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Jácome, el extravagante alcalde de Ourense, quiere gobernar la ciudad con un solo concejal

El regidor acusa al presidente provincial del PP, José Manuel Baltar, de haber comprado a sus concejales para forzar su dimisión

El líder del partido independiente Democracia Ourensana (DO), Gonzalo Pérez Jácome, durante su investidura como alcalde de Ourense
El líder del partido independiente Democracia Ourensana (DO), Gonzalo Pérez Jácome, durante su investidura como alcalde de OurenseBrais Lorenzo

Acorralado por el grueso de sus ediles de Democracia Ourensana (DO) y por los del PP, con los que cogobernaba hasta ahora, Gonzalo Pérez Jácome, el extravagante alcalde de Ourense, se aferra a la alcaldía. Gobernará con uno solo de los 27 concejales de la corporación. Lo ha anunciado este miércoles en rueda de prensa, tras la ruptura del pacto por el PP, en la que ha acusado al presidente de la Diputación, José Manuel Baltar, su particular “demonio” con el que pactó para poder ser alcalde, de haber comprado a su mano derecha en DO y persona clave para que los populares mantengan la mayoría en la institución provincial.

Llegó al salón de sesiones, en donde lo esperaban los medios gráficos, comiendo los restos de un bollo y apurando los últimos sorbos de un café de máquina. No había forma más explícita de anunciar que no iba a dimitir. El resto, su discurso de más de media hora y las respuestas a las preguntas de los periodistas, enviadas por WhatsApp, fue solo el relato pormenorizado de las razones.

Tras denunciar que está sufriendo una “traición épica a la altura de las de los grandes personajes de la Historia” que quieren cambiar el mundo, “como Jesucristo, aunque no quiero compararme”, citó a Baltar para confirmar que realmente es el demonio que siempre había pensado. Ahora pretende gobernar con el respaldo de un solo concejal; la única persona de su grupo que se mantiene fiel a él. Su intención es someter a votación cada una de sus propuestas para la ciudad, consciente de que una moción de censura en su contra no puede prosperar.

“Fui el último en desconfiar de Baltar, fue una auténtica ingenuidad por mi parte”, ha asegurado Jácome para precisar que el presidente provincial “está metido hasta el cuello en esta historia”. Una historia de “traiciones” y de “intereses espurios” que ha detallado y cuyo origen sitúa tras las elecciones autonómicas del pasado mes de julio.

“El PP me pidió que estuviera callado y no montara ningún número hasta después de las autonómicas" y una vez que Alberto Núñez Feijóo consiguió revalidar la Xunta, “empezó todo”, ha asegurado. Según su relato, su persona de máxima confianza en DO ―el abogado Miguel Caride, a quien entregó uno de los dos escaños obtenidos por DO en la Diputación, claves para mantener o dejar caer a Baltar― acordó con el PP provocar su dimisión. “El PP se quedaría con todo: la Diputación y el Ayuntamiento. De eso iba toda esta historia”, ha afirmado. “Lo compraron, o llámalo equis”, ha afirmado con respecto a Caride. Y ha tildado de “golpe de Estado” la maniobra que atribuye al PP para echarlo.

Jácome está convencido de que Baltar ha hecho en esta ocasión lo mismo que lleva haciendo desde las autonómicas en la provincia: “toda esa compra de alcaldías”, ha puntualizado, en alusión a las mociones de censura con tránsfugas por las que se ha hecho con varios ayuntamientos. Y esta vez, ha afirmado, la clave de todo ha sido Caride.

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La “trama corrupta” que asegura que lo quiere fuera obedece además, ha dicho, a “intereses espurios”. Según sus cálculos están en juego en este mandato en la ciudad en torno a mil millones de euros entre el plan de urbanismo, las concesiones municipales pendientes de renovación y el remanente del mandato pasado.

Acorralado, traicionado y sostenido por los pelos, Jácome no tiene inconveniente en reconocer que destina el dinero que recibe su partido de las instituciones públicas a su canal de televisión “lo mismo que a otros medios de comunicación”, zanja. Y afirma que estudia presentar una querella contra el concejal de su grupo que lo ha acusado de quedarse con 800.000 euros del partido.

También se plantea acudir a la Fiscalía contra Caride “porque pudo haber coacciones e intimidaciones” para provocar su dimisión, que considera agravadas porque se las planteaba “en calidad de abogado personal”. Tras asegurar que él ha sido fiel a sus socios del PP en todo momento, se muestra convencido de que saldría airoso de este trance y de que, por “transformar la ciudad”, “los traidores no pueden ganar”, concluye.


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