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La crisis diplomática que empezó en una cama de hospital

El líder del Polisario, cuyo ingreso en un centro de Logroño desató el choque con Rabat, declara este martes ante el juez

Las saharauis Fátima Tou Abdalhi, de 23 años, y Fátima Aluali, de 29, llevan flores para depositarlas en las cercanías del hospital San Pedro de Logroño, donde está ingresado el líder del Frente Polisario.
Las saharauis Fátima Tou Abdalhi, de 23 años, y Fátima Aluali, de 29, llevan flores para depositarlas en las cercanías del hospital San Pedro de Logroño, donde está ingresado el líder del Frente Polisario.PABLO LASAOSA
Juan Navarro

La hospitalización de un hombre de 71 años en el Hospital San Pedro de Logroño ha generado un conflicto diplomático directo entre España y Marruecos que preocupa a toda la Unión Europea. El septuagenario es Brahim Gali, líder del Frente Polisario, un movimiento de liberación del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos. Gali encara acusaciones de genocidio y delitos lesa humanidad y deberá declarar este martes ante la Audiencia Nacional en una causa que instruye el juez Santiago Pedraz. El testimonio será telemático desde una de las habitaciones de la tercera planta del hospital, un lugar habitualmente tranquilo tomado ahora por policías de paisano que expulsan sin miramientos a los intrusos.

Los pasillos de la zona de Neumología revelan estampas normales de batas blancas, material médico y estancias a ambos lados con una cama, una silla para los acompañantes y un balcón luminoso que da a un espacio abierto. Las enfermeras trabajan sin descanso, saludan a los pacientes y los cuidan entre miradas de soslayo a los agentes que aparecen de repente, implacables con quien sortea los controles de la planta baja.

Nadie puede acercarse al protagonista de la historia. Ni siquiera Abdalahe Hamad, representante riojano del Polisario. Este hombre amable de barba blanca, gafas y manos que gesticulan explica que a Gali solo lo acompañan Salem Lebsir, su número dos, y un familiar: “Están todo el día allí”. El líder del Polisario, que ingresó muy grave a mediados de abril, ha superado el primer azote del coronavirus pero afronta una recuperación “muy lenta”. No hay fecha para el alta, dice Hamad. “Conociéndolo, volverá a Tinduf (ciudad cercana a los campos de refugiados saharauis de Argelia)”, cree su socio. Hamad agradece que el Ejecutivo de Pedro Sánchez aceptara la hospitalización de Gali en territorio español —a pesar de que la posterior irritación de Rabat era previsible— y alaba la implicación del personal del San Pedro, para quien las asociaciones defensoras de la comunidad saharaui han preparado una sorpresa: flores.

Varios grupos afines al Frente Polisario se han organizado para comprar ramos, con aportaciones individuales y colectivas, y ponerlos cerca del hospital. Juan José Meira ha venido expresamente desde Santander para coordinar la operación con la que desean animar al líder. “Fuerza, mi presidente”, se lee en uno de los mensajes de simpatizantes de toda España. La concentración apenas reúne a una decena de personas entre miradas de extrañeza de quienes acuden a las consultas. Una mujer con dos carritos escolares pregunta: “¿Qué están haciendo ahí?”, mientras Bachir Hamdi y Fatimatou Abdalahi, ambos de 23 años, depositan orgullosos las flores entre palabras de cariño a Gali. “Es un gran hombre y un gran luchador, todo nuestro país está con él”, afirma el chico. Ella, cubierta casi totalmente por su hiyab, critica al Gobierno de Marruecos: “Todo lo que dicen es mentira”.

El celo en el Hospital San Pedro y lo ocurrido en Ceuta, donde miles de personas trataron de acceder a suelo español incluso a nado tras retirar Marruecos la vigilancia de la frontera como represalia por la acogida de Gali, le es ajena a la inmensa mayoría de la población de Logroño (151.00 habitantes). La logroñesa Imelda Terroba afirma que los informativos televisivos la han orientado en el asunto: “Sé que está ingresado, todo es politiqueo”, sentencia mientras charla al sol en un banco con tres ancianos a los que cuida. La vicepresidenta autonómica y portavoz de IU, Henar Moreno, también implicada con la causa del Sáhara, destaca que la suya es una “tierra de cooperación” y sospecha que elegir Logroño para la hospitalización del dirigente saharaui responde a que es “pequeña, poco conflictiva” y con disponibilidad de camas medicalizadas.

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Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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