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Las nuevas inundaciones en Navarra, un mes después de la riada histórica, mantienen en alerta a la ciudadanía

Los ríos experimentan una crecida ordinaria por las precipitaciones de las últimas horas y el deshielo. En el norte de la comunidad, 24 familias han sido desalojadas de sus domicilios

Amaia Otazu
Inundaciones Navarra
Un vehículo atraviesa una de las zonas donde el río Arga se ha desbordado a su paso por Pamplona, este lunes.Eduardo Sanz (Europa Press)

Este fin de semana volvieron a saltar las alarmas en Navarra ante la repentina crecida de los ríos, consecuencia de las precipitaciones de las últimas horas y del deshielo. La subida del caudal ha llevado al Gobierno de Navarra a activar el nivel de preemergencia del Plan Especial de Inundaciones, si bien no se han producido finalmente daños de importancia, más allá de los cortes temporales de algunas zonas peatonales o carreteras próximas a los cauces fluviales. En esta ocasión no se han registrado daños en viviendas. El comité técnico asesor del plan ha decidido mantener activado este nivel de preemergencia, a la espera de constatar el comportamiento del río Arga a su paso por la Zona Media navarra, donde las últimas riadas, en diciembre, produjeron graves daños en motas e infraestructuras hidráulicas, que aún no han sido reparados. Una mujer de 49 años perdió la vida el 10 de diciembre, tras quedar sepultada bajo una montaña de tierra desprendida por un talud.

En Bera (norte de Navarra), 24 familias han sido desalojadas de sus domicilios por las inundaciones. Se ha desbordado una regata cuyo cauce ha quedado taponado. El agua ha arrastrado la tierra y ha podido alcanzar los cimientos del edificio, por lo que existe riesgo de posibles derrumbamientos. La regata soporta un caudal muy superior al habitual por las fuertes lluvias registradas en las últimas horas. Así lo ha comunicado a última hora de la tarde de este lunes el Gobierno foral, que avanza que un arquitecto va a inspeccionar el inmueble por si fueran necesarias otras medidas. A última hora de la tarde aún se trabajaba para realojar a las familias afectadas en casas de amigos y familiares o en el albergue del municipio.

El comité técnico asesor del Plan ha calificado estas inundaciones de ordinarias, pues los niveles registrados están muy lejos de los sufridos este pasado diciembre. El río Arga, a su paso por Pamplona, apenas ha llegado a los 300 metros cúbicos por segundo de caudal máximo, mientras que hace un mes superó los 500 metros cúbicos por segundo. Tampoco se han cumplido las previsiones de inundaciones en la zona norte de la comunidad foral, aunque se vigila de cerca la evolución de los ríos Salazar y Esca porque las abundantes lluvias de las últimas horas y el deshielo de los Pirineos han provocado que su volumen de agua haya aumentado por encima de lo registrado durante el episodio de diciembre.

La Ribera navarra, muy perjudicada durante las últimas riadas, no ha sufrido esta vez daños de especial importancia. En la zona se espera que en las próximas horas el Ebro alcance un caudal máximo de 1.650 metros por segundo, lo que supone menos de la mitad del registrado en el episodio de diciembre.

En la Zona Media, el Ejecutivo foral ha mantenido el nivel de preemergencia a la espera de ver cómo evolucionaba el caudal del Arga a su paso por los municipios de Falces y Funes, gravemente afectados durante las últimas riadas. De hecho, preocupaba especialmente el comportamiento de las motas y estructuras hidráulicas que resultaron dañadas en la última ocasión y que todavía no se habían reparado. En cualquier caso, tras alcanzar su caudal máximo a última hora de la tarde, no se han registrado daños en los cascos urbanos, pero sí se han vuelto a anegar algunos campos de cultivo.

Estas inundaciones han coincidido con la visita a Navarra de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para comprobar de primera mano los daños ocasionados por las riadas de diciembre. De hecho, la comparecencia ante los medios, prevista en un primer momento en la localidad de Funes, ha sido finalmente trasladada a Pamplona. En su encuentro con la ministra y con representantes de la Confederación Hidrográfica del Ebro, la presidenta de Navarra, María Chivite, ha incidido en que ahora lo más importante es “atender la urgencia, fundamentalmente lo que tiene que ver con la reparación de motas, sobre todo las que afectan a tramos urbanos, e infraestructuras básicas”. Por ello, Chivite ha pedido al Gobierno central que conceda cuanto antes las ayudas previstas para paliar las consecuencias de la crecida de los ríos en los 133 municipios afectados (de los 272 que hay en Navarra) y en las más de 10.000 hectáreas que fueron anegadas en diciembre.

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Ribera ha coincidido con la presidenta navarra en la necesidad de reparar las motas e infraestructuras hidráulicas lo antes posible para evitar nuevas inundaciones con la llegada de las lluvias primaverales y el deshielo.

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