Ifema que acogerán las principales reuniones de mandatarios y alrededor de los cuales se deplegará “una amplio perímetro de seguridad” al que solo podrán acceder las personas autorizadas. Por ello, Interior ha planteado a las empresas que tienen su sede en las cercanías del recinto ferial que implanten el teletrabajo para que sus empleados no acudan a la zona esos días. La Delegación del Gobierno evitará también que se celebren manifestaciones en las inmediaciones, como las que tiene previsto convocar la plataforma Justicia Salarial Policial (Jusapol, una organización de policías y guardias civiles fuertemente enfrentada con el Gobierno) para reclamar mejoras salariales. Además, el Museo del Prado, donde se celebrará una cena el 29, permanecerá cerrado ese día y el anterior para ultimar los preparativos.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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