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“Si dispone de información del desaparecido...”: Interior pedirá colaboración ciudadana en vallas publicitarias

Cinco empresas del sector prestarán “todos los soportes disponibles” para lanzar alertas urgentes, un sistema muy usado en Estados Unidos pero nuevo en España

Óscar López-Fonseca
Simulación de un cartel sobre un menor desaparecido. Este es uno de los modelos barajados por el Ministerio del Interior.
Simulación de un cartel sobre un menor desaparecido. Este es uno de los modelos barajados por el Ministerio del Interior.

“Si dispone de información sobre el desaparecido, por favor, contáctenos”. El Ministerio del Interior comenzará a pedir la colaboración ciudadana mediante la difusión masiva de mensajes en vallas publicitarias situadas en calles, estaciones de transporte y marquesinas de autobuses, a semejanza de lo que se hace desde hace años en otros países, especialmente en Estados Unidos. Aunque la medida se enfocará, principalmente, a agilizar la búsqueda de personas en paradero desconocido, sobre todo cuando se trata de menores de edad, los carteles ―que serán tanto estáticos como de vídeo― también difundirán alertas “frente a las amenazas contra la seguridad pública”, como la búsqueda de fugitivos. Hasta ahora, para este tipo de alerta, Interior recurría a los medios de comunicación y a los perfiles oficiales en redes sociales de las Fuerzas de Seguridad. En la iniciativa participan cinco empresas del sector ―Ipunto, Clear Channel, Exterion, Redext y Gran Pantalla―, que facilitarán “todos los soportes que estuvieran disponibles” a requerimiento de Interior para difundir estos mensajes, según el convenio que firmaron el pasado lunes con el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez.

El acuerdo detalla que el contenido del mensaje será elaborado por Interior y podrá incluir el nombre, edad y sexo de la persona buscada, de la que se intentará incorporar una fotografía lo más actualizada posible; una descripción de su aspecto físico y la ropa que utilizaba; datos de su estado de salud y medicación que estuviera recibiendo; marca, modelo, color y matrícula de cualquier vehículo que hubiese implicado, y día, hora y lugar del hecho.

En el caso de que la persona buscada sea un delincuente huido que pudiera ser potencialmente peligroso “en caso de contacto directo”, el mensaje hará referencia a ello. Todo ello, acompañado de un número de teléfono y, en su caso, una dirección de correo electrónico “u otro canal apto” para que los ciudadanos puedan aportar la información con la que cuenten.

El convenio contempla la elaboración de “un protocolo de activación” con el fin de “garantizar en el menor espacio de tiempo posible” que el mensaje sea difundido “en todos los soportes que estuvieran disponibles” en ese momento de las cinco compañías colaboradoras. El acuerdo también contempla que, una vez lanzado, el mensaje pueda ser “alterado en función de la evolución” de la investigación. Además, contará en todo momento con elementos gráficos que permitan a los ciudadanos identificarlo fácilmente como “una alerta de contenido oficial”.

Cartel colocado en Ocilla, Georgia (EE UU), reclamando ayuda para encontrar a Tara Grinstead, ayer.
Cartel colocado en Ocilla, Georgia (EE UU), reclamando ayuda para encontrar a Tara Grinstead, ayer.Elliott Minor (AP)

Aunque la alerta tendrá fijado un plazo de validez, esta podrá ser desactivada con anterioridad “cuando finalicen las causas que la motivaron por haber sido localizada la persona desaparecida”. También está previsto lanzar mensajes preventivos “de concienciación y sensibilización” para mejorar la colaboración ciudadana”. El acuerdo, que tiene una vigencia de tres años, no supondrá coste alguno para Interior, ya que las empresas publicitarias se han comprometido a ceder gratuitamente sus espacios.

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El convenio permitirá agilizar, por ejemplo, la difusión de las llamadas Alertas Amber (programa de difusión masiva para localizar menores de edad), destinadas para casos de desapariciones de niños en los que se tema por su vida o integridad física. Hasta la fecha, no se ha activado nunca en España una de estas alertas, aunque se llegó a barajar hacerlo durante la desaparición, en febrero de 2018, en la provincia de Almería del niño Gabriel Cruz, de ocho años, cuyo cadáver fue localizado semanas después. Entonces, los agentes encargados de la investigación desaconsejaron la difusión de un mensaje de este tipo por temor a que provocara una reacción del secuestrador.

Sin embargo, este tipo de mensajes es muy habitual en EE UU, donde surgieron tras la desaparición y asesinato en 1996 de la niña de nueve años Amber Hagerman (de ahí el nombre utilizado). Según las estadísticas de la fundación que la promueve, desde su puesta en marcha hasta noviembre del año pasado en este país habían sido rescatados 1.085 menores gracias a estos mensajes.

En Europa, donde la Alerta Amber se instauró en 2014, la República Checa y Grecia (con 12 casos cada uno), son los que más lo utilizaron durante 2020, último año del que hay datos disponibles. Francia, Países Bajos y Polonia solo recurrieron a ella en una ocasión. El resto de países no la utilizaron. De estas 27 alertas, el 83% concluyeron con éxito, según los datos de esta organización.

Según el último informe anual elaborado por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), dependiente de Interior, el año pasado se registraron de 22.285 denuncias por desaparición de personas, un 19% menos que en 2019, el año previo a la pandemia. El 90% de estas denuncias se resolvieron a lo largo del propio 2021. El 83%, durante los 15 primeros días.

El 66% de los casos correspondieron a menores de edad, en su mayoría situados en la franja de edad comprendida entre los 13 y los 17 años. A 31 de diciembre permanecían activos 1.928 casos del total de denuncias presentadas en 2021. En total, las bases de datos policiales mantenían a finales del año pasado un acumulado de 5.411 casos activos de personas desaparecidas.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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